EN seguida dijo David: Aquí está la casa de Dios, y éste es el altar de los holocaustos de Israel.

2 Y mandó juntar todos los extranjeros de la tierra de Israel, y entresacó de ellos canteros para cortar y pulir las piedras para la construcción de la casa de Dios. 3 Preparó también muchísimo hierro para la clavazón de las puertas, y para la trabazón de las junturas; y cantidad inmensa de bronce. 4 Era igualmente inestimable el acopio de maderas de cedro, que los sidonios y tirios habían traído a David. 5 Porque dijo David: Mi hijo Salomón es todavía un joven tierno y delicado; y la casa que quiero que se edifique al Señor debe ser tal, que sea celebrada en todas las naciones; iré, pues, yo preparando lo necesario. Por esta razón hizo antes de su muerte, con anticipación, todos los gastos.

6 Y llamó a su hijo Salomón , y le mandó que edificase la casa o templo al Señor Dios de Israel. 7 Añadió David a Salomón : Hijo mío, mi voluntad fue el edificar casa al Nombre de mi Señor Dios;

8 pero el Señor me habló, y dijo: Tú has derramado mucha sangre, y hecho muchas guerras; y así no puedes edificar la casa a mi Nombre, habiendo derramado tanta sangre delante de mí. 9 Tú tendrás un hijo, el cual será hombre de paz; pues yo haré que no sea perturbado de ninguno de sus enemigos en todos los alrededores; por cuya causa será llamado el Pacífico o Salomón ; y paz y sosiego daré yo a Israel todo el tiempo de su vida.

10 El edificará la casa a mi Nombre, y él me será hijo, y yo le seré padre; y estableceré el solio de su reino sobre Israel para siempre.

11 Ahora, pues, hijo mío, el Señor sea contigo, y seas feliz, y edifica la casa o templo al Señor Dios tuyo, como lo tiene predicho de ti. 12 Concédate asimismo el Señor sabiduría y prudencia para poder gobernar a Israel, y guardar la ley del Señor Dios tuyo. 13 Porque entonces podrás ser feliz, si observares los mandamientos y las leyes dadas por el Señor a Moisés para que las enseñara a Israel. Esfuérzate y pórtate varonilmente; no temas, ni te acobardes. 14 Ya ves que yo en mi pobreza he preparado para los gastos de la casa del Señor cien mil talentos de oro y un millón de talentos de plata; el bronce y el hierro es en tanta cantidad, que es incalculable; tengo prevenida mucha madera y piedra para todas las obras necesarias. 15 Tienes también muchísimos obreros, canteros, y albañiles, y carpinteros, y artífices de toda especie, muy hábiles en todo género de labores, 16 en oro, plata, bronce o hierro, cuya suma es incalculable. Anímate, pues, y manos a la obra, y el Señor será contigo.

17 Al mismo tiempo mandó David a los príncipes de Israel que ayudasen a su hijo Salomón . 18 Ya veis, les dijo, que el Señor Dios vuestro está con vosotros, y que os ha dado paz por todos lados, y entregado en vuestras manos todos vuestros enemigos, y que el país está sujeto al Señor y a su pueblo. 19 Disponed, pues, vuestros corazones, preparad vuestras almas, y buscad al Señor Dios vuestro. Manos a la obra, y edificad el santuario al Señor Dios, para que el arca de la Alianza del Señor y los vasos a él consagrados sean trasladados a la casa que va a edificar al Nombre del Señor.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas