Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

espíritu

Lc 11:13 Pues si vosotros, siendo malos como sois, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará el espíritu bueno a los que se lo piden?
Lc 11:24 Cuando un espíritu inmundo ha salido de un hombre, se va por lugares áridos, buscando lugar donde reposar, y no hallándolo dice: Me volveré a mi casa de donde salí.
Lc 13:11 he aquí que vino allí una mujer, que por espacio de dieciocho años padecía una enfermedad causada de un maligno espíritu; y andaba encorvada, sin poder mirar poco ni mucho hacia arriba.
Lc 23:46 Entonces Jesús clamando con una voz muy grande, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y diciendo esto, expiró.
Lc 24:37 Ellos, atónitos, y atemorizados, se imaginaban ver a algún espíritu.
Lc 24:39 Mirad mis manos y mis pies, yo mismo soy, palpad, y considerad que un espíritu no tiene carne, ni huesos, como vosotros veis que yo tengo.
Jn 3:6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual.
Jn 3:6 Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual.
Jn 3:8 Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu.
Jn 3:8 Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu.
Jn 4:23 Pero ya llega tiempo, ya estamos en él, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque tales son los adoradores que el Padre busca.
Jn 4:24 Dios es espíritu, y verdad; y por lo mismo los que le adoran en espíritu y verdad deben adorarle.
Jn 4:24 Dios es espíritu, y verdad; y por lo mismo los que le adoran en espíritu y verdad deben adorarle.
Jn 6:63 El espíritu es quien da la vida; la carne o el sentido carnal de nada sirve para entender este misterio; las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son.
Jn 6:63 El espíritu es quien da la vida; la carne o el sentido carnal de nada sirve para entender este misterio; las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son.
Jn 19:30 Jesús luego que chupó el vinagre, dijo: Todo está cumplido. E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
Hech 1:14 Todos los cuales, animados de un mismo espíritu, perseveraban juntos en oración con las mujeres piadosas, y con María la madre de Jesús , y con los hermanos, o parientes de este Señor.
Hech 2:17 Sucederá en los postreros días, dice el Señor, que yo derramaré mi espíritu sobre todos los hombres; y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; y vuestros jóvenes tendrán visiones, y vuestros ancianos revelaciones en sueños.
Hech 2:18 Sí, por cierto: yo derramaré mi espíritu sobre mis siervos, y sobre mis siervas en aquellos días, y profetizarán.
Hech 2:46 Asistiendo asimismo cada día largos ratos al templo, unidos con un mismo espíritu, y partiendo el pan por las casas de los fieles, tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón,
Hech 5:12 Entretanto los apóstoles hacían muchos milagros y prodigios entre el pueblo. Y todos los fieles unidos en un mismo espíritu se juntaban en el pórtico de Salomón .
Hech 7:59 Y apedreaban a Esteban, el cual estaba orando, y diciendo: ¡Señor Jesús , recibe mi espíritu!
Hech 8:29 Entonces dijo el espíritu a Felipe: Date prisa y arrímate a ese carruaje.
Hech 16:16 Sucedió que yendo nosotros a la oración, nos salió al encuentro una esclava moza, que estaba obsesa, o poseída, del espíritu pitón, la cual acarreaba una gran ganancia a sus amos haciendo de adivina.
Hech 16:18 Lo que continuó haciendo muchos días. Al fin Pablo, no pudiendo ya sufrirlo, vuelto a ella, dijo al espíritu: Yo te mando en nombre de Jesucristo que salgas de esta muchacha. Y al punto salió.
Hech 17:16 Mientras que Pablo los estaba aguardando en Atenas, se consumía interiormente su espíritu, considerando aquella ciudad entregada toda a la idolatría.
Hech 18:25 Estaba este instruido en el camino del Señor, y predicaba con fervoroso espíritu, y enseñaba exactamente todo lo perteneciente a Jesús , aunque no conocía más que el bautismo de Juan.
Hech 19:15 Pero el maligno espíritu respondiendo, les dijo: Conozco a Jesús , y sé quién es Pablo; mas vosotros ¿quiénes sois?
Hech 23:8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección , ni ángel ni espíritu; cuando al contrario los fariseos confiesan ambas cosas.
Hech 23:9 Así que fue grande la gritería que se levantó. Y puestos en pie algunos fariseos, porfiaban, diciendo: Nada de malo hallamos en este hombre; ¿quién sabe si le habló algún espíritu o ángel?
Rom 1:4 y que fue predestinado para ser Hijo de Dios con soberano poder, según el espíritu de santificación por su resurrección de entre los muertos,
Rom 1:9 Dios, a quien sirvo con todo mi espíritu en la predicación de la buena nueva de su Hijo, es mi testigo de que continuamente hago memoria de vosotros,
Rom 2:29 sino que el verdadero judío es aquel que lo es en su interior, así como la verdadera circuncisión es la del corazón que se hace según el espíritu, y no según la letra de la ley; y este verdadero judío recibe su alabanza, no de los hombres, sino de Dios.
Rom 7:6 pero ahora estamos ya exentos de esta ley de muerte, que nos tenía ligados, para que sirvamos a Dios según el nuevo espíritu, y no según la letra o ley antigua.
Rom 7:23 mas al mismo tiempo echo de ver otra ley en mi cuerpo, la cual resiste a la ley de mi espíritu, y me sojuzga a la ley del pecado, que está en mi cuerpo.
Rom 7:25 Solamente la gracia de Dios por los méritos de Jesucristo, Señor nuestro. Entretanto yo mismo vivo sometido por el espíritu a la ley de Dios, y por la carne a la ley del pecado.
Rom 8:2 Porque la ley del espíritu de vida, que está en Cristo Jesús , me ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
Rom 8:4 a fin de que la justificación de la ley tuviese su cumplimiento en nosotros, que no vivimos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.
Rom 8:5 Porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; mientras los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu.
Rom 8:5 Porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; mientras los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu.
Rom 8:6 La sabiduría o prudencia de la carne es una muerte, pero la sabiduría de las cosas del espíritu, es vida y paz:
Rom 8:9 Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, pues el espíritu de Dios habita en vosotros. Que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo , éste no es de Jesucristo.
Rom 8:9 Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, pues el espíritu de Dios habita en vosotros. Que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo , éste no es de Jesucristo.
Rom 8:10 Mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto, o sujeto a muerte, por razón del pecado de Adán, el espíritu vive en virtud de la justificación.
Rom 8:11 Y si el espíritu de aquel Dios, que resucitó a Jesús de la muerte, habita en vosotros, el mismo que ha resucitado a Jesucristo de la muerte dará vida también a vuestros cuerpos mortales, en virtud de su espíritu que habita en vosotros.
Rom 8:11 Y si el espíritu de aquel Dios, que resucitó a Jesús de la muerte, habita en vosotros, el mismo que ha resucitado a Jesucristo de la muerte dará vida también a vuestros cuerpos mortales, en virtud de su espíritu que habita en vosotros.
Rom 8:12 Así que, hermanos míos, somos deudores no a la carne, para vivir según la carne, sino al espíritu de Dios,
Rom 8:13 porque si viviereis según la carne, moriréis; mas si con el espíritu hacéis morir las obras o pasiones de la carne, viviréis,
Rom 8:15 Porque no habéis recibido ahora el espíritu de servidumbre para obrar todavía solamente por temor como esclavos, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos en virtud del cual clamamos con toda confianza: Abba, esto es, ¡oh Padre mío!
Rom 8:15 Porque no habéis recibido ahora el espíritu de servidumbre para obrar todavía solamente por temor como esclavos, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos en virtud del cual clamamos con toda confianza: Abba, esto es, ¡oh Padre mío!