III Rey 21:2
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Habló, pues, Acab a Nabot, diciendo: Dame tu viña para hacerme una huerta, estando como está vecina y contigua a mi palacio, y en cambio de ella te daré otra viña mejor, o si te tiene más cuenta, su justo precio en dinero.
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III Rey 21:4
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Se fue Acab a su casa indignado y bramando de cólera por la respuesta que le había dado Nabot, jezraelita diciendo: No te doy yo la heredad de mis padres. Y echándose sobre su cama, volvió su rostro hacia la pared, y no quiso comer nada.
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III Rey 21:13
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Y habiendo introducido a dos hombres, hijos del diablo, los hicieron sentar enfrente de Nabot, los cuales, al fin como hombres diabólicos, atestiguaron contra él en presencia del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey. En vista de este testimonio lo sacaron fuera de la ciudad, y lo mataron a pedradas.
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III Rey 21:17
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Mas el Señor habló a Elías, tesbita, diciendo:
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III Rey 21:23
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E igualmente ha hablado el Señor contra Jezabel, diciendo: Los perros se comerán a Jezabel en el campo de Jezrael.
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III Rey 21:28
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Por lo que habló el Señor a Elías, tesbita, diciendo:
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III Rey 22:12
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A este tenor los demás profetas profetizaban, diciendo: Sal a campaña contra Ramot de Galaad, ve en hora buena; que el Señor la entregará en manos del rey.
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III Rey 22:13
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Al mismo tiempo el mensajero que había ido a llamar a Miqueas, lo previno, diciendo: Mira que todos los profetas están acordes en anunciar prósperos sucesos al rey; sea, pues, tu lenguaje semejante al suyo, y anuncia buenas nuevas.
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III Rey 22:21
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Mas salió del abismo el espíritu maligno, y se presentó al Señor, diciendo: Yo lo engañaré si me lo permites. Le preguntó el Señor: ¿De qué manera?
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III Rey 22:24
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Se acercó entonces Sedecías, hijo de Canaana, y dio un bofetón a Miqueas, diciendo: ¿Con que a mí me ha desamparado el espíritu del Señor y te ha hablado a ti?
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III Rey 22:31
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Había mandado el rey de Siria a los treinta y dos comandantes de sus carros de guerra, diciendo: No pelearéis contra ninguno pequeño ni grande, sino contra solo el rey de Israel.
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IV Rey 1:3
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Al mismo tiempo el ángel del Señor habló a Elías, tesbita, diciendo: Marcha y sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria, y diles: Pues, ¿no hay Dios en Israel que vais a consultar al Beelzebub, dios de Accarón?
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IV Rey 1:13
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Tercera vez destacó Ocozías otro capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta; el cual luego que llegó, se hincó de rodillas en frente de Elías, y le suplicó diciendo: Varón de Dios, sálvame la vida, y salva también la de tus siervos que me acompañan.
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IV Rey 1:15
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Entonces el ángel del Señor habló a Elías, diciendo: Desciende y vete con él, no temas. Se levantó pues; y marchó con él a encontrar al rey,
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IV Rey 2:23
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De aquí pasó a Betel, y cuando iba subiendo por el camino, salieron de la ciudad unos muchachos, y le motejaban, diciendo: Sube, oh calvo: calvo, sube.
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IV Rey 4:1
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Vino a clamar a Eliseo la mujer de uno de los profetas, diciendo: Mi marido, siervo tuyo, ha muerto; y bien sabes que tu siervo era temeroso de Dios. Pero ahora viene su acreedor para llevarse mis dos hijos y hacerlos esclavos suyos.
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IV Rey 4:31
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Entretanto Giezi había ido delante de ellos, y puesto el báculo sobre la cara del niño, el cual ni hablaba ni sentía. Y así volvió en busca de Eliseo, y le dio parte, diciendo: El niño no ha resucitado.
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IV Rey 4:40
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Se las sirvieron, pues, a los compañeros para que comiesen; mas luego que probaron aquel potaje, gritaron diciendo: La muerte está en esta olla, oh varón de Dios, y no pudieron atravesar bocado.
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IV Rey 5:4
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Oído que hubo esto Naamán, entró a ver a su señor, y le dio parte, diciendo: Esto ha dicho una doncella de tierra de Israel.
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IV Rey 5:11
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Indignado Naamán, se retiraba diciendo: Yo pensaba que él habría salido luego a recibirme, y que, puesto en pie, invocaría el nombre del Señor Dios suyo, y tocaría con su mano el lugar de la lepra, y me curaría.
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IV Rey 5:15
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Volviendo en seguida con toda su comitiva al varón de Dios, se presentó delante de él, diciendo: Verdaderamente conozco que no hay otro Dios en el universo, sino sólo el de Israel. Te ruego, pues, que admitas este presente de tu siervo.
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IV Rey 6:5
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Y acaeció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó en el agua el hierro del hacha, y exclamó diciendo a Eliseo: ¡Ay!, ¡ay de mí, señor mío!; ¡ay!, ¡que esta hacha la había tomado prestada!
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IV Rey 6:13
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Dijo él entonces: Id y averiguad dónde se halla, para enviar yo a prenderlo. Le dieron luego aviso, diciendo que estaba en Dotán.
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IV Rey 6:15
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Y al apuntar el día, habiéndose levantado el criado del varón de Dios, y salido fuera, vio el ejército alrededor de la ciudad con los caballos y carros y fue a dar aviso a su amo, diciendo: ¡Ay!, ¡ay, señor mío!; ¡ay!, ¿qué es lo que haremos?
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IV Rey 6:18
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En esto se acercaban hacia él los enemigos; y Eliseo hizo oración al Señor, diciendo: Ciega, te suplico, a esta gente. Y el Señor los cegó o deslumbró, para que no viesen, conforme lo había pedido Eliseo.
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IV Rey 6:26
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Y pasando el rey de Israel por la muralla, clamó a él una mujer, diciendo: Sálvame, socórreme, oh rey mi señor.
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IV Rey 7:10
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Venidos a la puerta de la ciudad, dieron la noticia diciendo: Hemos ido al campamento de los siros, y no hemos hallado allí a nadie, sino sólo los caballos y los asnos atados, y las tiendas que están todavía en pie.
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IV Rey 7:12
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el cual se levantó, siendo aún de noche, y dijo a sus criados: Yo os diré lo que han hecho con nosotros los siros; saben que nos morimos de hambre, y por eso se han salido del campamento, y están escondidos por los campos, diciendo: Cuando salgan de la ciudad, los cogeremos vivos, y entonces podremos entrar en ella.
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IV Rey 7:14
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Trajeron, pues, dos caballos, y envió el rey dos hombres al campamento de los siros, diciendo: Id y observad lo que hay.
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IV Rey 7:19
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en la cual ocasión replicó aquel capitán al varón de Dios, diciendo: Aunque Dios abra las compuertas del cielo para llover trigo, ¿podrá verificarse algún día lo que tú dices? Y le respondió Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
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IV Rey 8:7
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Vino asimismo Eliseo a Damasco, a tiempo que Benadad, rey de Siria, estaba enfermo; y se lo avisaron a éste, diciendo: El varón de Dios ha llegado aquí.
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IV Rey 9:3
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Y recogiendo la vasija de óleo, la derramarás sobre tu cabeza, diciendo: Esto dice el Señor: Yo te he ungido rey sobre Israel. Dicho esto abrirás la puerta, y huirás sin detenerte allí.
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IV Rey 9:6
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Al punto se levantó, y entró en un aposento, y el otro derramó el óleo sobre su cabeza, diciendo: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te he ungido rey del pueblo mío de Israel.
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IV Rey 9:13
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Se levantaron entonces a toda prisa, y tomando cada uno su propio manto, le pusieron debajo de los pies de Jehú en forma de tribunal; y a son de trompetas lo proclamaron, diciendo: Jehú es nuestro rey.
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IV Rey 9:18
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Con esto el que montó en el carro fue corriendo al encuentro de Jehú, y le dijo: Esto dice el rey: ¿Está todo en paz? Respondió Jehú: ¿Qué te importa a ti de la paz, o de la guerra, ponte atrás y sígueme. Al instante el atalaya dio aviso, diciendo: Llegó a ellos el correo y no vuelve.
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IV Rey 9:20
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Luego avisó el atalaya diciendo: Ha llegado hasta ellos, y no vuelve; y el modo de andar del que viene se parece al de Jehú, hijo de Namsi, pues camina con atropellamiento y precipitación.
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IV Rey 9:23
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Al punto Joram volvió las riendas y echó a huir diciendo Ocozías: Traición, Ocozías.
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IV Rey 9:25
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Y Jehú le dijo al capitán Badacer: cógelo, y arrójalo en el campo de Nabot, jesraelita; porque me acuerdo cuando tú y yo sentados en el carro de guerra íbamos siguiendo a Acab, padre de éste, el Señor pronunció esta terrible sentencia contra él diciendo:
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IV Rey 9:27
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Al ver esto Ocozías, rey de Judá, echó a huir por el camino de la casa del huerto. Y corrió Jehú tras él, diciendo: Matad también a éste dentro de su coche. Y lo hicieron en la cuesta de Gaver, junto a Jeblaam, y siguió huyendo hasta Mageddo, donde murió.
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IV Rey 10:8
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Llegó, pues, un mensajero, y dio a Jehú el aviso diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. A lo que respondió Jehú: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
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IV Rey 11:5
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y les dio orden diciendo: He aquí lo que debéis hacer:
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IV Rey 11:12
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Entonces Joíada sacó fuera al hijo del rey, y le puso la diadema sobre la cabeza y el libro de la ley; lo hicieron rey, y lo ungieron; y dando palmadas le proclamaron, diciendo: Viva el rey.
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IV Rey 14:8
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Entonces envió Amasías embajadores a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, y veámonos las caras.
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IV Rey 15:12
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Esta es la palabra que dio el Señor a Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel; y así se cumplió.
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IV Rey 17:13
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Sobre lo cual no cesó el Señor de amonestarlos, así en Israel como en Judá, por medio de todos los profetas y videntes diciendo: Convertíos de vuestras pésimas costumbres, observad mis preceptos y ceremonias, conforme a todas las leyes que promulgué a vuestros padres, y como os lo he enviado a decir por medio de mis siervos, los profetas.
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IV Rey 17:27
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En consecuencia el rey de los asirios dio orden diciendo: Llevad allá uno de los sacerdotes que se han traído de allí cautivos, y vaya a habitar con ellas, y enséñeles el culto del Dios de aquel país.
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IV Rey 17:35
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con quienes había firmado el pacto, y a quienes había dado este precepto, diciendo: No temáis, ni reverenciéis a dioses ajenos; no los adoréis ni les déis culto ninguno, ni les ofrezcáis sacrificios,
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IV Rey 18:27
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Le respondió Rabsaces, diciendo: Pues, ¿acaso mi señor me ha enviado para deciros estas cosas a tu señor y a ti, y no más bien a decirlas a esas gentes que están sobre el muro, expuestas a tener que comer con vosotros sus excrementos, y a beber sus propios orines?
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IV Rey 18:28
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En seguida puesto en pie gritó en alta voz, diciendo en hebreo: Oíd las palabras del gran rey, del rey de los asirios:
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IV Rey 18:32
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hasta tanto que yo vaya y os traslade a un país semejante al vuestro, a una tierra fructífera y abundante de vino, tierra de pan llevar, y de viñas y de olivares, tierra de aceite y de miel. Con eso viviréis en paz y no moriréis. No queráis escuchar a Ezequías , que os engaña diciendo: El Señor nos librará.
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