I Par 16:23
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Cantad, pues, criaturas todas de la tierra, himnos, al Señor, anunciad todos los días la salvación que él nos envía.
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I Par 16:30
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Conmuévase delante de él toda la tierra; puesto que él es el que fundó el universo sobre firmes cimientos.
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I Par 16:31
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Alégrense los cielos, y salte de gozo la tierra; y publíquese entre las naciones: El Señor Dios es el rey.
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I Par 16:33
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Entonces será cuando los árboles del desierto entonarán las alabanzas al Señor; porque ha venido a juzgar la tierra.
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I Par 17:8
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y contigo he andado en todas tus marchas y en tu presencia he derrotado a todos tus enemigos, y te he dado fama cual puede tenerla uno de los magnates que son famosos sobre la tierra.
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I Par 17:21
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Porque, ¿hay otro pueblo como el tuyo de Israel, esta nación única sobre la tierra, a la cual vino Dios para libertarla y hacerla su pueblo, arrojando con su poder y a fuerza de prodigios espantosos las naciones todas delante de este pueblo, librado por él de la esclavitud de Egipto?
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I Par 21:16
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Y alzando David los ojos vio al ángel del Señor, que estaba en el aire, con una espada desenvainada en su mano, vuelta contra Jerusalén ; y a su vista, tanto él como los ancianos, vestidos de cilicios, se postraron rostro por tierra.
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I Par 22:2
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Y mandó juntar todos los extranjeros de la tierra de Israel, y entresacó de ellos canteros para cortar y pulir las piedras para la construcción de la casa de Dios.
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I Par 27:26
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De la labranza y de los labradores que cultivaban la tierra estaba encargado Ezri, hijo de Quelub.
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I Par 28:8
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Ahora, pues, en presencia de toda la congregación de Israel, delante de nuestro Dios que escucha, os digo: Guardad y estudiad todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, a fin de que poseáis esta buena tierra, y la dejéis a vuestros hijos en herencia perpetua.
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I Par 29:11
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Tuya es, Señor, la magnificencia, el poder, la gloria, y la victoria; y a ti se debe la alabanza, porque todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra tuyas son; tuyo, oh Señor, es el reino, y tú eres sobre todos los reyes.
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I Par 29:15
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Porque nosotros somos peregrinos y advenedizos delante de ti, como todos nuestros padres. Nuestros días pasan como sombra sobre la tierra; sin que haya consistencia alguna.
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II Par 1:9
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Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,
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II Par 2:12
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Y añadía: Bendito sea el Señor Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, el cual ha dado al rey David un hijo sabio, entendido, juicioso y prudente, a fin de que edificara un templo al Señor, y un palacio para sí.
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II Par 2:17
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Con esto Salomón hizo tomar nota de todos los varones extranjeros, que había en tierra de Israel, después del encabezamiento que había mandado hacer su padre David, y se hallaron ciento cincuenta y tres mil seiscientos;
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II Par 4:17
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Los mandó fundir el rey en la ribera del Jordán en una tierra gredosa, entre Socot y Saredata.
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II Par 6:5
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Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, no me escogí de todas las tribus de Israel ninguna ciudad, donde se edificara una casa a mi Nombre; ni elegí tampoco ningún otro hombre, para que gobernase establemente a mi pueblo de Israel;
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II Par 6:14
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habló de esta manera: Señor Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni en el cielo ni en la tierra; a ti que guardas el pacto y usas de misericordia con tus siervos, con los que siguen de todo su corazón tus caminos.
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II Par 6:18
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Pero, ¿y es realmente creíble que Dios habite con los hombres sobre la tierra? Si los cielos de los cielos no pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?
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II Par 6:25
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tú lo escucharás desde el cielo y perdonarás el pecado de tu pueblo de Israel; y lo volverás a la tierra que le diste a él y a sus padres.
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II Par 6:27
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escúchalos, oh Señor, desde el cielo, y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo, y enséñales el buen camino que han de seguir, y envía la lluvia a la tierra cuya posesión diste a tu pueblo.
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II Par 6:31
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a fin de que te teman, y sigan tus caminos todo el tiempo que vivieren sobre la tierra, dada por ti a nuestros padres.
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II Par 6:33
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tú lo oirás desde el cielo, firmísima morada tuya, y otorgarás todas las cosas que te pidiere aquel forastero; a fin de que tu Nombre sea conocido de todos los pueblos de la tierra, y te teman éstos, como hace tu pueblo de Israel, y conozcan que tu Nombre es invocado en esta casa que yo he edificado.
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II Par 6:37
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y en el país a donde fueren llevados cautivos, se convirtieren de corazón e hicieren penitencia, y en la tierra de su cautiverio te pidieren perdón, diciendo: Pecamos: procedido hemos inicuamente; injustamente hemos obrado;
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II Par 6:38
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y convertidos a ti de todo su corazón y con toda su alma, en el país de su cautividad a que fueron llevados te adoraren vueltos hacia el camino de su tierra, que diste a sus padres, y a la ciudad que tú escogiste, y a la casa que he construido a tu Nombre:
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II Par 7:3
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Asimismo todos los hijos de Israel estaban viendo bajar el fuego y la gloria del Señor sobre la casa, y postrándose rostro por tierra sobre el pavimento enlosado, adoraron y bendijeron al Señor, repitiendo: Porque es bueno y porque es eterna su misericordia.
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II Par 7:13
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Si cerrare yo el cielo y no lloviere, si mandare y diere orden a la langosta que devorare la tierra, si enviare la peste a mi pueblo;
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II Par 7:20
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os arrancaré de esa tierra mía que os di; y ese templo, que he consagrado a mi Nombre, lo arrojaré de mi presencia, y haré que sirva de fábula y de escarmiento a todas las gentes.
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II Par 7:22
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Y les responderán: Porque abandonaron al Señor Dios de sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han abrazado dioses ajenos, y los han adorado y rendido culto; por eso han caído sobre ellos todas estas calamidades.
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II Par 9:5
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y dijo al rey: Verdadera es la fama que yo había oído en mi tierra de tus virtudes y de tu sabiduría.
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II Par 9:22
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Salomón , pues, sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riquezas y en gloria;
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II Par 9:23
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de suerte que todos los reyes de la tierra deseaban ver la cara de Salomón para oír la sabiduría que Dios había infundido en su corazón,
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II Par 9:26
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Y extendió su poderío sobre todos los reyes, desde el río Eufrates hasta la tierra de los filisteos y los confines de Egipto,
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II Par 12:8
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Sin embargo, quedarán sujetos a él, para que conozcan la diferencia que va entre servirme a mí y servir a los reyes de la tierra.
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II Par 13:9
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y habéis echado los sacerdotes del Señor, hijos de Aarón, y los levitas, y os habéis instituido otros sacerdotes a la manera de los demás pueblos de la tierra; cualquiera que se presente y consagre su mano inmolando un novillo y siete carneros, queda hecho sacerdote de aquellos que no son dioses.
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II Par 15:5
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Durante aquel tiempo no habrá seguridad para ir y venir, sino que por todos lados asaltarán terrores a todos los habitantes de la tierra;
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II Par 17:2
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Y estableció compañías de soldados en todas las ciudades de Judá, cercadas de murallas; y puso guarniciones en tierra de Judá y en las ciudades de Efraín conquistadas por su padre Asá.
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II Par 19:3
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Mas se han hallado en ti buenas obras; pues arrancaste los bosques idolátricos de la tierra de Judá; y has convertido tu corazón en busca del Señor Dios de tus padres.
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II Par 20:7
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¿No es así que tú, oh Dios nuestro, acabaste con todos los moradores de esta tierra delante de Israel, tu pueblo, y se la diste para siempre a los descendientes de tu amigo Abrahán?
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II Par 20:18
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Al oír esto Josafat y el pueblo de Judá, y los habitantes todos de Jerusalén , se postraron rostro por tierra ante el Señor.
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II Par 21:17
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Y entraron en la tierra de Judá, y la devastaron, y saquearon cuanto había en el palacio del rey, llevándose además sus hijos y mujeres, sin que le quedase otro hijo que Joacaz, el cual era el menor de todos.
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II Par 25:10
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Separó, pues, Amasías el ejército que le había venido de Efraín, para que se volviese a su país; y regresaron estas tropas a su tierra muy irritados contra Judá.
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II Par 26:6
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En fin, salió a campaña y peleó contra los filisteos, y derribó los muros de Get y los de Jabnia, y los de Azoto; edificó asimismo castillos en Azoto y en tierra de los filisteos;
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II Par 29:30
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En fin, Ezequías y los príncipes mandaron a los levitas que alabasen al Señor con los cánticos de David y del profeta Asaf; y lo hicieron con gran alegría, y dobladas las rodillas en tierra adoraron al Señor.
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II Par 30:9
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Porque si vosotros os convertís al Señor, vuestros hermanos e hijos hallarán compasión en sus amos, que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra; puesto que piadoso y clemente es el Señor vuestro Dios, y no ha de torcer su rostro, si os volviereis a él.
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II Par 30:25
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Así pues, rebosaba de alegría toda la gente de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, no menos que todo el concurso que había acudido de Israel, como también los extranjeros, tanto los del país de Israel, como los que habitaban en tierra de Judá.
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II Par 31:5
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Promulgado el edicto al pueblo, al instante los hijos de Israel ofrecieron gran cantidad de primicia de trigo, de vino y de aceite, y también de miel; y ofrecieron el diezmo de cuanto produce la tierra.
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II Par 31:9
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Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y levitas, por qué estaban allí por tierra aquellos montones.
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II Par 32:13
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¿Ignoráis por ventura lo que yo y mis padres hemos hecho con todos los pueblos de la tierra? Acaso los dioses de las naciones y de todos los países han tenido poder para librar de mis manos a sus regiones?
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II Par 32:19
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Y hablaba del Dios de Jerusalén como de los dioses de las otras naciones de la tierra, que son obra de las manos del hombre.
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