II Par 31:15
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Estaban bajo sus órdenes Edén, y Benjamín, y Jesué, y Semeías, y Amarías, y Sequenías en las ciudades sacerdotales para distribuir fielmente las porciones a sus hermanos, así pequeños como grandes;
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II Par 35:6
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y después de haberos santificado, inmolad el cordero pascual, y disponed también a vuestros hermanos purificándolos, para que le puedan inmolar, conforme mandó el Señor por boca de Moisés.
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II Par 35:9
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Igualmente Conenías, y Semeías, y Natanael con sus hermanos, y Hasabías, y Jehiel, y Jozabad, príncipes de los levitas, dieron a los otros levitas para la celebración de la Pascua cinco mil reses menores y quinientos bueyes.
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II Par 35:15
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Entretanto los cantores, hijos de Asaf, estaban en su coro, conforme a lo dispuesto por David, y por Asaf, y Hemán, e Iditún, profetas del rey; y los porteros estaban de guardia en cada una de las puertas sin apartarse ni por un instante de su ministerio; por eso sus hermanos los levitas les aparejaron también la comida.
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I Esd 3:2
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Donde el sumo sacerdote Josué, hijo de Josedec, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Salatiel con sus hermanos emprendieron edificar el altar del Dios de Israel para ofrecer en él los holocaustos, según está escrito en la ley de Moisés, varón de Dios.
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I Esd 3:2
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Donde el sumo sacerdote Josué, hijo de Josedec, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Salatiel con sus hermanos emprendieron edificar el altar del Dios de Israel para ofrecer en él los holocaustos, según está escrito en la ley de Moisés, varón de Dios.
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I Esd 3:8
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Al segundo año de su arribo al lugar del templo de Dios en Jerusalén , el mes segundo, pusieron mano a la obra Zorobabel, hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josedec, con los otros hermanos suyos sacerdotes y levitas, y todos los que habían venido del cautiverio a Jerusalén ; y destinaron a los levitas de veinte años arriba para dar prisa a la obra del Señor.
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I Esd 3:9
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Josué, pues, y sus hijos, y hermanos, y Cedmihel con sus hijos, y todos los hijos de Judá, unidos como si fuesen un solo hombre, estaban dando prisa a los que trabajaban en la construcción del templo de Dios; y lo mismo hacían los hijos de éstos, y sus hermanos los levitas.
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I Esd 3:9
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Josué, pues, y sus hijos, y hermanos, y Cedmihel con sus hijos, y todos los hijos de Judá, unidos como si fuesen un solo hombre, estaban dando prisa a los que trabajaban en la construcción del templo de Dios; y lo mismo hacían los hijos de éstos, y sus hermanos los levitas.
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I Esd 6:20
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Porque los sacerdotes y levitas se habían purificado desde el primero hasta el último, estando todos limpios, a fin de inmolar la Pascua por todos los israelitas venidos del cautiverio y por sus hermanos los sacerdotes, y por ellos mismos.
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I Esd 7:18
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Y si a ti y tus hermanos les pareciere bien hacer alguna otra cosa del remanente de la plata y del oro, ejecutadlo conforme a la voluntad de Dios.
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I Esd 8:17
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y los envíe a Eddo, judío, que era el que gozaba mayor reputación en el lugar de Casfía, y puse en su boca la palabra que habían de decir a Eddo, y a sus hermanos los natineos en el lugar de Casfía, para que nos trajesen ministros de la casa de nuestro Dios.
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I Esd 8:18
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Y por la bondad de nuestro Dios sobre nosotros, nos trajeron un varón doctísimo de los hijos de Moholi, hijo de Leví, hijo de Israel, y a Sarabías con sus hijos y hermanos, en número de dieciocho.
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I Esd 8:19
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Asimismo a Hasabías, y con él a Isaías de los hijos de Merari, y a sus hermanos e hijos, que eran veinte.
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I Esd 8:24
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Y escogí doce de los principales sacedotes, a Sarabías y a Hasabías, con otros diez de sus hermanos;
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I Esd 10:18
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Y de los hijos de los sacerdotes casados con mujeres extranjeras se hallaron los siguientes: De los hijos de Josué: los hijos de Josedec, y sus hermanos Maasía, y Eliezer, y Jarib, y Godolía,
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II Esd 1:2
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Y llegó Hanani, uno de mis hermanos, con otros varones de Judá; y les pregunté por los judíos que habían quedado, y vivían después del cautiverio, y acerca de la ciudad de Jerusalén .
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II Esd 3:1
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Entonces Eliasib, sumo sacerdote, y los sacerdotes sus hermanos pusieron manos a la obra, y reedificaron la puerta del Ganado; consagrándola con especiales bendiciones, y asentaron sus puertas, y la consagraron hasta la torre de cien codos, y hasta la torre de Hananeel.
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II Esd 3:18
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En seguida construyeron sus hermanos los levitas, Bavai, hijo de Enadad, prefecto de la otra mitad del cuartel de Ceila.
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II Esd 4:2
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y dijo en presencia de sus hermanos y de un gran concurso de samaritanos: ¿Qué pretenden hacer esos miserables judíos? ¿Por ventura se lo permitirán estas naciones vecinas?¿Piensan poder ofrecer sacrificios, concluyendo toda la obra en un día? ¿Podrán acaso restaurar las piedras de los montones reducidos a cenizas?.
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II Esd 4:14
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Y pasada revista de todo, fui y dije a los magnates, y magistrados, y al resto del pueblo: No tenéis que temer delante de ellos; acordáos del Señor grande y terrible; y pelead por vuestros hermanos, y por vuestros hijos e hijas, y por vuestras mujeres y por vuestras casas.
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II Esd 4:23
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Yo, pues, ni mis hermanos, ni mis criados, ni las guardias que me seguían, nos desnudábamos; ninguno se quitaba los vestidos sino para alguna purificación o lavatorio.
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II Esd 5:1
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Sucedió entonces que se levantó un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos los judíos.
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II Esd 5:5
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Ahora, bien, nuestra carne no es mas ni menos como la carne de estos ricos que son nuestros hermanos, y nuestros hijos valen tanto como los suyos, y, con todo, nosotros les vendemos por esclavos nustros hijos e hijas; y no tendremos con qué rescatar nuestras hijas de la esclavitud, y nuestros campos y viñas están en manos de otros.
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II Esd 5:7
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y después de una larga reflexión, reprendí ásperamente a los magnates y a los magistrados, diciéndoles: ¿Así que vosotros cobráis usura de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,
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II Esd 5:8
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y les dije: Nosotros, como sabéis, hemos rescatado según nuestra posibilidad a nuestros hermanos, los judíos, vendidos a otras naciones; ¿y vosotros habéis de vender de nuevo a nuestros hermanos, para que nosotros los rescatemos otra vez? Callaron a esto, y no supieron qué responder.
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II Esd 5:8
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y les dije: Nosotros, como sabéis, hemos rescatado según nuestra posibilidad a nuestros hermanos, los judíos, vendidos a otras naciones; ¿y vosotros habéis de vender de nuevo a nuestros hermanos, para que nosotros los rescatemos otra vez? Callaron a esto, y no supieron qué responder.
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II Esd 5:10
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Yo, y mis hermanos, y mis criados hemos prestado muchísimo dinero y trigo; convengámonos todos en no volvérselo a pedir, condonémosles la deuda.
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II Esd 5:14
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Por lo que hace a mí, desde el día aquel en que me mandó el rey que fuese gobernador de la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, por espacio de doce años, ni yo, ni mis hermanos hemos recibido los alimentos o salarios debidos a los gobernadores;
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II Esd 10:10
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y sus hermanos Sebenía, Odaía, Celita, Falaía, Hanán,
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II Esd 10:29
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Todos los que eran capaces de discernir y entender, lo prometieron por medio de sus hermanos; viniendo los prinicipales o magnates entre ellos a prometer y jurar que procederían según la ley de Dios, promulgada por medio de Moisés, siervo de Dios y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, y sus preceptos y ceremonias;
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II Esd 11:12
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con sus hermanos empleados en los ministerios del templo, en todos ochocientos veintidós. Asimismo Odaía, hijo de Jeroham, hijo de Felelia, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Fesur, hijo de Melquías.
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II Esd 11:13
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con sus hermanos príncipes de familias, doscientos cuarenta y dos. Y Amasai, hijo de Azreel, hijo de Ahazi, hijo de Mosollamot, hijo de Emmer,
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II Esd 11:14
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con sus hermanos, que eran muy poderosos, ciento veintiocho; y su caudillo Zabdiel, hijo de uno de los magnates.
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II Esd 11:17
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Y Matanía, hijo de Mica, hijo de Zebedei, hijo de Asaf, primer cantor en los salmos e himnos en tiempo de la oración u oficio divino, y Becbecía, el segundo entre sus hermanos, y Abda, hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Iditún;
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II Esd 11:19
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Los porteros Accub, Telmón, y sus hermanos, que guardaban las puertas, eran ciento setenta y dos.
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II Esd 12:7
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Idaía. Estos son los príncipes de los sacerdotes o familias sacerdotales, que vinieron con sus hermanos en los días o sacerdocio de Josué.
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II Esd 12:8
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Los levitas fueron Jesua, Bennui, Cedmihel, Sarebía, Judá, Matanías, que con sus hermanos cantaban y dirigían los himnos;
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II Esd 12:9
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y Becbecía, y Hanni, con sus hermanos, cada cual en su ministerio,
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II Esd 12:24
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Los príncipes, pues, de los levitas eran Hasebía, Serebía y Josué, hijo de Cedmihel, con sus hermanos empleados en cantar himnos y salmos por sus turnos, conforme a la disposición de David, varón de Dios, observando igualmente el orden establecido.
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II Esd 12:36
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y sus hermanos Semeía, Azareel, Melalai, Galalai, Maai, Natanael, y Judas y Hanani, con los instrumentos músicos de David, varón de Dios; y Esdras escriba, delante de ellos, hasta la puerta de la Fuente.
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II Esd 13:13
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cuya superintendencia dimos a Selemías sacerdote, y a Sadoc escriba, y a Fadaías, del número de los levitas; y por su ayudante a Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías; por cuanto se tenían experimentados por fieles, y por lo mismo se confió a éstos repartir las porciones entre sus hermanos.
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Tob 1:3
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De suerte, que de todo lo que podía haber, daba cada día parte a los hermanos cautivos de su linaje o nación.
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Tob 7:3
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Dicho esto, les preguntó: ¿De dónde sois, oh jóvenes hermanos nuestros? Somos, le respondieron, de la tribu de Neftalí, de los cautivos de Nínive.
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Tob 11:20
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Vinieron después Aquior y Nabat, primos hermanos de Tobías, a alegrarse con él por todos los favores de que Dios le había colmado.
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Tob 14:6
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Pronto sucederá la ruina de Nínive; pues la palabra del Señor no puede faltar; y nuestros hermanos que están dispersos fuera de la tierra de Israel, volverán a ella;
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Jud 7:23
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levantándose Ozías bañado en lágrimas, dijo: Tened buen ánimo, hermanos míos, y esperemos aún durante cinco días la misericordia del Señor.
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Jud 8:21
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Ahora, pues, hermanos míos, ya que vosotros sois los ancianos o mayores en el pueblo de Dios, y está de vosotros pendiente su alma, alentad con vuestras palabras sus corazones, representándoles cómo nuestros padres fueron tentados, para que se viese si de veras honraban a su Dios.
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Jud 14:1
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Entonces Judit dijo a todo el pueblo: Escuchadme, hermanos míos: Colgad esa cabeza en lo alto de nuestros muros;
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Est 10:3
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y cómo este Mardoqueo, judío de nación, vino a ser la segunda persona después del rey Asuero; y cómo fue eminente entre los judíos, y universalmente querido de todos sus hermanos, como quien procuraba el bien de su pueblo y se interesaba en todo lo perteneciente a la prosperidad de su nación.
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