NSTRUCCION de Ethan Ezrahite.
Cantando estaré eternamente la misericordia del Señor. A hijos y nietos haré notoria por mi boca tu fidelidad.
Porque tú dijiste: La misericordia estará eternamente firme en los cielos, y en ellos tendrá seguro apoyo tu veracidad.
Tengo hecha alianza, dijiste, con mis escogidos; he jurado a David, siervo mío, diciendo:
Apoyaré eternamente tu descendencia, y haré estable tu trono de generación en generación.
•
¡Oh Señor!, los cielos celebrarán tus maravillas, como también tu verdad en la congregación de los santos.
Porque, ¿quién hay en los cielos, que pueda igualarse con el Señor?; ¿quien entre los hijos de Dios es semejante a él?;
¿a Dios, al cual ensalza y glorifica toda la corte de los santos, grande y terrible sobre todos los que asisten en torno de él?
¿Quién como tú, oh Señor Dios de los ejércitos? Poderoso eres, Señor, y está siempre en torno a ti tu verdad.
Tú tienes señorío sobre la bravura del mar; y el alboroto de sus olas tú le sosiegas.
Tú abatiste al soberbio, como a uno que está herido de muerte; con tu fuerte brazo disipaste tus enemigos.
Tuyos son los cielos, y tuya es la tierra, tú fundaste el mundo y cuanto él contiene.
El aquilón y el mar tú los creaste. El Tabor y el Hermón saltarán de gozo en tu Nombre.
Lleno de fortaleza está tu brazo. Ostente su robustez la mano tuya, y sea ensalzada tu diestra.
Justicia y equidad son las bases de tu trono. La misericordia y la verdad van siempre delante de ti.
•
Dichoso el pueblo que sabe alegrarse en ti. ¡Oh Señor!, a la luz de tu rostro caminarán tus hijos,
y todo el día se regocijarán en tu Nombre, y mediante tu justicia serán ensalzados.
Puesto que tú eres la gloria de tu fortaleza, y por tu buena voluntad se ensalzará nuestro poder.
Porque nos ha tomado por suyos el Señor, y el Santo de Israel que es nuestro rey.
•
Entonces hablaste en visión a tus santos, y dijiste: Yo tengo preparado en un hombre poderoso el socorro; y he ensalzado a aquel que escogí de entre mi pueblo.
Hallé a David, siervo mío, lo ungí con mi óleo sagrado.
Mi mano lo protegerá, y fortalecerlo ha mi brazo.
Nada podrá adelantar contra él el enemigo, no podrá ofenderle más el hijo de la iniquidad.
Y exterminaré de su presencia a sus enemigos, y pondré en fuga a los que lo aborrecen.
Le acompañarán mi verdad y mi clemencia, y en mi Nombre será exaltado su poder.
Y extenderé su mano sobre el mar, y su diestra sobre los ríos.
El me invocará, diciéndome: Tú eres mi padre, mi Dios, y el autor de mi salud;
y yo le constituiré a él primogénito, y el más excelso entre los reyes de la tierra.
Eternamente le conservaré mi misericordia, y la alianza mía con él será estable.
Haré que subsista su descendencia por los siglos de los siglos, y su trono mientras duren los cielos.
Que si sus hijos abandonaren mi ley, y no procedieren conforme a mis preceptos;
si violaren mis justas disposiciones, y dejaren de observar mis mandamientos,
yo castigaré con la vara de mi justicia sus maldades, y con el azote sus pecados.
Mas no retiraré de él mi misericordia, ni faltaré jamás a la verdad de mis promesas.
No violaré mi alianza, ni retractaré las promesas que han salido de mi boca.
Una vez para siempre juré por mi santo Nombre, que no faltaré a lo que he prometido a David:
Su linaje durará eternamente,
y su trono resplandecerá para siempre en mi presencia, como el sol, y como la luna llena, y como el arco iris, testimonio fiel en el cielo.
•
Con todo eso, Señor, tú has desechado y despreciado a tu ungido; te has irritado contra él.
Has anulado la alianza con tu siervo; has arrojado por el suelo su sagrada diadema.
Todas sus cercas las has destruido, y su fortaleza la has convertido en espanto.
Lo saquean cuantos pasan por el camino; está hecho el escarnio de sus vecinos.
Has exaltado el poder de los que le oprimen, y llenado de contento a todos sus enemigos.
Tienes embotados los filos de su espada, y no le has auxiliado en la guerra.
Aniquilaste su esplendor, y has hecho pedazos su solio.
Has acortado los floridos días de su vida; está cubierto de ignominia.
•
¿Hasta cuándo, Señor, te has de mostrar adverso? ¿Hasta cuándo arderá como fuego tu indignación?
Acuérdate cuán débil es mi ser. ¿Acaso tú has creado en vano todos los hijos de los hombres?
¿Qué hombre hay que haya de vivir sin ver jamás la muerte? ¿Quién podrá sacar su alma del poder del infierno o de la muerte?
¿Señor, dónde está tu antigua misericordia, que prometiste con juramento a David, tomando tu verdad por testigo?
Ten presente, ¡oh Señor!, los oprobios que tus siervos han sufrido de varias naciones, oprobios que tengo sellados en mi pecho;
oprobios con que nos dan en rostro, Señor, tus enemigos, quienes nos echan en cara la mutación de tu ungido.
•
Bendito sea el Señor para siempre. ¡Así sea! ¡Así sea!
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
Comentario
Referencia
Ilustración
Atlas