I Cor 15:56
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Aguijón de la muerte es el pecado; al paso que la fuerza del pecado es ocasionada de la ley.
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I Cor 15:57
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Pero demos gracias a Dios, que nos ha dado victoria contra la muerte y el pecado, por virtud de nuestro Señor Jesucristo.
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II Cor 5:21
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El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.
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II Cor 5:21
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El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.
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II Cor 11:29
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¿Quién enferma, que no enferme yo con él?; ¿quién es escandalizado, o cae en pecado, que yo no me requeme?
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Gál 2:17
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Y si queriendo ser justificados en Cristo , venimos a ser también nosotros pecadores por no observar la antigua ley, ¿no se dirá entonces que Cristo es ministro y causa del pecado? En ninguna manera puede jamás serlo.
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Gál 3:22
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Mas la ley escrita dejó sujetos a todos al pecado, para que la promesa se cumpliese a los creyentes por la fe en Jesucristo.
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I Tes 5:4
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Mas vosotros, hermanos, no vivís en las tinieblas del pecado, para que os sorprenda como ladrón aquel día;
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II Tes 2:3
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No os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía, casi general de los fieles, y aparecido el hombre del pecado, el hijo de la perdición,
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II Tim 4:18
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El Señor me librará de todo pecado, y me conducirá a su reino celestial, a él sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
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Tit 2:14
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el cual se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de todo pecado, purificarnos y hacer de nosotros un pueblo particularmente consagrado a su servicio y fervoroso en el bien obrar.
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Heb 3:13
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antes amonestaos todos los días los unos a los otros, mientras dura el día que se apellida de hoy, a fin de que ninguno de vosotros llegue a endurecerse con el engañoso atractivo del pecado.
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Heb 4:15
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Pues no es tal nuestro sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras miserias, habiendo voluntariamente experimentado todas las tentaciones y debilidades, a excepción del pecado, por razón de la semejanza con nosotros en el ser de hombre.
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Heb 7:26
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A la verdad tal como éste nos convenía que fuese nuestro sumo sacerdote, santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores, o de todo pecado, y sublimado sobre los cielos,
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Heb 9:26
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De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo, cuando ahora una sola vez al cabo de los siglos se presentó para destrucción del pecado, con el sacrificio de sí mismo.
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Heb 10:2
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de otra manera hubieran cesado ya de ofrecerlas, pues que los sacrificadores, purificados una vez, no tendrán ya remordimiento de pecado;
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Heb 10:6
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holocaustos por el pecado no te han agradado.
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Heb 10:8
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Ahora bien, diciendo: Tú no has querido, ni han sido de tu agrado los sacrificios, las ofrendas y holocaustos por el pecado, cosas todas que ofrecen según la ley;
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Heb 10:18
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Cuando quedan, pues, perdonados los pecados, ya no es necesario la oblación por el pecado.
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Heb 11:25
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escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de las delicias pasajeras del pecado,
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Heb 12:1
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Ya que estamos, pues, rodeados de una tan grande nube de testigos, descargándonos de todo peso, y de los lazos del pecado que nos tiene ligados, corramos con aguante al término del combate, o la meta o hito, que nos es propuesto,
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Heb 12:4
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Pues aun no habéis resistido hasta derramar la sangre, como Jesucristo, combatiendo contra el pecado;
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Heb 13:11
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Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre por el pecado ofrece el sumo sacerdote en el santuario, son quemados enteramente fuera de los alojamientos o de la población;
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Sant 1:15
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Después la concupiscencia, llegando a concebir los deseos malos, pare el pecado, el cual una vez que sea consumado, engendra la muerte.
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Sant 2:9
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pero si sois aceptadores de personas, cometéis un pecado, siendo reprendidos por la ley como transgresores.
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I Ped 2:22
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El cual no cometió pecado alguno, ni se halló mentira en su boca;
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I Jn 1:6
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Si dijéremos que tenemos unión con él, y andamos entre las tinieblas del pecado, mentimos, y no tratamos verdad.
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I Jn 1:7
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Pero si caminamos a la luz de la fe y santidad como él está así mismo en la luz, se sigue de ahí que tenemos nosotros una común y mutua unión, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
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I Jn 1:8
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Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos, y no hay verdad en nosotros.
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I Jn 1:10
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Si dijéremos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
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I Jn 3:4
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Cualquiera que comete pecado, por lo mismo comete una injusticia, pues el pecado es injusticia.
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I Jn 3:4
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Cualquiera que comete pecado, por lo mismo comete una injusticia, pues el pecado es injusticia.
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I Jn 3:5
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Y bien sabéis que él vino para quitar nuestros pecados, y en él no cabe pecado.
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I Jn 3:8
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Quien comete pecado, del diablo es hijo, porque el diablo desde el momento de su caída continúa pecando. Por eso vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
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I Jn 3:9
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Todo aquel que nació de Dios, no hace pecado, porque la semilla de Dios, que es la gracia santificante, mora en él, y, si no la echa de sí, no puede pecar, porque es hijo de Dios.
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I Jn 5:16
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El que sabe que su hermano comete un pecado que no es de muerte, ruegue por él, y Dios dará la vida al que peca no de muerte. Hay un pecado de muerte, no hablo yo de tal pecador cuando ahora digo que intercedáis.
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I Jn 5:16
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El que sabe que su hermano comete un pecado que no es de muerte, ruegue por él, y Dios dará la vida al que peca no de muerte. Hay un pecado de muerte, no hablo yo de tal pecador cuando ahora digo que intercedáis.
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I Jn 5:17
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Toda prevaricación es pecado, mas hay un pecado que acarrea sin remedio la muerte eterna.
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I Jn 5:17
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Toda prevaricación es pecado, mas hay un pecado que acarrea sin remedio la muerte eterna.
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Judas 1:7
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Así como también Sodoma y Gomorra, y las ciudades cercanas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregadas al pecado, vinieron a servir de escarmiento, sufriendo la pena del fuego eterno.
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Judas 1:24
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En fin, al que es poderoso para conservaros sin pecado, y presentaros sin mancha y llenos de júbilo ante el trono de su gloria en la venida de nuestro Señor Jesucristo,
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Apoc 2:14
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Sin embargo, algo tengo contra ti, y es que tienes ahí secuaces de la doctrina de Balaam , el cual enseñaba al rey Balac a poner escándalo o tropiezo a los hijos de Israel, para que cayesen en pecado comiendo y cometiendo la fornicación,
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Apoc 11:15
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En efecto, el séptimo ángel sonó la trompeta; y se sintieron voces grandes en el cielo que decían: El reino de este mundo ha venido a ser reino de nuestro Señor y de su Cristo , y, destruido ya el pecado, reinará por los siglos de los siglos. Amén.
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