Ecle 10:17
|
Dichosa es la tierra cuyo rey es noble, cuyos príncipes comen a su tiempo, para sustentarse y no para echarse en los deleites.
|
Sab 1:3
|
Pues los pensamientos perversos apartan de Dios, cuyo poder puesto a prueba contradice a los necios.
|
Sab 5:2
|
A cuyo aspecto se apoderará de éstos la turbación y un temor horrendo; y se asombrarán de la repentina salvación de los justos, que ellos no esperaban ni creían;
|
Sab 5:10
|
o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;
|
Sab 5:11
|
o como ave que vuela a través del aire, de cuyo vuelo no queda rastro ninguno, y solamente se oye el sacudimiento de las alas con que azota al ligero viento, y corta con fuerza el ambiente, por la cual se abre camino; ella bate sus alas y vuela sin dejar detrás de sí señal alguna de su rumbo;
|
Sab 17:20
|
Solamente sobre ellos reinaba una profunda noche, imagen de aquellas eternas tinieblas, que después les aguardaban, por cuyo motivo se hacían ellos más insoportables a sí mismos que las tinieblas.
|
Sab 18:4
|
A la verdad bien merecían los otros quedar privados de las luz y padecer una cárcel de tinieblas, ya que tenían encarcelados a tus hijos, por cuyo medio se comenzaba a comunicar al mundo la luz inmaculada de la ley.
|
Ecli 31:6
|
Muchos han caído en el precipicio a causa del oro, cuyo resplandor fue su perdición.
|
Ecli 43:4
|
el sol abrasa tres veces más los montes, vibrando rayos de fuego, con cuyo resplandor deslumbra los ojos.
|
Ecli 46:13
|
Loados sean también los jueces, cada uno por su nombre, aquellos cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor;
|
Isa 29:24
|
Entonces, aquellos cuyo espíritu vivía en el error, tendrán la ciencia de la salud y aprenderán la ley del Señor los que se burlaban de ella.
|
Isa 30:33
|
Porque hace ya tiempo que les está preparado el valle de Tofet, aparejado fue por el gran rey, profundo y espacioso, cuyo cebo es el fuego y mucha leña; un soplo del Señor como torrente de azufre, es el que lo enciende.
|
Isa 54:5
|
Pues será tu dueño y esposo aquel Señor que te ha creado, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; y tu redentor, el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la tierra.
|
Isa 57:15
|
Pues esto dice el excelso y el sublime Dios que mora en la eternidad, y cuyo nombre es Santo: El que habita en las alturas y en el santuario, y en el corazón contrito y humillado, para vivificar el espíritu de los humildes y dar vida al corazón de los contritos.
|
Isa 63:1
|
¿Quién es ése que viene de Edom o Idumea, y de Bosra con las vestiduras teñidas de sangre? Ese tan gallardo en su vestir, y en cuyo majestuoso andar se descubre su gran fortaleza? Yo soy, responderá, el que predicó la justicia, y soy el protector que doy la salud a los hombres.
|
Isa 66:24
|
Y saldrán a ver los cadáveres los que prevaricaron contra mí; cuyo gusano no muere nunca, y cuyo fuego jamás se apagará; y el verlos causará náusea a todo hombre.
|
Isa 66:24
|
Y saldrán a ver los cadáveres los que prevaricaron contra mí; cuyo gusano no muere nunca, y cuyo fuego jamás se apagará; y el verlos causará náusea a todo hombre.
|
Jer 15:18
|
¿Por qué se ha hecho continuo mi dolor, y no admite remedio mi llaga desahuciada? Ella se ha hecho para mí como unas aguas engañosas, en cuyo vado no hay que fiarse.
|
Jer 22:25
|
Yo te entregaré, ¡oh príncipe impío!, en poder de los que buscan cómo matarte, y de aquellos cuyo rostro te hace temblar, en poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en poder de los caldeos.
|
Jer 33:2
|
Esto dice el Señor, el cual hará y efectuará y dispondrá de antemano aquello que dice aquel cuyo nombre es el Señor.
|
Jer 48:15
|
Devastado ha sido el país de Moab, y taladas sus ciudades, ha sido degollada toda su escogida juventud, dice aquel rey cuyo nombre es Señor de los ejércitos.
|
Jer 51:56
|
Porque ha venido el ladrón sobre ella, esto es, sobre Babilonia, y han sido cogidos sus valientes, cuyo arco se quedó sin fuerza; porque vengador poderoso es el Señor, el cual les dará la paga merecida.
|
Jer 51:57
|
Y embriagaré con el cáliz de mi ira a sus príncipes, y a sus sabios, y a sus capitanes, y a sus magistrados, y a sus campeones, y haré que duerman un sueño perdurable, del cual jamás despertarán, dice el Señor, cuyo nombre es Señor de los ejércitos.
|
Bar 2:17
|
Abre tus ojos y míranos; porque no son los muertos que están en el sepulcro, cuyo espíritu se separó de sus entrañas, los que tributarán honra a la justicia del Señor;
|
Bar 3:4
|
¡Oh Señor todopoderoso, Dios de Israel!, escucha ahora la oración de los muertos de Israel, de los israelitas atribulados y de los hijos de aquéllos los cuales pecaron delante de ti, y no quisieron escuchar la voz del Señor Dios suyo, por cuyo motivo se han apegado a nosotros todos los males.
|
Ezeq 3:6
|
ni a varias naciones, cuyo hablar te sea desconocido y extraña su lengua, cuyas palabras no puedas entender; que si a éstos fueses tú enviado, ellos te escucharían.
|
Ezeq 11:21
|
Mas en cuanto a aquéllos cuyo corazón va en seguimiento de los escándalos y de sus abominaciones, yo los castigaré según merecen, dice el Señor Dios.
|
Ezeq 17:16
|
Yo juro, dice el Señor Dios, que en el país del rey que le había puesto sobre el trono, y cuyo juramento quebrantó, violando el pacto que con él había hecho, allí en medio de Babilonia morirá.
|
Ezeq 23:42
|
y en cuyo alrededor se oía la algazara de gentes que se alegraban; y aquellos hombres extranjeros, que eran conducidos entre la multitud, y venían de la parte del desierto, les pusieron ellas sus brazaletes en las manos, y hermosas coronas sobre sus cabezas.
|
Ezeq 40:3
|
Y me introdujo dentro de él; y he aquí un varón cuyo aspecto era como de lucidísimo bronce, y tenía en su mano una cuerda de lino, y una caña o vara de medir en la otra mano; y estaba parado a la puerta.
|
Dan 3:94
|
Y agolpándose los sátrapas, y magistrados, y jueces, y los cortesanos del rey, contemplaban aquellos varones, en cuyo cuerpo no había tenido el fuego poder alguno; y ni un cabello de su cabeza se había chamuscado, ni sus ropas habían padecido nada, ni habían tan siquiera percibido el olor o vecindad del fuego.
|
Dan 5:23
|
sino que te has levantado contra el dominador del cielo, y has hecho traer a tu presencia los vasos sagrados de su santo templo, y en ellos has bebido el vino tú, y los grandes de tu corte, y tus mujeres, y tus concubinas; has dado también culto a dioses de plata, y de oro, y de cobre, y de hierro, y de madera, y de piedra, los cuales no ven, ni oyen, ni sienten; pero a aquel gran Dios, de cuyo arbitrio pende tu respiración y cualquier movimiento tuyo, a ése no le has glorificado.
|
Dan 7:27
|
Y para que el reino, y la potestad, y la magnificencia del reino, cuanta hay debajo de todo el cielo, sea dada al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino sempiterno, y a él le servirán y obedecerán los reyes todos.
|
Dan 8:8
|
Este macho cabrío se hizo en extremo grande; y cuando hubo crecido fue quebrantada el asta grande, en cuyo lugar nacieron cuatro astas con dirección a los cuatro vientos del cielo.
|
Amós 5:8
|
buscad al que creó el Arturo y el Orión, al que cambia las tinieblas en la luz de la mañana, y el día en noche; al que llama las aguas del mar hacia lo alto, y las derrama después sobre la tierra, y cuyo nombre es el Señor.
|
Amós 5:27
|
Yo haré, pues, que seáis transportados más allá de Damasco a la Asiria, dice el Señor, el Señor cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
|
Sof 1:18
|
Y ni la plata ni el oro podrán librarlos en aquel día de la ira del Señor, cuyo ardiente celo devorará toda la tierra; pues él a toda prisa exterminará a cuantos la habitan.
|
Zac 6:12
|
Al cual hablarás de esta manera: Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: He aquí el varón cuyo nombre es Oriente , y él nacerá de sí mismo, y edificará un templo al Señor.
|
I Mac 1:60
|
y a todo hombre en cuyo poder hallaban los libros del Testamento del Señor, y a todos cuantos observaban la ley del Señor, los despedazaban luego, en cumplimiento del edicto del rey."
|
I Mac 7:5
|
Y vinieron a presentársele algunos hombres malvados e impíos de Israel, cuyo caudillo era Alcimo, el cual pretendía ser sumo sacerdote.
|
I Mac 12:17
|
les hemos dado también la orden de pasar a veros y a saludaros de nuestra parte, cuyo objeto es el renovar nuestra unión fraternal.
|
I Mac 14:26
|
Porque él ha vengado a sus hermanos, y ha exterminado de Israel a los enemigos. En vista de esto le concedieron la libertad, o inmunidad, cuyo decreto fue grabado en láminas de bronce, y colocado entre los monumentos del monte de Sión.
|
I Mac 15:2
|
cuyo tenor es el que sigue: El rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote, y a la nación de los judíos, salud:
|
II Mac 7:27
|
a cuyo fin, habiéndose inclinado a él para hablarle, burlando los deseos del cruel tirano, le dijo en lengua patria: Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, que te alimenté por espacio de tres años con la leche de mis pechos, y te he criado y conducido hasta la edad en que te hallas."
|
II Mac 10:13
|
Pero acusado por esto mismo ante Eupátor por los amigos, que a cada paso lo trataban de traidor por haber abandonado Chipre, cuyo gobierno le había confiado el rey Filométor, y porque después de haberse pasado al partido de Antíoco Epífanes, o el ilustre, había desertado también de él, acabó su vida con el veneno.
|
II Mac 10:32
|
Timoteo se refugió en Gázara, plaza fuerte, cuyo gobernador era Quereas."
|
II Mac 13:8
|
Y a la verdad con mucha justicia; porque habiendo él cometido tantos delitos contra el altar de Dios, cuyo fuego y ceniza son cosas santas, justamente fue condenado a morir sofocado por la ceniza.
|
II Mac 14:6
|
respondió en esta forma: Aquellos judíos que se llaman asideos, cuyo caudillo es Judas Macabeo, son los que fomentan la guerra, y mueven las sediciones, y no dejan estar en quietud el reino.
|
Lc 1:49
|
Porque ha hecho en mí cosas grandes aquel que es todopoderoso, cuyo nombre es santo,
|
Jn 6:42
|
Y decían: ¿No es éste aquel Jesús , hijo de José, cuyo padre y cuya madre nosotros conocemos? Pues, ¿cómo dice él: Yo he bajado del cielo?
|