II Mac 15:17
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Animados, pues, todos con estas palabras de Judas, las más eficaces para avivar el valor, e infundir nuevo aliento en la juventud, resolvieron atacar y combatir vigorosamente a los enemigos, de modo que su esfuerzo decidiese la causa, pues así el templo como la ciudad santa estaban en peligro.
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II Mac 15:18
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Y a la verdad menos cuidado pasaban por sus mujeres, por sus hijos, por sus hermanos y por sus parientes, que por la santidad del templo, que era lo que les causaba el mayor y principal temor.
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II Mac 15:33
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mandó luego que la lengua de este impío fuese cortada en menudos trozos, y arrojada después para pasto de las aves; y que se colgara enfrente del templo la mano de aquel insensato.
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II Mac 15:34
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Con esto bendijeron todos al Señor del cielo, diciendo: Bendito sea el que ha conservado exento de la profanación su santo templo.
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Mt 4:5
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Después de esto lo transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén , y lo puso sobre lo alto del templo;
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Mt 12:5
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¿O no habéis leído en la ley cómo los sacerdotes en el templo trabajan el sábado, y con todo eso no pecan?
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Mt 12:6
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Pues yo os digo que aquí está uno que es mayor que el templo.
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Mt 21:12
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Habiendo entrado Jesús en el templo de Dios, echó fuera de él a todos los que vendían allí y compraban, y derribó las mesas de los banqueros o cambiantes, y las sillas de los que vendían las palomas para los sacrificios.
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Mt 21:14
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Al mismo tiempo se acercaron a él en el templo varios ciegos y cojos y los curó.
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Mt 21:15
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Pero los príncipes de los sacerdotes y los escribas, al ver las maravillas que hacía, y los niños que le aclamaban en el templo, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron,
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Mt 21:23
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Llegado al templo, se acercaron a él, cuando estaba ya enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos o senadores del pueblo, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te ha dado tal potestad?
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Mt 23:16
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¡Ay de vosotros, guías o conductores ciegos, que decís: Jurar por el templo, no es nada, no obliga; mas quien jura por el oro del templo está obligado!
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Mt 23:16
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¡Ay de vosotros, guías o conductores ciegos, que decís: Jurar por el templo, no es nada, no obliga; mas quien jura por el oro del templo está obligado!
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Mt 23:17
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¡Necios y ciegos! ¿Qué vale más, el oro, o el templo que santifica al oro?
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Mt 23:21
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Y quien jura por el templo, jura por él, y por aquel Señor que le habita.
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Mt 23:35
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para que recaiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el templo y el altar.
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Mt 24:1
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Salió Jesús del templo e iba ya andando cuando se acercaron a él sus discípulos, a fin de mostrarle la construcción.
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Mt 26:55
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En aquella hora dijo Jesús a aquel tropel de gentes: Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos a prenderme; cada día estaba sentado entre vosotros enseñándoos en el templo, y nunca me prendisteis;
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Mt 26:61
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y dijeron: Este dijo: Yo puedo destruir el templo de Dios y reedificarlo en tres días.
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Mt 27:5
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Mas él, arrojando el dinero en el templo, se fue y echándose un lazo, se ahorcó.
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Mt 27:6
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Pero los príncipes de los sacerdotes, recogidas las monedas, dijeron: No es lícito meterlas en el tesoro del templo siendo como son precio de sangre.
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Mt 27:40
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¡Hola!, tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, desciende de la cruz.
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Mt 27:51
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Y al momento el velo del templo se rasgó en dos partes, de arriba abajo, y la tierra tembló, y se partieron las piedras;
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Mc 11:11
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Así entró Jesús en Jerusalén y se fue al templo, donde después de haber observado por una y otra parte todas las cosas, siendo ya tarde, se salió a Betania con los doce.
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Mc 11:15
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Llegan, pues, a Jerusalén . Y habiendo Jesús entrado en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en él, y derribó las mesas de los cambistas, y los asientos de los que vendían palomas para los sacrificios;
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Mc 11:16
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y no permitía que nadie transportase mueble o cosa alguna por el templo;
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Mc 11:27
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Volvieron, pues, otra vez a Jerusalén . Y paseándose Jesús por el atrio exterior del templo instruyendo al pueblo, se acercaron a él los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos;
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Mc 12:35
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Y enseñando y razonando después Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo o Mesías es hijo de David?
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Mc 13:1
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Al salir del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras y que construcción tan asombrosa.
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Mc 13:3
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Y estando sentado en el monte de los Olivos de cara al templo, le preguntaron aparte Pedro y Santiago, y Juan y Andrés:
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Mc 14:49
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Todos los días estaba entre vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. Pero es necesario que se cumplan las Escrituras.
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Mc 14:58
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Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este templo hecho de mano de los hombres, y en tres días construiré otro sin obra de mano alguna.
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Mc 14:65
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Y luego empezaron algunos a escupirle, y tapándole la cara, le daban golpes, diciéndole: Profetiza, o adivina quién te ha dado; y los guardianes del templo le daban bofetadas.
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Mc 15:29
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Los que iban y venían blasfemaban de él, meneando sus cabezas, y diciendo: ¡Hola!, tú que destruyes el templo de Dios, y que lo reedificas en tres días,
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Mc 15:38
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Y al mismo tiempo el velo del templo se rasgó en dos partes, de arriba abajo.
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Lc 1:5
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Siendo Herodes rey de Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, de la familia sacerdotal de Abía, una de aquellas que servían por turno en el templo, cuya mujer, llamada Isabel, era igualmente del linaje de Aarón.
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Lc 1:9
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según el estilo que había entre los sacerdotes, entrar en el templo del Señor, o lugar llamado santo,
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Lc 1:21
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Entretanto estaba el pueblo esperando a Zacarías, y maravillándose de que se detuviese tanto en el templo.
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Lc 1:22
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Salido, en fin, no podía hablarles palabra, de donde conocieron que había tenido en el templo alguna visión. El procuraba explicarse por señas, y permaneció mudo y sordo.
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Lc 2:27
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Así vino inspirado de él al templo. Y al entrar con el niño Jesús sus padres para practicar con él lo prescrito por la ley,
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Lc 2:37
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Y se había mantenido viuda hasta los ochenta y cuatro de su edad, no saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche con ayunos y oraciones.
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Lc 2:46
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Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, que ora les escuchaba, ora les preguntaba.
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Lc 4:9
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Y lo llevó aún a Jerusalén , lo puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si tú eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo.
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Lc 11:51
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de la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, muerto entre el altar y el templo. Sí; yo os lo digo: A esta raza de hombres se le pedirá de ello cuenta.
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Lc 18:10
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Dos hombres subieron al templo a orar, el uno era fariseo, y el otro publicano.
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Lc 19:45
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Y habiendo entrado en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en él,
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Lc 19:47
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Y enseñaba todos los días en el templo. Pero los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los principales del pueblo buscaban cómo quitarle del mundo.
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Lc 20:1
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En uno de estos días, estando él en el templo instruyendo al pueblo, y anunciándole la buena nueva, vinieron los príncipes de los sacerdotes y los escribas con los ancianos,
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Lc 21:1
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Estando un día Jesús mirando hacia el arca del templo, vio a varios ricos que iban echando en él sus ofrendas.
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Lc 21:5
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Como algunos de sus discípulos dijesen del templo que estaba hecho de hermosas piedras, y adornado de ricos dones, replicó:
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