IV Rey 10:17
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lo llevó a Samaria, donde acabó de matar a cuantos habían quedado allí de la casa de Acab, sin dejar uno siquiera; conforme a la palabra del Señor pronunciada por Elías.
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IV Rey 12:6
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Sin embargo, los sacerdotes no habían cuidado hasta el año veintitrés del reinado de Joás de hacer los reparos del templo.
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IV Rey 12:18
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Por cuya razón Joás, rey de Judá, tomó todas las ofrendas sagradas que habían ofrecido Josafat, y Joram, y Ocozías, reyes de Judá sus mayores, y las que él mismo había ofrecido, y toda la plata que se pudo hallar en los tesoros del templo del Señor, y en el palacio real, y lo envió al rey de Siria Hazael, que con eso se retiró de Jerusalén .
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IV Rey 14:5
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Luego que entró en posesión del reino, hizo quitar la vida a sus criados, que habían muerto al rey, su padre;
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IV Rey 14:6
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aunque no mató a los hijos de los que lo habían muerto, conforme a lo que se halla escrito en el libro de la ley de Moisés, según el precepto del Señor, que dice: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
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IV Rey 14:26
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Porque vio el Señor la amarguísima aflicción de Israel, y que habían perecido a filo de espada hasta los que estaban en la cárcel, y los más desvalidos, y que no había quien socorriese a Israel.
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IV Rey 14:28
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Las demás cosas de Jeroboam, y todo cuanto hizo, y el valor con que combatió, y cómo restituyó a Israel las ciudades de Damasco y Emat, que habían sido de Judá, ¿no está todo eso escrito en el Libro de los Anales de los Reyes de Israel?
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IV Rey 15:9
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e hizo el mal delante del Señor, así como lo habían hecho sus padres. No se desvió de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat que hizo pecar a Israel.
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IV Rey 17:7
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La causa fue que los hijos de Israel habían pecado, adorando dioses ajenos, contra el Señor Dios suyo que los había sacado de la tierra de Egipto del poder del faraón, rey de Egipto;
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IV Rey 17:8
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y siguiendo los ritos o prácticas de las naciones que el Señor había destruido delante de los hijos de Israel, y los ritos o costumbres de los reyes de Israel que habían hecho lo mismo.
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IV Rey 17:9
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Habían, pues, los hijos de Israel ofendido al Señor Dios suyo con su mal proceder; y habían erigido altares en los lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de guardas hasta las plazas fuertes o grandes ciudades.
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IV Rey 17:10
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Y habían plantado bosques o arboledas, y levantado estatuas en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso,
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IV Rey 17:11
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quemando allí incienso sobre los altares, a imitación de las naciones que había dispersado el Señor así que entraron en aquella tierra; y habían cometido acciones muy criminales provocando la ira del Señor.
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IV Rey 17:28
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Habiendo, pues, ido uno de los sacerdotes que habían sido traídos cautivos de Samaria, habitó en Betel, y les enseñaba la manera de honrar al Señor.
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IV Rey 17:29
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Con todo eso, cada uno de dichos pueblos se fabricó su dios, que colocaron en los adoratorios de las alturas, que habían erigido los de Samaria; cada nación puso el dios suyo en las poblaciones donde habitaba.
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IV Rey 17:33
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Y adorando al Señor, servían también a sus dioses, según el rito de las naciones de donde habían sido transportados a Samaria.
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IV Rey 18:36
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A todo esto calló el pueblo, y no le respondió palabra; pues habían tenido orden del rey de no dar ninguna respuesta.
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IV Rey 21:24
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Mas el pueblo del país mató a todos los que se habían conjurado contra el rey Amón, y proclamaron por rey en su lugar a Josías, hijo suyo.
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IV Rey 23:7
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Asimismo destruyó las casillas o pabellones de los afeminados, que se habían formado en la casa del Señor; para quienes las mujeres tejían unos como pabellones al servicio del ídolo del bosque.
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IV Rey 23:9
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Y de allí en adelante los sacerdotes que habían sacrificado en las alturas subieron al altar del Señor en Jerusalén ; sólo se le permitía comer los panes ázimos en compañía de sus hermanos.
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IV Rey 23:24
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Extirpó igualmente Josías a los pitones o magos y a los adivinos, y las figuras de ídolos, y las inmundicias y abominaciones que habían quedado en el país de Judá y de Jerusalén a fin de restablecer en su vigor las palabras de la ley escritas en aquel libro hallado por Helcías, sumo sacerdote, en el templo del Señor.
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IV Rey 23:37
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E hizo el mal delante del Señor, a imitación de todo lo que habían hecho sus padres o abuelos.
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IV Rey 25:11
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Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y a la gente más pobre, los transportó Nabuzardán, general del ejército, a otra parte;
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I Par 4:40
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y encontraron dehesas abundantes y de muy buena calidad, un terreno espaciosísimo, tranquilo y fértil, donde antes habían habitado los del linaje de Cam.
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I Par 4:43
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y acabaron con las reliquias de los amalecitas que habían podido salvarse, y habitaron allí en lugar de ellos hasta hoy día.
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I Par 7:21
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y Sutala hijo de éste, cuyos hijos fueron Ezer y Elad, pero los habitantes del país de Get los mataron, porque habían bajado a invadir sus posesiones.
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I Par 10:11
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Cuando oyeron los vecinos de Jabes de Galaad todo lo que los filisteos habían ejecutado con el cuerpo de Saúl,
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I Par 11:15
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Estos tres, de los treinta caudillos son los que bajaron a la peña en que se hallaba David junto a la cueva de Odollam, cuando los filisteos habían acampado en el valle de Rafaín.
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I Par 12:39
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Se mantuvieron allí con David por espacio de tres días, comiendo y bebiendo; porque sus hermanos les habían preparado los víveres necesarios.
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I Par 16:4
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Y señaló entre los levitas los que habían de ejercer el ministerio delante del arca del Señor, y hacer conmemoración de sus obras o maravillas, y glorificar y alabar al Señor Dios de Israel.
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I Par 18:7
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Fuera de esto cogió David las aljabas de oro que habían sido de los siervos u oficiales de Adarecer, y las trajo a Jerusalén ;
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I Par 19:6
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Pero considerando los amonitas, así Hanón como todo el pueblo, la injuria que habían hecho a David, enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo tropas de las que iban en carros de guerra, y gente de a caballo de la Mesopotamia, y de la Siria de Maaca, y de Soba.
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I Par 19:15
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Viendo los amonitas que los siros habían huido, huyeron ellos también de Abisaí, hermano de Joab, y se metieron en la ciudad. Y volvió también Joab a Jerusalén .
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I Par 22:4
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Era igualmente inestimable el acopio de maderas de cedro, que los sidonios y tirios habían traído a David.
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I Par 26:26
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Selemit, pues, con sus hermanos, tenían la custodia de los tesoros del santuario, que habían consagrado a Dios el rey David y los príncipes de las familias, y los tribunos, y centuriones, y demás capitanes del ejército,
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I Par 26:27
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esto es, de las cosas tomadas en la guerra, y de los despojos de las batallas, que habían consagrado para la conservación del templo del Señor y de sus utensilios.
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I Par 26:28
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Todas estas cosas las habían consagrado al Señor Samuel profeta, Saúl hijo de Cis, y Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Sarvia. Todos los que consagraban dones, los ponían en manos de Selemit y de sus hermanos.
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II Par 5:6
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Entretanto el rey Salomón y toda la congregación de Israel, y todos los que se habían reunido delante del arca , sacrificaban carneros y bueyes sin número; tan grande era la multitud de las víctimas.
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II Par 8:8
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a los hijos y descendientes de aquellos a quienes los israelitas habían salvado la vida, Salomón los hizo tributarios o siervos, hasta el día de hoy.
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II Par 10:6
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tuvo consejo con los ancianos que habían estado alrededor de su padre Salomón mientras vivía, y les dijo: ¿Qué me aconsejáis que responda al pueblo?
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II Par 10:8
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Mas Roboam no hizo caso del consejo de los ancianos; y comenzó a tratar la cosa con los jóvenes que se habían criado con él, y le hacían la corte;
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II Par 11:16
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Pero de todas las tribus de Israel vinieron a Jerusalén a ofrecer sus sacrificios delante del Señor Dios de sus padres, cuantos habían resuelto en su corazón seguir al Señor Dios de Israel.
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II Par 12:5
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Entonces Semeías, profeta, se presentó ante Roboam, y los príncipes de Judá, que se habían congregado en Jerusalén huyendo de Sesac, y les dijo: Esto dice el Señor: Vosotros me abandonasteis; pues yo también os abandono a vosotros en poder de Sesac.
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II Par 12:7
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Pero viendo el Señor que se habían humillado, habló a Semeías, diciendo: Ya que se han humillado, no los acabaré, antes bien les daré un poquito de socorro, y no se derramará mi furor sobre Jerusalén por mano de Sesac.
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II Par 15:8
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Oyendo Asá las palabras y profecía de Azarías, hijo de Oded profeta, cobró aliento, y quitó los ídolos de todo el país de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que habían conquistado en la montaña de Efraín; y dedicó o restableció el altar del Señor, que estaba colocado ante el pórtico del templo del Señor.
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II Par 15:11
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inmolaron al Señor en aquel día setecientos bueyes y siete mil carneros, de los despojos y botín que habían traído.
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II Par 20:8
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Los cuales la habían habitado, y erigido en ella un santuario a tu Nombre, diciendo:
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II Par 20:22
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Luego que dieron principio al canto, convirtió el Señor contra sí mismos las estratagemas de los enemigos, es decir, de los amonitas, y de los moabitas, y de los pueblos de la montaña de Seir, que habían venido para pelear contra Judá, y quedaron derrotados.
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II Par 21:9
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Y pasando a ella Joram con sus capitanes y con toda la caballería que consigo tenía, salió de noche y derrotó a los idumeos y a todos los capitanes de su caballería, que lo habían cercado.
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II Par 22:1
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Los habitantes de Jerusalén proclamaron luego por rey, en lugar de Joram, a Ocozías, el menor de sus hijos; porque los mayores en edad habían sido todos muertos por las guerrillas árabes que habían invadido el campamento; reinó, pues, Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá.
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