Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pecado

Rom 5:13 Así que el pecado ha estado siempre en el mundo hasta el tiempo de la ley; mas como entonces no había ley escrita, el pecado no se imputaba como transgresión de ella.
Rom 5:15 Pero no ha sucedido en la gracia, así como en el pecado; porque si por el pecado de uno solo murieron muchos, mucho más copiosamente se ha derramado sobre muchos la misericordia y el don de Dios por la gracia de un solo hombre, que es Jesucristo.
Rom 5:15 Pero no ha sucedido en la gracia, así como en el pecado; porque si por el pecado de uno solo murieron muchos, mucho más copiosamente se ha derramado sobre muchos la misericordia y el don de Dios por la gracia de un solo hombre, que es Jesucristo.
Rom 5:16 Ni pasa lo mismo en este don de la gracia, que lo que vemos en el pecado. Porque nosotros hemos sido condenados en el juicio de Dios por un solo pecado, en lugar de que seamos justificados por la gracia después de muchos pecados.
Rom 5:16 Ni pasa lo mismo en este don de la gracia, que lo que vemos en el pecado. Porque nosotros hemos sido condenados en el juicio de Dios por un solo pecado, en lugar de que seamos justificados por la gracia después de muchos pecados.
Rom 5:17 Pues como por el pecado de uno solo ha reinado la muerte por un solo hombre que es Adán, mucho más los que reciben la abundancia de la gracia, y de los dones, y de la justicia, reinarán en la vida por solo un hombre que es Jesucristo.
Rom 5:20 Es verdad que sobrevino la ley, y con ella se aumentó el pecado por haber sido desobedecida. Pero cuanto más abundó el pecado, tanto más ha sobreabundado la gracia,
Rom 5:20 Es verdad que sobrevino la ley, y con ella se aumentó el pecado por haber sido desobedecida. Pero cuanto más abundó el pecado, tanto más ha sobreabundado la gracia,
Rom 5:21 a fin de que al modo que reinó el pecado para dar la muerte, así también reine la gracia en virtud de la justicia para dar la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor.
Rom 6:1 ¿Qué diremos, pues?; ¿habremos de permanecer en el pecado para dar motivo a que la gracia sea copiosa?
Rom 6:2 No lo permita Dios. Porque estando ya muertos al pecado, ¿cómo hemos de vivir aún en él?
Rom 6:4 En efecto, en el bautismo hemos quedado sepultados con él muriendo al pecado, a fin de que así como Cristo resucitó de muerte a vida para gloria del Padre, así también procedamos nosotros con nuevo tenor de vida.
Rom 6:6 haciéndonos cargo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, para que sea destruido en nosotros el cuerpo del pecado, y ya no sirvamos más al pecado.
Rom 6:6 haciéndonos cargo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él, para que sea destruido en nosotros el cuerpo del pecado, y ya no sirvamos más al pecado.
Rom 6:7 Pues quien ha muerto de esta manera, queda ya justificado del pecado.
Rom 6:10 Porque en cuanto al haber muerto, como fue por destruir el pecado, murió una sola vez; mas en cuanto al vivir, vive para Dios, y es inmortal.
Rom 6:11 Así ni más ni menos vosotros considerad también que realmente estáis muertos al pecado por el bautismo , y que vivís ya para Dios en Jesucristo Señor nuestro.
Rom 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a sus concupiscencias.
Rom 6:13 Ni tampoco abandonéis más vuestro cuerpo al pecado para servir de instrumentos a la iniquidad; sino antes bien entregaos todos a Dios, como resucitados de muerte a vida, y ofreced a Dios vuestros cuerpos para servir de instrumentos a la justicia o virtud.
Rom 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará ya de vosotros, si no queréis; pues no estáis bajo el dominio de la ley, sino de la gracia.
Rom 6:16 ¿No sabéis que si os ofrecéis por esclavo de alguno para obedecer a su imperio, por el mismo hecho quedáis esclavos de aquél a quien obedecéis, bien sea del pecado para recibir la muerte, bien sea de la obediencia a la fe para recibir la justicia o vida del alma?
Rom 6:17 Pero, gracias a Dios, vosotros, aunque fuisteis siervos del pecado, habéis obedecido de corazón la doctrina de la buena nueva y según su modelo habéis sido formados de nuevo.
Rom 6:18 Con lo que, libertados de la esclavitud del pecado, habéis venido a ser siervos de la justicia o santidad.
Rom 6:20 Porque cuando erais esclavos del pecado, estuvisteis como exentos del imperio de la justi-cia.
Rom 6:22 Por el contrario, ahora habiendo quedado libres del pecado, y hechos siervos de Dios, cogéis por fruto vuestro la santificación, y por fin la vida eterna.
Rom 6:23 Porque el estipendio y paga del pecado es la muerte; pero la vida eterna es una gracia de Dios por Jesucristo nuestro Señor.
Rom 7:7 Esto supuesto, ¿qué diremos? ¿Es la ley la causa del pecado? No digo tal. Pero sí que no acabé de conocer el pecado, sino por medio de la ley; de suerte que yo no hubiera advertido la concupiscencia mía, si la ley no dijera: No codiciarás.
Rom 7:7 Esto supuesto, ¿qué diremos? ¿Es la ley la causa del pecado? No digo tal. Pero sí que no acabé de conocer el pecado, sino por medio de la ley; de suerte que yo no hubiera advertido la concupiscencia mía, si la ley no dijera: No codiciarás.
Rom 7:8 Mas el pecado, o el deseo de éste, estimulado con ocasión del mandamiento que lo prohíbe, produjo en mí toda suerte de malos deseos. Porque sin la ley el pecado de la codicia estaba como muerto.
Rom 7:8 Mas el pecado, o el deseo de éste, estimulado con ocasión del mandamiento que lo prohíbe, produjo en mí toda suerte de malos deseos. Porque sin la ley el pecado de la codicia estaba como muerto.
Rom 7:9 Yo también vivía en algún tiempo sin ley, dirá otro; mas así que sobrevino el mandamiento, revivió el pecado,
Rom 7:11 Porque el pecado, tomando ocasión del mandamiento, me sedujo, y así por la violación del mismo mandamiento me ha dado la muerte.
Rom 7:12 De manera que la ley es santa, y el mandamiento que prohíbe el pecado, santo, justo y bueno.
Rom 7:13 Pero qué, ¿lo que es en sí bueno, me ha causado a mí la muerte? Nada menos. Sino que el pecado, o la concupiscencia, es el que, habiéndome causado la muerte por medio de una cosa buena, cual es la ley, ha manifestado lo venenoso que él es; de manera que por ocasión del mismo mandamiento se ha hecho el pecado sobremanera maligno.
Rom 7:13 Pero qué, ¿lo que es en sí bueno, me ha causado a mí la muerte? Nada menos. Sino que el pecado, o la concupiscencia, es el que, habiéndome causado la muerte por medio de una cosa buena, cual es la ley, ha manifestado lo venenoso que él es; de manera que por ocasión del mismo mandamiento se ha hecho el pecado sobremanera maligno.
Rom 7:14 Porque bien sabemos que la ley es espiritual; pero yo por mí soy carnal, vendido para ser esclavo del pecado.
Rom 7:17 Y en esto no soy yo el que obra aquello, sino el pecado o la concupiscencia que habita en mí.
Rom 7:20 Mas si hago lo que no quiero, ya no lo ejecuto yo, sino el pecado que habita en mí.
Rom 7:23 mas al mismo tiempo echo de ver otra ley en mi cuerpo, la cual resiste a la ley de mi espíritu, y me sojuzga a la ley del pecado, que está en mi cuerpo.
Rom 7:25 Solamente la gracia de Dios por los méritos de Jesucristo, Señor nuestro. Entretanto yo mismo vivo sometido por el espíritu a la ley de Dios, y por la carne a la ley del pecado.
Rom 8:2 Porque la ley del espíritu de vida, que está en Cristo Jesús , me ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
Rom 8:3 Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
Rom 8:3 Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
Rom 8:3 Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
Rom 8:10 Mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto, o sujeto a muerte, por razón del pecado de Adán, el espíritu vive en virtud de la justificación.
Rom 9:18 De donde se sigue que con quien quiere usa de misericordia, y endurece o abandona en su pecado al que quiere.
Rom 14:23 Pero aquel que hace distinción de viandas, si come contra su conciencia, es condenado por ella misma, porque no obra de buena fe. Y todo lo que no es según la fe o dictamen de la conciencia, pecado es.
I Cor 6:18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa el hombre, está fuera del cuerpo; pero el que fornica contra su cuerpo peca.
I Cor 15:34 Estad alerta, ¡oh justos!, y guardaos del pecado; porque entre nosotros hay hombres que no conocen a Dios, lo digo para confusión vuestra.
I Cor 15:56 Aguijón de la muerte es el pecado; al paso que la fuerza del pecado es ocasionada de la ley.