Ef 4:3
|
solícitos en conservar la unidad del espíritu con el vínculo de la paz,
|
Ef 4:4
|
siendo un solo cuerpo y un solo espíritu, así como fuisteis llamados a una misma esperanza de vuestra vocación.
|
Ef 4:23
|
Renovaos, pues, ahora en el espíritu de vuestra mente o interior de vuestra alma.
|
Ef 6:16
|
embarazando en todos los encuentros el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos encendidos del maligno espíritu.
|
Ef 6:17
|
Tomad también el yelmo de la salud; y empuñad la espada espiritual o del espíritu (que es la palabra de Dios);
|
Ef 6:18
|
haciendo en todo tiempo con espíritu y fervor continuas oraciones y plegarias, y velando para lo mismo con todo empeño, y orando por todos los santos o fieles,
|
Filip 1:15
|
Verdad es que hay algunos que predican a Cristo por espíritu de envidia y como por tema, mientras otros lo hacen con buena intención.
|
Filip 1:27
|
Sólo os encargo ahora que vuestro proceder sea digno del Evangelio de Cristo ; para que o sea que yo vaya a veros, o que esté ausente, oiga decir de vosotros que perseveráis firmes en un mismo espíritu, trabajando unánimes por la fe del Evangelio.
|
Filip 2:1
|
Por tanto, si hay para mí alguna consolación en Cristo de parte de vosotros, si algún refrigerio de parte de vuestra caridad, si alguna unión entre nosotros por la participación de un mismo espíritu, si hay entrañas de compasión hacia este preso,
|
Filip 2:2
|
haced cumplido mi gozo, sintiendo todos una misma cosa, teniendo una misma caridad, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos,
|
Filip 2:20
|
Porque no tengo ninguna persona tan unida de corazón y espíritu conmigo como él, ni que se interese por vosotros con afecto más sincero;
|
Filip 3:3
|
Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, que servimos en espíritu a Dios y nos gloriamos en Jesucristo, lejos de poner confianza en la carne.
|
Filip 4:23
|
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
|
Col 2:5
|
Pues aunque con el cuerpo estoy ausente, no obstante con el espíritu estoy con vosotros, alegrándome de ver vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo .
|
I Tes 5:23
|
Y el Dios de la paz os haga santos en todo, a fin de que vuestro espíritu entero, con alma y cuerpo se conserven sin culpa para cuando venga nuestro Señor Jesucristo.
|
II Tes 2:13
|
Mas nosotros debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, ¡oh hermanos amados de Dios!, por haberos Dios escogido por primicias de salvación en toda la Macedonia, mediante la santificación del espíritu y la verdadera fe que os ha dado,
|
II Tes 3:3
|
Pero fiel es Dios, que os fortalecerá y defenderá del espíritu maligno.
|
II Tim 1:7
|
Porque no nos ha dado Dios a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, y de caridad, y de templanza, y prudencia.
|
II Tim 3:5
|
mostrando, sí, apariencia de piedad, o religión, pero renunciando a su espíritu. Apártate de ellos.
|
II Tim 4:22
|
El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia permanezca con vosotros. Amén.
|
Filem 1:25
|
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
|
Heb 4:12
|
Puesto que la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más penetrante que cualquier espada de dos filos, y que entra y penetra hasta los pliegues del alma y del espíritu, hasta las junturas y tuétanos, y discierne y califica los pensamientos y las intenciones más ocultas del corazón.
|
Sant 2:26
|
En suma, como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
|
Sant 3:14
|
Mas si tenéis un celo amargo y el espíritu de discordia en vuestros corazones, no hay para qué gloriaros y levantar mentiras contra la verdad;
|
Sant 3:16
|
Porque donde hay tal celo o envidia y espíritu de discordia, allí reina el desorden y todo género de vicios.
|
I Ped 2:2
|
como niños recién nacidos, apeteced con ansia la leche del espíritu, pura o sin mezcla de fraude, para que con ella vayáis creciendo en salud y robustez,
|
I Ped 3:4
|
La persona interior escondida en el corazón, es la que debe adornar con el atavío incorruptible de un espíritu de dulzura y de paz, lo cual es un precioso adorno a los ojos de Dios.
|
I Ped 4:6
|
que aun por eso ha sido predicado también la buena nueva a los muertos; para que habiendo sido juzgados, o castigados, delante de los hombres según la carne, recibiesen delante de Dios la vida del espíritu.
|
I Jn 2:13
|
A vosotros, padres de familia, os escribo, porque habéis conocido al que existía desde el principio . Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno espíritu.
|
I Jn 2:14
|
Os escribo a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre. A vosotros, hijos míos, os escribo, porque sois valerosos, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y vencisteis al maligno espíritu.
|
I Jn 3:12
|
No como Caín, el cual era hijo del maligno espíritu, y mató a su hermano. ¿Y por qué le mató? Porque sus obras eran malignas, y las de su hermano justas.
|
I Jn 4:1
|
Queridos míos, no queráis creer a todo espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios, o siguen su doctrina; porque se han presentado en el mundo muchos falsos profetas.
|
I Jn 4:2
|
En esto se conoce el espíritu de Dios, todo espíritu, que confiesa que Jesucristo vino al mundo en carne verdadera, es de Dios;
|
I Jn 4:2
|
En esto se conoce el espíritu de Dios, todo espíritu, que confiesa que Jesucristo vino al mundo en carne verdadera, es de Dios;
|
I Jn 4:3
|
y todo espíritu, que desune a Jesús , no es de Dios; antes éste es espíritu del Anticristo, de quien tenéis oído que viene, y ya desde ahora está en el mundo.
|
I Jn 4:3
|
y todo espíritu, que desune a Jesús , no es de Dios; antes éste es espíritu del Anticristo, de quien tenéis oído que viene, y ya desde ahora está en el mundo.
|
I Jn 4:4
|
Vosotros, hijitos míos, de Dios sois, y habéis vencido a aquél, porque el que está con vosotros y os ayuda con su gracia, es mayor que el espíritu del Anticristo que está en el mundo.
|
I Jn 4:6
|
Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos escucha a nosotros; quien no es de Dios, no nos escucha, en esto conocemos los que están animados del espíritu de verdad, y los que lo están del espíritu del error.
|
I Jn 4:6
|
Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos escucha a nosotros; quien no es de Dios, no nos escucha, en esto conocemos los que están animados del espíritu de verdad, y los que lo están del espíritu del error.
|
I Jn 5:8
|
Y tres son los que dan testimonio en la tierra:El espíritu y el agua, y la sangre; y estos tres testigos son para confirmar una misma cosa.
|
I Jn 5:18
|
Sabemos que todo aquel que es hijo de Dios, no peca, mas el nacimiento que tiene de Dios por la gracia le conserva; y el maligno espíritu no le toca.
|
I Jn 5:19
|
Sabemos que somos de Dios, al paso que el mundo todo está poseído del mal espíritu.
|
Judas 1:19
|
Estos son los que se separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios.
|
Apoc 1:10
|
Un día de domingo fui arrebatado en espíritu, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
|
Apoc 4:2
|
Al punto fui elevado o arrebatado en espíritu, y vi un solio colocado en el cielo, y un personaje sentado en el solio.
|
Apoc 11:11
|
Pero al cabo de tres días y medio entró en ellos por virtud de Dios el espíritu de vida. Y se alzaron sobre sus pies, con lo que un terror grande sobrecogió a los que los vieron.
|
Apoc 13:15
|
También se le concedió dar espíritu y habla a la imagen de la bestia, y hacer que todos cuantos no adorasen la imagen de la bestia sean muertos.
|
Apoc 17:3
|
Y me arrebató en espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
|
Apoc 18:2
|
Y exclamó con mucha fuerza, diciendo: ¡Cayó, cayó Babilonia la grande y está hecha morada de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas las aves asquerosas y abominables,
|
Apoc 19:10
|
Yo me arrojé luego a sus pies, para adorarle. Mas él me dijo: Guárdate de hacerlo, que yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos, los que mantienen el testimonio de Jesús . A Dios has de adorar. Porque el espíritu de profecía que hay en ti es el testimonio de Jesús .
|