Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

mira

Lam 5:1 Acuérdate, ¡oh Señor!, de lo que nos ha sucedido; mira y considera nuestra ignominia.
Bar 5:5 Levántate, ¡oh Jerusalén !, y ponte en la altura, y dirige tu vista hacia oriente, y mira cómo se congregan tus hijos desde el oriente hasta el occidente en virtud de la palabra del Santo, gozándose en la memoria de su Dios;
Ezeq 3:25 Y tú, ¡oh hijo de hombre!, mira que han dispuesto para ti ataduras, y te atarán; y tú no podrás salir de en medio de ellos.
Ezeq 4:14 Entonces dije yo: ¡Ah, ah, Señor Dios! ¡Ah!, mira que mi alma no está contaminada, y desde mi infancia hasta ahora no he comido cosa mortecina, ni despedazada de fieras, ni jamás ha entrado en mi boca especie ninguna de carne inmunda.
Ezeq 9:2 Y he aquí seis varones respetables que venían por el camino de la puerta superior que mira al norte, y cada uno de ellos traía en su mano un instrumento de muerte; había también en medio de ellos un varón, o personaje, con vestiduras de lino, el cual traía un recado de escribir en la cintura, y entraron, y se pusieron junto al altar de bronce.
Ezeq 11:1 Me arrebató el espíritu, y me condujo a la puerta oriental del templo del Señor que mira hacia el oriente, y vi que a la entrada de la puerta había veinticinco hombres, y vi en medio de ellos a Jezonías, hijo de Azur, y a Feltías, hijo de Banaías, príncipes del pueblo.
Ezeq 12:2 Hijo de hombre, tú habitas en medio de un pueblo rebelde, que tiene ojos para ver y no mira, y oídos para oír y no escucha; porque es ella una gente contumaz.
Ezeq 12:27 Hijo de hombre, mira lo que dicen los de la casa de Israel: La visión que éste ha tenido es para de aquí a muchos años, y él vaticina para tiempos lejanos.
Ezeq 24:25 Y tú, ¡oh hijo de hombre!, mira que en el día en que yo les quitaré lo que les hace fuertes, aquello que es su consolación y su gloria, que más aman sus ojos, y en que su corazón tiene puesta su confianza, y les quitaré sus hijos e hijas;
Ezeq 31:3 Depón ese orgullo; mira a Asur, que cual cedro sobre el Líbano, de hermosos ramos y frondosas hojas, y de sublime altura, elevaba su copa en medio de sus densas ramas.
Ezeq 40:4 Y me dijo este varón: Hijo de hombre, mira atentamente con tus ojos, y aplica bien tus oídos para escuchar, y deposita en tu corazón todas las cosas que yo te mostraré; porque para que se te manifiesten has sido tú conducido acá, cuenta a la casa de Israel todo cuanto ves.
Ezeq 40:40 Y al lado exterior que sube al postigo por la puerta que mira al norte había dos mesas y otras dos al otro lado, delante del zaguán de la puerta.
Ezeq 40:44 Y fuera de la puerta interior había dos cámaras de los cantores en el atrio interior, que estaba al lado de la puerta que mira al norte, y sus fachadas miraban al mediodía; una estaba al lado de la puerta oriental que miraba al norte.
Ezeq 40:45 Y me dijo el ángel: Esta cámara o habitación que mira al mediodía, será para los sacerdotes que velan en la guardia del templo.
Ezeq 43:4 Y la majestad del Señor entró en el templo por la puerta que mira al oriente.
Ezeq 44:5 Y me dijo el Señor: Hijo de hombre, considera en tu corazón, mira atentamente, y escucha con cuidado todo aquello que yo te digo acerca de todas las ceremonias de la casa del Señor, y en orden a todas las leyes que a ella pertenecen; y aplicarás tu corazón a observar los ritos o usos del templo, en todas las cosas que se practican en el santuario.
Ezeq 46:1 Esto dice el Señor Dios: La puerta del atrio interior que mira el oriente estará cerrada los seis días que son de trabajo; mas el día del sábado se abrirá, y se abrirá también en el día de las calendas.
Dan 9:17 ¡Ea, pues!, atiende, ¡oh Dios nuestro!, a la oración de tu siervo y a sus súplicas; y por amor de ti mismo mira benigno a tu santuario, que está desierto.
Dan 9:18 Dígnate escuchar, ¡oh Dios mío!, y atiende, abre tus ojos, y mira nuestra desolación y la de la ciudad, en la que se invocaba tu santo Nombre; pues postrados delante de ti te presentamos nuestros humildes ruegos; confiando, no en nuestra justicia, sino en tu grandísima misericordia.
Joel 2:18 El Señor mira con ardiente amor a su tierra, y ha perdonado a su pueblo.
Zac 2:10 Canta himnos de alabanza, y alégrate, oh hija de Sión, porque mira, yo vengo y moraré en medio de ti, dice el Señor.
Zac 5:5 Y salió fuera el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Levanta tus ojos, y mira qué es eso que aparece.
Zac 9:1 Duro anuncio del Señor contra la tierra de Hadrac y contra la ciudad de Damasco, en la cual aquélla confía; porque el ojo o providencia del Señor mira a todos los hombres y a todas las tribus de Israel.
I Mac 8:31 Por lo que mira a las injurias que el rey Demetrio ha hecho a los judíos, nosotros le hemos escrito, diciéndole: ¿Por qué has oprimido con yugo tan pesado a los judíos, amigos que son y aliados nuestros?"
I Mac 10:17 Con esta mira le escribió, enviándole una carta concebida en los términos siguientes:
I Mac 15:35 Por lo que mira a las quejas que nos das tocante a Joppe y Gázara, sepas que los de estas ciudades causaban grandes daños al pueblo y a todo nuestro país; mas con todo, estamos prontos a dar por ellas cien talentos. A lo que Atenobio no respondió palabra."
II Mac 2:20 Por lo que mira a los hechos de Judas Macabeo y de sus hermanos, y a la purificación del gran templo, y a la dedicación del altar;
II Mac 12:25 Y habiéndoles dado palabra de restituirles los prisioneros, según lo estipulado, le dejaron ir sin hacerle mal, con la mira de salvar así a sus hermanos.
Mt 13:52 Y él añadió: Por eso todo doctor bien instruido en lo que mira al reino de los cielos es semejante a un padre de familia que va sacando de su repuesto cosas nuevas y cosas antiguas, según conviene.
Mc 11:21 con lo cual acordándose Pedro de lo sucedido, le dijo: Maestro, mira como la higuera que maldijiste se ha secado.
Mc 13:1 Al salir del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras y que construcción tan asombrosa.
Mc 15:4 Pilatos volvió nuevamente a interrogarlo, diciendo: ¿No respondes nada?, mira de cuántas cosas te acusan.
Lc 9:38 y en medio de ella un hombre clamó, diciendo: Maestro, mira, te ruego, a mi hijo, que es el único que tengo;
Lc 22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón mira que Satanás va tras de vosotros para zarandearos, como el trigo:
Jn 11:3 Las hermanas, pues, enviaron a decirle: Señor, mira que aquel a quien amas está enfermo.
Jn 11:4 Oyendo Jesús el mensaje, les dijo: Esta enfermedad no es mortal, sino que está ordenada para gloria de Dios, con la mira de que por ella el Hijo de Dios sea glorificado.
Jn 11:39 Dijo Jesús : Quitad la piedra. Marta, hermana del difunto, le respondió: Señor, mira que ya hiede, pues hace ya cuatro días que está ahí.
Hech 4:29 Ahora, pues, Señor, mira sus vanas amenazas, y da a tus siervos el predicar con toda confianza tu palabra,
Hech 13:11 Pues mira: Desde ahora la mano del Señor descargará sobre ti, y quedarás ciego sin ver la luz del día, hasta cierto tiempo. Y al momento densas tinieblas cayeron sobre sus ojos, y andaba buscando a tientas quien le diese la mano.
Hech 22:26 El centurión, oído esto, fue al tribuno, y le dijo: mira lo que haces; pues este hombre es ciudadano romano.
II Cor 4:18 y así no ponemos nosotros la mira en las cosas visibles, sino en las invisibles. Porque las que se ven, son transitorias; mas las que no se ven, son eternas.
Ef 6:1 Hijos, vosotros obedeced a vuestros padres con la mira puesta en el Señor, porque es ésta una cosa justa.
Filip 3:13 Yo, hermanos míos, no pienso haber tocado al fin de mi carrera. Mi única mira es, olvidando las cosas de atrás, y atendiendo sólo y mirando a las de adelante,
I Tes 4:9 Por lo que mira a la caridad fraterna no hay necesidad de escribiros; pues vosotros mismos aprendisteis de Dios a amaros unos a otros,
I Tim 5:8 Que si hay quien no mira por los suyos, sobre todo si son de la familia, este tal ha negado la fe, y es peor que un infiel.
Heb 5:1 Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,
Heb 6:18 para que a vista de dos cosas inmutables, promesa y juramento, en que no es posible que Dios mienta o falte a ellas, tengamos un poderosísimo consuelo los que consideramos nuestro refugio y ponemos la mira en alcanzar los bienes que nos propone la esperanza,
Heb 11:10 Porque tenía puesta la mira y toda su esperanza en aquella ciudad de sólidos fundamentos, la celestial Jerusalén , cuyo arquitecto y fundador es el mismo Dios.
I Ped 3:12 Pues el Señor tiene fijos sus ojos sobre los justos, y escucha propicio las súplicas de ellos, al paso que mira con recelo a los que obran mal.
III Jn 1:11 Tú, querido mío, no has de imitar el mal ejemplo, sino el bueno. El que hace bien, es de Dios; el que hace mal, no mira a Dios.