L que teme al Señor, nada malo le sucederá; antes bien en la tentación Dios lo guardará y lo librará de males.
El varón sabio ama, no aborrece los preceptos y las leyes; ni se estrellará como un navío en la tormenta.
El hombre prudente es fiel a la ley de Dios, y la ley será fiel para con él.
El que ha de aclarar o satisfacer a una pregunta, debe premeditar la respuesta; y así después de haber hecho oración a Dios, será oído y conservará la buena doctrina, y entonces podrá responder con acierto.
El corazón del fatuo es como la rueda del carro; y como un eje que da vuelta, así son sus pensamientos.
El amigo escarnecedor es como el caballo padre, que relincha debajo de cualquier jinete.
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¿De dónde viene que un día se prefiere a otro, y la luz de un día hace ventaja a la luz de otro, y un año a otro año, proviniendo todos de un mismo sol?
La sabiduría del Señor es la que los diferenció después de creado el sol, el cual obedece las órdenes recibidas.
Dios arregló las estaciones y los días festivos de ellas, en que se celebran las solemnidades a la hora establecida.
De estos mismos días, a unos los hizo Dios grandes y sagrados, y a otros los dejó en el número de días comunes. Así también a todos los hombres los hizo del polvo y de la tierra, de que Adán fue formado;
a los cuales distinguió el Señor con su gran sabiduría, y diferenció sus condiciones y estados.
De ellos a unos bendijo, y los ensalzó y consagró, y tomó para sí; y a otros los maldijo y abatió, y los arrojó del país en donde vivían separados de los demás.
Como el barro está en manos del alfarero para hacer y disponer de él,
y pende de su arbitrio emplearlo en lo que quiera, así el hombre está en las manos de su Hacedor, el cual le dará el destino según sus juicios.
Contra el mal está el bien, y contra la muerte la vida; así también contra el hombre justo, el pecador; y de este modo todas las obras del Altísimo las veréis pareadas, y la una opuesta a la otra.
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Yo ciertamente me he levantado opuesto a escribir el último y soy como el que recoge rebuscos tras los vendimiadores.
Pero puse mi esperanza en la bendición de Dios, y así he henchido mi lagar, como el que vendimia.
Observad que no he trabajado para mí solo, sino para todos los que buscan instruirse.
Escuchadme, ¡oh magnates y pueblos todos!, y vosotros que presidís las asambleas, prestadme atentos vuestros oídos.
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Al hijo, ni a la mujer, ni al hermano, ni al amigo, jamás en tu vida les des potestad sobre ti, ni cedas a otro lo que posees, para que no suceda que arrepentido hayas de pedirle rogando que te lo devuelva.
Mientras estés en este mundo y respires, ningún hombre te haga mudar de este propósito.
Porque mejor es que tus hijos hayan de recurrir a ti, que no el que tú hayas de esperar el auxilio de las manos de tus hijos.
En todas tus cosas mantén tu superioridad,
a fin de no manchar tu reputación, y reparte tu herencia cuando estén para terminarse los días de tu vida, al tiempo de tu muerte.
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Pienso, y palos, y carga para el asno; pan y castigo, y trabajo para el siervo.
Este trabaja cuando es castigado, y apetece el reposo; si le dejas sueltas las manos, buscará libertad."
El yugo y la coyunda doblan la dura cerviz del buey; así las continuas faenas amansan al siervo."
Al siervo de mala inclinación, azotes y cepo. Envíalo al trabajo para que no esté mano sobre mano;"
pues es la ociosidad maestra de muchos vicios."
Fuérzalo a trabajar, que esto es lo que le conviene; y si no hiciere lo que le mandas, aprémialo con meterlo en el cepo; guárdate de excederte contra el cuerpo de quienquiera que sea; y no hagas cosa de gravedad sin consejo o meditación."
Si tienes un siervo fiel, cuida de él como de ti mismo, trátalo como a un hermano; pues lo compraste a costa de tu sangre."
Si lo maltratas injustamente, huirá."
Y si él se aparta de ti y se marcha, no sabrás a quién preguntar, ni por qué camino lo has de buscar."
Père
Fils
Saint-Esprit
Anges
Satan
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Atlas