ARA el fin: sobre los Cánticos. Salmo de inteligencia de David.
cuando fueron los zifeos a decir a Saúl: ¿No sabes que David está escondido entre nosotros?.
Sálvame, ¡oh Dios!, por tu Nombre, y defiéndeme con tu poder.
Escucha, ¡oh Dios!, mi oración; presta oídos a las palabras de mi boca.
Porque gentes extrañas han alzado bandera contra mí, y poderosos atentan contra mi vida, sin mirar a Dios.
Pero ya Dios me socorre, y el Señor toma por su cuenta la defensa de mi vida.
Haz, ¡oh Dios mío!, recaer los males sobre mis enemigos; y en honor de tu verdad extermínalos.
Yo te ofreceré un sacrificio voluntario; y alabaré, ¡oh Señor!, tu Nombre, que tan lleno está de bondad.
Puesto que me has librado de todas las tribulaciones, y ya mis ojos miran con desprecio a mis enemigos.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas