Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

sumo

Jos 22:13 Entretanto enviaron hacia ellos a tierra de Galaad a Finees, hijo de Eleazar, sumo sacerdote,
I Rey 1:9 Y después de haber comido y bebido en Silo, se levantó Ana, y estando el sumo sacerdote Helí sentado en su silla, o audiencia, delante de la puerta del templo o Tabernáculo del Señor,
I Rey 2:11 Después de esto se volvió Elcana a su casa en Rámata; y el niño servía en el Tabernáculo, en la presencia del Señor, bajo la dirección del sumo sacerdote Helí.
I Rey 2:30 Por tanto, el Señor Dios de Israel dice: Yo había declarado y prometido que tu familia y la familia de tu padre serviría el ministerio del sumo sacerdocio delante de mí perpetuamente. Mas ahora dice el Señor: Lejos de mí tal cosa, porque yo honraré a todo el que me glorificare; pero los que me menospreciaren, serán deshonrados.
I Rey 2:36 Entonces sucederá que todo aquel que hubiese quedado de tu casa y familia, vendrá para que se interceda por él con el sumo sacerdote, a fin de que se le dé una pequeña moneda de plata y una torta de pan; y dirá: Te suplico que me admitas a algún ministerio sacerdotal; para poder comer un bocado de pan.
I Rey 14:3 Aquías, hijo de Aquitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, y nieto de Helí, sumo sacerdote del Señor en Silo, estaba revestido del efod. Asimismo el pueblo no sabía a dónde había ido Jonatás.
I Rey 20:9 A lo que respondió Jonatás: Libre estás de que te suceda esto; porque no es posible que yo conozca de cierto que el odio de mi padre contra ti ha llegado a lo sumo, sin que yo te lo avise.
I Rey 21:2 Partió después David a Nobe a encontrar al sumo sacerdote Aquimelec. El cual quedó sorprendido de ver llegar a David, y le dijo: ¿Cómo es que vienes solo, sin que nadie te acompañe?
I Rey 21:6 Respondió David al sumo sacerdote, diciéndole: Por lo que toca a mujeres, nos hemos contenido desde ayer, y antes de ayer, después que partimos; y los cuerpos de mi gente se han conservado puros. A la verdad el camino profano es, pero aún se purificará mi gente lavando sus cuerpos y vestidos.
I Rey 21:7 Le dio, pues, el sumo sacerdote el pan santificado, por no haber allí otro pan que los de la proposición, que se habían quitado de la presencia del Señor para poner otros calientes.
I Rey 21:10 Le dijo el sumo sacerdote: Aquí tienes la espada del filisteo Goliat a quien tú mataste en el valle del Terebinto; envuelta está en su paño detrás del efod; si quieres llevarla, tómala, pues aquí no hay sino ésta. Le dijo David: No hay otra comparable a ella; dámela.
I Rey 22:10 Doeg, idumeo, que se hallaba presente, y era el más acreditado entre los criados de Saúl, respondiendo dijo: Yo vi al hijo de Isaí en Nobe, en casa del sumo sacerdote Aquimelec, hijo de Aquitob.
I Rey 22:12 Envió luego el rey a llamar al sumo sacerdote Aquimelec, hijo de Aquitob, y a todos los sacerdotes de la casa de su padre, que se hallaban en Nobe; los cuales vinieron todos a presentarse al rey.
I Rey 23:7 Es de saber que cuando Abiatar, hijo de Aquimelec, se refugió a David en Ceila, se llevó consigo el efod del sumo sacerdote.
I Rey 30:7 Y dijo a Abiatar sumo sacerdote, hijo de Abimelec: Tráeme el efod. Y Abiatar trajo a David el efod.
I Rey 31:4 Dijo entonces Saúl a su escudero: Desenvaina tu espada, y quítame la vida; para que no lleguen estos incircuncisos y me maten, mofándose de mí. Mas su escudero no quiso hacerlo, sobrecogido de un sumo terror. Con esto Saúl desenvainó su espada, y se arrojó sobre ella.
II Rey 15:24 Vino asimismo el sumo sacerdote Sadoc, acompañado de todos los levitas, que llevaban el arca del Testamento de Dios, y la colocaron allí. Abiatar se mantuvo junto a ella, hasta que aca-bó de pasar todo el pueblo que salía de la ciudad.
II Rey 15:27 Y añadió el rey al sumo sacerdote Sadoc: Oh vidente, vuélvete en paz a la ciudad con tu hijo Aquímaas y con Jonatás, hijo de Abiatar; estén con vosotros esos dos hijos vuestros.
III Rey 1:7 Y estaba de inteligencia con Joab, hijo de Sarvia, y con Abiatar, sumo sacerdote, los cuales favorecían su partido.
III Rey 1:8 Mas el otro sumo sacerdote Sadoc, y Banaías, hijo de Joíada, el profeta Natán, y Semei, y Rei, y la principal fuerza del ejército de David, no estaban por Adonías.
III Rey 1:19 Ha hecho degollar bueyes, y toda suerte de víctimas o reses cebadas, y muchísimos carneros, y ha convidado a todos los hijos del rey, y también al sumo sacerdote Abiatar, y a Joab, general del ejército: pero no ha convidado a tu siervo Salomón .
III Rey 1:25 Porque hoy ha salido, y ha hecho degollar bueyes y reses gordas, muchísimos carneros, y ha convidado a todos los hijos del rey y a los caudillos del ejército, y también a Abiatar, sumo sacerdote; los cuales han comido y bebido a su lado, diciendo: ¡Viva el rey Adonías!
III Rey 1:26 Mas a mí, tu siervo, ni al sumo sacerdote Sadoc, ni a Banaías, hijo de Joíada, como ni a tu siervo Salomón , no nos ha convidado.
III Rey 1:32 Dijo después el rey David: Llamadme al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán, y a Banaías, hijo de Joíada. Y así que estuvieron éstos en su presencia
III Rey 1:34 y allí lo ungirán por rey de Israel el sumo sacerdote Sadoc y el profeta Natán; y tocaréis la trompeta, y diréis: ¡Viva el rey Salomón !
III Rey 1:38 Con esto salieron el sumo sacerdote Sadoc, y el profeta Natán, y Banaías, hijo de Joíada, con las guardias de cereteos y feleteos, y haciendo montar a Salomón en la mula del rey David, lo condujeron a Gihón.
III Rey 1:39 El sumo sacerdote Sadoc tomó del Tabernáculo la vasija del óleo sagrado, y ungió a Salomón , y tocaron las trompetas, y gritó todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón !
III Rey 1:42 Aún estaba hablando, cuando llegó Jonatás, hijo de Abiatar el sumo sacerdote; y le dijo Adonías: Entra, que tú eres un hombre valeroso y portador de buenas nuevas.
III Rey 1:44 Y ha enviado con él al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán y a Banaías, hijo de Joíada, con los cereteos y feleteos; y lo han hecho montar en la mula del rey;
III Rey 1:45 y Sadoc, sumo sacerdote, y el profeta Natán lo han ungido por rey en Gihón, y han regresado de allí en medio de aclamaciones de júbilo, que resuenan por toda la ciudad. Estas son las voces de alborozo que habéis oído.
III Rey 2:22 Respondió el rey Salomón , y dijo a su madre: ¿Por qué me pides la sunamita Abisag para Adonías? Pide también para él mi reino; pues él es mi hermano mayor, y tiene de su parte al sumo sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia.
III Rey 2:26 Dijo asimismo el rey a Abiatar, sumo sacerdote: Retírate a la posesión que tienes en Anatot. Tú, a la verdad, mereces la muerte, pero yo no te quito hoy la vida, por cuanto llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y acompañaste a mi padre en todos los trabajos que padeció.
III Rey 2:27 Con esto Salomón desterró a Abiatar, para que no ejerciese más las funciones de sumo sacerdote del Señor; con lo cual se cumplió la palabra pronunciada por el Señor en Silo contra la casa de Helí.
III Rey 2:35 Después de esto el rey dio a Banaías, hijo de Joíada, el mando del ejército en lugar del difunto; y nombró o confirmó sumo sacerdote a Sadoc, en vez de Abiatar.
III Rey 4:2 Y éstos eran sus principales ministros: Azarías, hijo del sumo sacerdote Sadoc;
IV Rey 11:9 Ejecutaron puntualmente todo lo que les había ordenado el sumo sacerdote Joíada, y tomando cada uno de sus gentes, así los que entraban de semana como los que salían, se presentaron al sumo sacerdote Joíada,
IV Rey 11:9 Ejecutaron puntualmente todo lo que les había ordenado el sumo sacerdote Joíada, y tomando cada uno de sus gentes, así los que entraban de semana como los que salían, se presentaron al sumo sacerdote Joíada,
IV Rey 11:15 Mas Joíada dio orden a los centuriones que mandaban la tropa, diciéndoles: Sacadla fuera del recinto del templo; y cualquiera que la siga, sea pasado a cuchillo. Pues había dicho el sumo sacerdote: No sea muerta en el templo del Señor.
IV Rey 11:18 E inmediatamente entró todo el pueblo de la tierra en el templo de Baal, y derribaron sus aras, e hicieron añicos sus imágenes, y delante del mismo altar mataron a Matán, sacerdote de Baal. Y el sumo sacerdote puso guardias en la casa del Señor.
IV Rey 12:2 Procedió Joás rectamente delante del Señor todo el tiempo que tuvo por director al sumo sacerdote Joíada.
IV Rey 12:7 Entonces llamó el rey Joás al sumo sacerdote Joíada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no habéis hecho los reparos en la construcción del templo? No tenéis, pues, que recibir de aquí en adelante el dinero en vuestros turnos o semanas, sino dejadlo para reparar el templo.
IV Rey 12:9 Entonces el sumo sacerdote Joíada mandó hacer una arca , y abrir encima de ella un agujero; y la colocó cerca del altar, a mano derecha de los que entraban en la Casa del Señor. Y los sacerdotes que estaban de guardia en las puertas echaban en ella todo el dinero que se ofrecía al templo del Señor.
IV Rey 12:10 Y cuando veían que había mucho dinero en el arca , venía un secretario del rey, y con el sumo sacerdote sacaban y contaban el dinero, que se hallaba en la casa del Señor,
IV Rey 16:10 Entonces el rey Acaz fue a Damasco a recibir a Teglatfalasar, rey de los asirios; y viendo el altar de Damasco, envió el rey Acaz al sumo sacerdote Urías un modelo de él, que representaba exactamente todas sus labores.
IV Rey 16:11 Y el sumo sacerdote Urías erigió un altar conforme en un todo a las órdenes que le había comunicado el rey Acaz desde Damasco. El sumo sacerdote Urías hizo esto, mientras el rey Acaz volvía de Damasco.
IV Rey 16:11 Y el sumo sacerdote Urías erigió un altar conforme en un todo a las órdenes que le había comunicado el rey Acaz desde Damasco. El sumo sacerdote Urías hizo esto, mientras el rey Acaz volvía de Damasco.
IV Rey 16:15 Además dio el rey Acaz al sumo sacerdote Urías esta orden: Ofrecerás sobre este altar grande el holocausto de la mañana y el sacrificio de la tarde, y el holocausto del rey con su sacrificio, y el holocausto de todo el pueblo de la tierra con sus sacrificios y libaciones; y has de derramar sobre este altar toda la sangre de los holocaustos, y toda la sangre de las víctimas. En cuanto al altar de bronce estará pronto a disposición mía.
IV Rey 16:16 Hizo, pues, el sumo sacerdote Urías todo cuanto el rey Acaz le había mandado.
IV Rey 22:4 Ve a Helcías, sumo sacerdote, y dile que mande recoger el dinero que ha entrado en el templo del Señor, que han recibido del pueblo los porteros del templo,
IV Rey 22:8 Con esta ocasión dijo el sumo sacerdote Helcías a Safán, secretario: He hallado en el templo del Señor el libro de la ley. Y entregó Helcías aquel volumen a Safán; el cual lo leyó.