Rom 15:6
|
a fin de que no teniendo sino un mismo corazón y una misma boca, glorifiquéis unánimes a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
|
Rom 15:8
|
Digo, pues, que Jesucristo fue ministro, o predicador de la buena nueva, para con los de la circuncisión, a fin de que fuese reconocida la veracidad de Dios, en el cumplimiento de las promesas que él había hecho a los padres.
|
Rom 15:16
|
de ser ministro de Jesucristo entre las naciones; para ejercer el sacerdocio de la buena nueva de Dios, a fin de que la oblación de los gentiles le sea grata, estando santificada por el Espíritu Santo.
|
Rom 15:17
|
Con razón, pues, me puedo gloriar en Jesucristo del suceso que ha tenido la obra de Dios.
|
Rom 15:18
|
Porque no me atreveré a tomar en boca, sino lo que Jesucristo ha hecho por medio de mí para reducir a su obediencia a los gentiles, con la palabra y con las obras,
|
Rom 15:30
|
Entretanto, hermanos, os suplico por nuestro Señor Jesucristo y por la caridad del Espíritu Santo, que me ayudéis con las oraciones que hagáis a Dios por mí,
|
Rom 16:3
|
Saludad de mi parte a Prisca y a Aquila, que trabajaron conmigo en servicio de Jesucristo
|
Rom 16:10
|
Saludad a Apeles, probado y fiel servidor de Jesucristo.
|
Rom 16:20
|
El Dios de la paz quebrante y abata presto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
|
Rom 16:24
|
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
|
Rom 16:25
|
Gloria a aquel que es poderoso para fortaleceros en mi buena nueva y en la doctrina de Jesucristo que yo predico, según la revelación del misterio de la redención; misterio que después de haber permanecido oculto en todos los siglos pasados,
|
Rom 16:27
|
a Dios, digo, que es el solo sabio, a él la honra y la gloria por Jesucristo en los siglos de los siglos. Amén.
|
I Cor 1:1
|
Pablo, apóstol de Jesucristo por la vocación y voluntad de Dios, y nuestro hermano Sóstenes,
|
I Cor 1:2
|
a la Iglesia de Dios, que está en Corinto, a los fieles santificados por Jesucristo, llamados santos por su profesión, y a todos los que en cualquier lugar que sea invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:
|
I Cor 1:2
|
a la Iglesia de Dios, que está en Corinto, a los fieles santificados por Jesucristo, llamados santos por su profesión, y a todos los que en cualquier lugar que sea invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:
|
I Cor 1:3
|
Gracia y paz de parte de Dios padre nuestro , y de Jesucristo nuestro Señor.
|
I Cor 1:4
|
Continuamente estoy dando gracias a Dios por vosotros por la gracia de Dios, que se os ha dado en Jesucristo;
|
I Cor 1:7
|
de manera que nada os falte de gracia alguna, a vosotros que estáis esperando la manifestación de Jesucristo nuestro Señor,
|
I Cor 1:8
|
el cual os confortará todavía hasta el fin, para que seáis hallados irreprensibles en el día del advenimiento de Jesucristo Señor nuestro.
|
I Cor 1:9
|
Porque Dios, por el cual habéis sido llamados a la compañía de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, es fiel en sus promesas.
|
I Cor 1:10
|
Mas os ruego encarecidamente, hermanos míos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos tengáis un mismo lenguaje, y que no haya entre vosotros cismas ni partidos; antes bien viváis perfectamente unidos en un mismo pensar y en un mismo sentir;
|
I Cor 1:17
|
Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar la buena nueva; y a predicarla, sin valerme para eso de la elocuencia de palabras, o discursos de sabiduría humana, para que no se haga inútil la cruz de Jesucristo.
|
I Cor 2:2
|
puesto que no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
|
I Cor 3:11
|
pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya ha sido puesto, el cual es Jesucristo.
|
I Cor 4:15
|
Porque aun cuando tengáis millares de maestros en Jesucristo, no tenéis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en Jesucristo por medio de la buena nueva.
|
I Cor 4:15
|
Porque aun cuando tengáis millares de maestros en Jesucristo, no tenéis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en Jesucristo por medio de la buena nueva.
|
I Cor 4:17
|
Con este fin he enviado a vosotros a Timoteo, el cual es hijo mío, carísimo y fiel en el Señor; para que os informe de mi proceder o manera de vivir en Jesucristo, conforme a lo que yo enseño por todas partes en todas las iglesias.
|
I Cor 5:4
|
En nombre de nuestro Señor Jesucristo, uniéndose con vosotros mi espíritu, con el poder que he recibido de nuestro Señor Jesús ,
|
I Cor 5:5
|
sea ese que tal hizo entregado a Satanás, para castigo de su cuerpo, a cambio de que su alma sea salva en el día de nuestro Señor Jesucristo.
|
I Cor 5:7
|
Echad fuera la levadura añeja, para que seáis una masa enteramente nueva, como que sois panes puros y sin levadura. Porque Jesucristo, que es nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado por nosotros.
|
I Cor 6:11
|
Tales habéis sido algunos de vosotros en otro tiempo; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios.
|
I Cor 8:6
|
sin embargo, para nosotros no hay más que un solo Dios, que es el Padre, del cual tienen el ser todas las cosas, y que nos ha hecho a nosotros para él; y no hay sino un solo Señor, que es Jesucristo, por quien han sido hechas todas las cosas, y somos nosotros por él cuanto somos.
|
I Cor 9:1
|
¿No tengo yo libertad? ¿No soy yo apóstol? ¿No he visto yo a Jesucristo, Señor nuestro? ¿No sois vosotros obra mía en el Señor?
|
I Cor 9:5
|
¿Por ventura no tenemos también facultad de llevar en los viajes alguna mujer hermana en Jesucristo, para que nos asista, como hacen los demás apóstoles, y los hermanos o parientes del Señor, y el mismo Cefas, o Pedro?
|
I Cor 9:21
|
con los sujetos a la ley, o prosélitos he vivido como si yo estuviese sujeto a la ley (con no estar yo sujeto a ella) sólo por ganar a los que a la ley vivían sujetos; así como con los que no estaban sujetos a la ley de Moisés, he vivido como si yo tampoco lo estuviese (aunque tenía yo una ley con respecto a Dios, teniendo la de Jesucristo) a cambio de ganar a los que vivían sin ley.
|
I Cor 15:24
|
En seguida será el fin del mundo; cuando Jesucristo hubiere entregado su reino, o Iglesia, a su Dios y Padre, cuando haya destruido todo imperio, y toda potencia, y toda dominación.
|
I Cor 15:31
|
No hay día, tenedlo por cierto, hermanos, en que yo no muera por asegurar la gloria vuestra y también mía, que está en Jesucristo nuestro Señor.
|
I Cor 15:45
|
El primer hombre Adán fue formado con alma viviente; el último Adán, Jesucristo, ha sido llenado de un espíritu vivificante.
|
I Cor 15:57
|
Pero demos gracias a Dios, que nos ha dado victoria contra la muerte y el pecado, por virtud de nuestro Señor Jesucristo.
|
I Cor 16:22
|
El que no ama a nuestro Señor Jesucristo, sea anatema: Maran Atha.
|
I Cor 16:23
|
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
|
II Cor 1:1
|
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo su hermano, o coadjutor, a la Iglesia de Dios, establecida en Corinto, y a todos los santos o fieles, existentes en toda la Acaya.
|
II Cor 1:2
|
Dios, padre nuestro , y el Señor Jesucristo os den gracias y paz.
|
II Cor 1:3
|
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,
|
II Cor 1:14
|
pues ya en parte habéis reconocido que nosotros somos vuestra gloria, como vosotros seréis la nuestra, en el día, o juicio, de nuestro Señor Jesucristo.
|
II Cor 1:19
|
Porque Jesucristo, Hijo de Dios que os hemos predicado nosotros, esto es, yo, y Silvano, y Timoteo, no es tal que se hallen en él, el sí y el no, sino que en él todo es inmutable, un sí invariable.
|
II Cor 2:10
|
Lo que vosotros le concediereis por indulgencia, yo se lo concedo también; porque si yo mismo uso de indulgencia, uso de ella por amor vuestro, en nombre y en persona de Jesucristo,
|
II Cor 3:18
|
Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.
|
II Cor 4:5
|
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, Señor nuestro, haciéndonos siervos vuestros por amor de Jesús .
|
II Cor 4:6
|
Porque Dios, que dijo que la luz saliese o brillase de en medio de las tinieblas, él mismo ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones, a fin de que nosotros podamos iluminar a los demás por medio del conocimiento de la gloria de Dios, según que ella resplandece en Jesucristo.
|