ELEBRÓ asimismo Josías en Jerusalén la Pascua del Señor, la cual fue inmolada en el día catorce del mes primero.
Para lo cual hizo que los sacerdotes ejerciesen sus funciones, y los exhortó al cumplimiento de su ministerio en la casa del Señor.
Dijo también a los levitas, por cuyas instrucciones se sacrificaba todo Israel para el culto del Señor: Colocad otra vez el arca en el Santuario del templo, edificado por Salomón , hijo de David, rey de Israel, porque ya no la tendréis que llevar más de una a otra parte. Ahora, pues, servid al Señor Dios vuestro y a su pueblo de Israel;
y estad apercibidos casa por casa, y familia por familia, según la distribución hecha de cada uno de vosotros, así como lo ordenó David, rey de Israel, y dejó por escrito su hijo Salomón .
Y ejerced vuestras funciones en el santuario, observando la distribución de familias y de las clases levíticas:
y después de haberos santificado, inmolad el cordero pascual, y disponed también a vuestros hermanos purificándolos, para que le puedan inmolar, conforme mandó el Señor por boca de Moisés.
Además de esto Josías dio a todo el pueblo que se halló allí en la solemnidad de la Pascua , corderos y cabritos de los rebaños, y otras reses, hasta treinta mil, y asimismo tres mil bueyes; todo esto lo dio el rey de su hacienda.
También sus oficiales o magnates presentaron lo que espontáneamente habían ofrecido, tanto al pueblo como a los sacerdotes y levitas. Además Helcías sumo sacerdote, y Zacarías, y Jahiel, principales de la casa del Señor, dieron a los sacerdotes para celebrar la Pascua entre unas y otras dos mil seiscientas reses menores, y trescientos bueyes.
Igualmente Conenías, y Semeías, y Natanael con sus hermanos, y Hasabías, y Jehiel, y Jozabad, príncipes de los levitas, dieron a los otros levitas para la celebración de la Pascua cinco mil reses menores y quinientos bueyes.
Preparado todo lo necesario para la función, los sacerdotes estuvieron prontos a su oficio, e igualmente los levitas divididos en sus compañías, conforme al mandato del rey.
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Se inmoló, pues, la Pascua ; y los sacerdotes derramaban con sus manos la sangre, y los levitas desollaban las víctimas.
Las separaron luego para repartirlas casa por casa y familia por familia, a fin de que fuesen ofrecidas al Señor, del modo que está escrito en el Libro de Moisés; e hicieron lo mismo con los bueyes.
Y asaron los corderos pascuales al fuego, conforme está escrito en la ley. En cuanto a las víctimas pacíficas, las cocieron en calderos, marmitas y ollas; e inmediatamente las distribuían a toda la plebe.
Y para sí y para los sacerdotes las hicieron cocer después; porque los sacerdotes estuvieron ocupados hasta la noche en la ofrenda de los holocaustos y de la grasa; por cuyo motivo los levitas no las prepararon para sí y para los sacerdotes hijos de Aarón, hasta después de todos.
Entretanto los cantores, hijos de Asaf, estaban en su coro, conforme a lo dispuesto por David, y por Asaf, y Hemán, e Iditún, profetas del rey; y los porteros estaban de guardia en cada una de las puertas sin apartarse ni por un instante de su ministerio; por eso sus hermanos los levitas les aparejaron también la comida.
De esta suerte se cumplió, según rito, con todo el culto del Señor en aquel día, celebrando la Pascua , y ofreciendo los holocaustos sobre el altar del Señor, conforme a la orden del rey Josías.
Así, pues, los hijos de Israel que se hallaron allí, celebraron entonces la Pascua y la fiesta de los Azimos por siete días.
No hubo Pascua semejante a ésta en Israel desde el tiempo del profeta Samuel; ni hubo ninguno de todos los reyes de Israel que como Josías celebrase una Pascua con los sacerdotes y levitas y con todo Judá y cuantos se hallaron allí de Israel, y con los habitantes de Jerusalén .
Se celebró esta Pascua el año decimoctavo del reinado de Josías.
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Después de haber Josías restaurado el templo, Necao, rey de Egipto, salió a campaña para sitiar a Carcamis, contigua al Eufrates; y Josías marchó contra él.
Pero Necao envió a decirle por sus embajadores: ¿Qué motivo hay de disensión entre nosotros dos, oh rey de Judá? Yo no vengo ahora a pelear contra ti, sino contra otra casa, contra la cual Dios me ha mandado salir a toda prisa; deja, pues, de oponerte a Dios, el cual está conmigo; no sea que el Señor te quite la vida.
No quiso Josías retirarse, sino que se preparó para darle batalla, sin querer escuchar las palabras de Necao, que eran de Dios; y avanzó para venir a las manos en el campo de Mageddo.
Allí fue herido por los arqueros, y dijo a sus criados: Sacadme fuera del combate, pues estoy gravemente herido.
Ellos lo pasaron de su coche a otro, que le seguía según estilo de los reyes, y lo llevaron a Jerusalén , donde murió; y fue sepultado en el panteón de sus padres. Lo lloraron Judá y Jerusalén ;
sobre todo Jeremías, cuyas lamentaciones sobre Josías repiten todos los cantores y cantoras hasta hoy día, tanto que ha venido a ser este uso como una ley en Israel. Se hallan escritas estas cosas entre las Lamentaciones.
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Las demás acciones de Josías, y sus buenas obras, según lo que está prescrito en la ley del Señor,
sus hechos, digo, desde el principio al fin, está todo escrito en el Libro de los Reyes de Judá y de Israel.
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