L Señor reinó, se revistió de gloria, se armó de fortaleza, y se ciñó todo de ella. Asentó también firme la tierra, y no será conmovida.
Desde entonces quedó, ¡oh Señor!, preparado tu solio; y tú eres desde la eternidad.
Alzaron los ríos, ¡oh Señor!, levantaron los ríos su voz; alzaron el sonido de sus olas,
con el estruendo de las muchas aguas. Maravillosas son las encrespaduras del mar; mas admirable es el Señor en las alturas.
Tus testimonios se han hecho en extremo creíbles. La santidad debe ser, Señor, el ornamento de tu casa por todos los siglos.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas