I espíritu se va extenuando; se acortan mis días, y sólo me resta el sepulcro.
Yo no he delinquido, y con todo mis ojos no ven sino amarguras.
Líbrame, oh Señor, y ponme a tu lado, y pelee contra mí la mano de quien quiera.
Tú has alejado la sabiduría del corazón de éstos; por tanto no serán ensalzados.
El uno promete ya los despojos de la victoria a sus compañeros; mas los ojos de sus hijos se consumirán.
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El me ha hecho la fábula del vulgo, y soy a sus ojos un escarmiento.
Por el gran pesar he perdido la luz de mis ojos, y los miembros de mi cuerpo han quedado casi aniquilados.
Se pasmarán los justos de esto que me pasa, y el inocente se irritará contra el hipócrita.
Como quiera, el justo proseguirá su camino, y el que obra bien se fortalecerá más en el bien obrar.
Por tanto, arrepentíos todos vosotros, y venid y veréis que no hallaré entre vosotros ninguno verdaderamente sabio.
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Mas, ¡ay!, se fueron mis días felices; se disiparon como humo todos mis designios, dejando en tormento mi corazón.
Ellos han convertido para mí la noche en día; y después de las tinieblas espero ya de nuevo con ansia que venga la luz.
Aun cuando yo sufra con paciencia, el sepulcro será luego mi casa, y tengo ya preparado mi lecho en las tinieblas.
He dicho a la podredumbre: Tú eres mi padre; y a los gusanos: Vosotros sois mi madre y mi hermana.
Según esto, ¿qué esperanza es la que me queda? ¿Y quién es el que toma en consideración mi paciencia?
Todas mis cosas tendrán fin, y descenderán a lo más hondo del sepulcro; ¿crees tú que al menos allí tendré yo reposo?
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas