Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

mismos

Mt 11:12 Y desde el tiempo de Juan Bautista, hasta el presente, el reino de los cielos se alcanza a viva fuerza, y los que se la hacen a sí mismos, son los que lo arrebatan.
Mt 12:27 Que si yo lanzo los demonios en nombre de Beelzebub, o vuestros hijos en qué nombre los echan? Por tanto, esos mismos serán vuestros jueces.
Mt 15:3 Y él les respondió: ¿Y por qué vosotros mismos traspasáis el mandamiento de Dios por seguir vuestra tradición? Pues Dios tiene dicho:
Mt 17:24 Sí, por cierto, respondió. Y habiendo entrado en casa, se le anticipó Jesús diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quién cobran tributo o censo? ¿De sus mismos hijos, o de los extraños?
Mt 19:12 Porque hay unos eunucos que nacieron tales del vientre de sus madres; hay eunucos que fueron castrados por los hombres; y eunucos hay que se castraron en cierta manera a sí mismos por amor del reino de los cielos. Aquel que puede ser capaz de eso séalo.
Mt 23:31 con lo que dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de los que mataron a los profetas.
Mt 26:65 A tal respuesta, el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué necesidad tenemos ya de testigos? Vosotros mismos acabáis de oír la blasfemia.
Mc 7:13 aboliendo así la palabra de Dios por una tradición inventada por vosotros mismos; y de esta manera hacéis muchas otras cosas.
Mc 13:22 porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, los cuales harán milagros y prodigios para seducir, si se pudiese, a los mismos escogidos.
Mc 14:64 Vosotros mismos habéis oído la blasfemia, ¿qué os parece? Y todos ellos lo condenaron por reo de muerte.
Lc 1:2 conforme nos lo tienen referidos aquellos mismos que desde su principio han sido testigos de vista y ministros de la palabra,
Lc 7:30 Pero los fariseos y doctores de la ley despreciaron en daño de sí mismos el designio de Dios, no habiendo recibido dicho bautismo .
Lc 10:17 Regresaron los setenta y dos discípulos llenos de gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios mismos se sujetan a nosotros por la virtud de tu nombre.
Lc 11:19 Y si yo lanzo los demonios por virtud de Beelzebub, ¿por virtud de quién los lanzan vuestros hijos? Por tanto ellos mismos serán vuestros jueces.
Lc 11:52 ¡Ay de vosotros, doctores de la ley, que os habéis reservado la llave de la ciencia! Vosotros mismos no habéis entrado, y aun a los que iban a entrar se lo habéis impedido.
Lc 12:57 O ¿cómo por lo que pasa en vosotros mismos no discernís lo que es justo?
Lc 21:16 Y seréis entregados por vuestros mismos padres, y hermanos, y parientes, y amigos, y harán morir a muchos de vosotros;
Lc 21:34 Velad, pues, sobre vosotros mismos, no suceda que se ofusquen vuestros corazones con la glotonería, y embriaguez, y los cuidados de esta vida, y os sobrecoja de repente aquel día,
Lc 22:24 Se suscitó además entre los mismos una contienda sobre quién de ellos sería considerado el mayor.
Lc 22:71 Y replicaron ellos: ¿Qué necesitamos ya buscar otros testigos, cuando nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca?
Jn 3:22 Después de esto se fue Jesús con sus discípulos a la Judea; y allí moraba con ellos, y bautizaba por medio de los mismos.
Jn 3:28 Vosotros mismos sois testigos de que he dicho: Yo no soy el Cristo , sino que he sido enviado delante de él como precursor suyo.
Jn 4:42 y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho; pues nosotros mismos le hemos oído, y hemos conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.
Jn 12:16 Los discípulos por entonces no reflexionaron sobre esto; mas cuando Jesús hubo entrado en su gloria, se acordaron que tales cosas estaban escritas de él, y que ellos mismos las cumplieron.
Jn 17:13 Mas ahora vengo a ti; y digo esto estando todavía en el mundo, a fin de que ellos tengan en sí mismos el gozo que tengo yo.
Hech 5:9 Entonces Pedro le dijo: ¿Por qué os habéis concertado para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los que enterraron a tu marido; y ellos mismos te llevarán a enterrar.
Hech 13:46 Entonces Pablo y Bernabé con gran entereza les dijeron: A vosotros debía ser primeramente anunciada la palabra de Dios; mas ya que la rechazáis, y os juzgáis vosotros mismos indignos de la vida eterna, de hoy en adelante nos vamos a predicar a los gentiles:
Hech 16:38 y soltarnos ellos mismos. Los alguaciles refirieron a los magistrados esta respuesta; los cuales al oír que eran romanos comenzaron a temer.
Hech 20:30 Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que sembrarán doctrinas perversas con el fin de atraerse a sí discípulos.
Hech 20:34 vosotros mismos lo sabéis; porque cuanto ha sido menester para mí y para mis compañeros, todo me lo han suministrado estas manos, con su trabajo.
Hech 24:20 Pero ahora digan estos mismos que me acusan, si, congregados en el sanedrín, han hallado en mí algún delito,
Rom 1:24 Por lo cual, Dios los abandonó a los deseos de su depravado corazón, a los vicios de la impureza, en tanto grado que deshonraron ellos mismos sus propios cuerpos;
Rom 2:14 En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley escrita, hacen por razón natural lo que manda la ley, estos tales no teniendo ley, son para sí mismos ley viva;
Rom 8:23 Y no solamente ellas, sino también nosotros mismos, que tenemos ya las primicias del Espíritu Santo, nosotros, con todo eso, suspiramos de lo íntimo del corazón, aguardando el efecto de la adopción de los hijos de Dios, esto es, la redención de nuestro cuerpo.
Rom 11:23 Y todavía ellos mismos si no permanecieren en la incredulidad, serán otra vez unidos a su tronco; pues poderoso es Dios para ingerirlos de nuevo.
Rom 11:25 Por tanto, no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio (a fin de que no tengáis sentimientos presuntuosos de vosotros mismos) y es, que una parte de Israel ha caído en la obcecación, hasta tanto que la plenitud de las naciones haya entrado en la Iglesia,
Rom 12:16 Estad siempre unidos en unos mismos sentimientos y deseos, no buscando cosas altas, sino acomodándoos a lo que sea más humilde. No queráis teneros dentro de vosotros mismos por sabios o prudentes.
Rom 12:16 Estad siempre unidos en unos mismos sentimientos y deseos, no buscando cosas altas, sino acomodándoos a lo que sea más humilde. No queráis teneros dentro de vosotros mismos por sabios o prudentes.
Rom 12:19 No os venguéis vosotros mismos, queridos míos, sino dad lugar a que se pase la cólera; pues está escrito: A mí toca la venganza; yo haré justicia, dice el Señor.
Rom 13:2 Por lo cual quien desobedece a las potestades, a la ordenación o voluntad de Dios desobedece. Por consiguiente, los que tal hacen, ellos mismos se acarrean la condenación.
Rom 15:1 Y así nosotros, como más fuertes en la fe, debemos soportar las flaquezas de los menos firmes y no dejarnos llevar de una vana complacencia por nosotros mismos.
I Cor 10:15 Puesto que hablo con personas inteligentes, juzgad vosotros mismos de lo que voy a decir.
I Cor 11:13 Sed jueces vosotros mismos, ¿es decente a la mujer hacer en público oración a Dios sin velo?
I Cor 11:31 Que si nosotros entrásemos en cuentas con nosotros mismos, ciertamente no seríamos así juzgados por Dios.
I Cor 13:1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y el lenguaje de los ángeles mismos, si no tuviere amor o caridad, vengo a ser como un metal que suena, o campana que retiñe.
I Cor 15:41 Entre aquellos mismos una es la claridad del sol, otra la claridad de la luna y otra la claridad de las estrellas. Y aun hay diferencia en la claridad entre estrella y estrella.
II Cor 2:3 Y ésta es la causa de haberos escrito, para no tener, llegando, tristeza sobre tristeza, con la vista de aquellos mismos que debieran causarme gozo, confiando en que todos vosotros halláis vuestra alegría en la mía.
II Cor 3:1 ¿Empezamos ya otra vez a alabarnos a nosotros mismos?, o ¿necesitamos cartas de recomendación para vosotros, o que vosotros nos las deis para otros?
II Cor 3:2 Vosotros mismos sois nuestra carta de recomendación, escrita en nuestros corazones, conocida y leída de todos los hombres,
II Cor 3:5 no porque seamos suficientes o capaces por nosotros mismos para concebir algún buen pensamiento, como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia o capacidad viene de Dios.