Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

gloria

II Cor 1:20 Pues todas cuantas promesas hay de Dios, tienen en éste sí su verdad; y también por él mismo todo tiene su infalible cumplimiento para honra y gloria de Dios, lo cual hace también la gloria de nuestro ministerio.
II Cor 1:20 Pues todas cuantas promesas hay de Dios, tienen en éste sí su verdad; y también por él mismo todo tiene su infalible cumplimiento para honra y gloria de Dios, lo cual hace también la gloria de nuestro ministerio.
II Cor 3:9 Porque si el ministerio de la ley antigua, no obstante que era ocasión de condenación, fue acompañado de tanta gloria, mucho más glorioso es el ministerio o publicación de la ley de la justicia.
II Cor 3:10 Y aun lo que ha habido de glorioso por aquel lado, no ha sido una verdadera gloria si se compara con la excelente gloria de la buena nueva.
II Cor 3:10 Y aun lo que ha habido de glorioso por aquel lado, no ha sido una verdadera gloria si se compara con la excelente gloria de la buena nueva.
II Cor 3:11 Porque si lo que se anula ha estado lleno de gloria, lo que para siempre subsiste debe ser mucho más glorioso.
II Cor 3:18 Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.
II Cor 4:4 para esos incrédulos cuyos entendimientos ha cegado el Dios de este siglo, para que no les alumbre la luz de la buena nueva de la gloria de Cristo , el cual es la imagen de Dios.
II Cor 4:6 Porque Dios, que dijo que la luz saliese o brillase de en medio de las tinieblas, él mismo ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones, a fin de que nosotros podamos iluminar a los demás por medio del conocimiento de la gloria de Dios, según que ella resplandece en Jesucristo.
II Cor 4:14 estando ciertos de que quien resucitó a Jesús , nos resucitará también a nosotros con Jesús , y nos colocará con vosotros en su gloria.
II Cor 4:15 Pues todas las cosas que pasan en nosotros se hacen por causa de vosotros, a fin de que la gracia esparcida con abundancia, sirva a aumentar la gloria de Dios por medio de las acciones de gracias que le tributarán muchos.
II Cor 4:17 Porque las aflicciones tan breves y tan ligeras de la vida presente nos producen el eterno peso de una sublime e incomparable gloria,
II Cor 5:2 Que aun por eso aquí suspiramos deseando la sobrevestidura del ropaje de gloria, o la habitación nuestra del cielo,
II Cor 5:5 Y el que nos formó o creó para este estado de gloria es Dios, el cual nos ha dado su espíritu por prenda.
II Cor 8:19 y el cual, además de eso, ha sido escogido por las iglesias para acompañarnos en nuestros viajes, y tomar parte en el cuidado que tenemos de procurar este socorro a nuestros hermanos por la gloria del Señor, y para mostrar nuestra pronta voluntad,
II Cor 8:23 lo mismo que a Tito, mi socio y coadjutor entre vosotros, y a los demás hermanos que le acompañan y son los apóstoles o enviados de las iglesias y la gloria de Cristo .
II Cor 9:12 Porque estas ofrendas que estamos encargados de recoger, no sólo remedian las necesidades de los santos, sino que también contribuyen mucho a la gloria del Señor, por la gran multitud de acciones de gracias que se le tributan;
II Cor 11:10 Os aseguro por la verdad de Cristo que está en mí, que no tendrá mengua en mí esta gloria en las regiones de Acaya.
Gál 1:5 cuya es la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Gál 5:26 No seamos ambiciosos de vana gloria, provocándonos los unos a los otros, y recíprocamente envidiándonos.
Ef 1:5 habiéndonos predestinado a ser de hijos suyos adoptivos por Jesucristo a gloria suya, por un puro efecto de su buena voluntad,
Ef 1:6 a fin de que se celebre la gloria de su gracia, mediante la cual nos hizo gratos a sus ojos en su querido Hijo,
Ef 1:12 para que seamos la gloria y el objeto de las alabanzas de Cristo , nosotros los judíos, que hemos sido los primeros en esperar en él.
Ef 1:14 el cual es la prenda o las arras de nuestra herencia celestial hasta la perfecta libertad del pueblo que se ha adquirido el Señor para loor de la gloria de él mismo.
Ef 1:18 iluminando los ojos de vuestro corazón, a fin de que sepáis cuál es la esperanza, o lo que debéis esperar, de su vocación, y cuáles las riquezas y la gloria de su herencia destinada para los santos,
Ef 2:10 Por cuanto somos hechura suya en la gracia como lo fuimos en la naturaleza, creados en Jesucristo para obras buenas, preparadas por Dios desde la eternidad para que nos ejercitemos en ellas y merezcamos la gloria.
Ef 3:13 Por tanto, os ruego que no caigais de ánimo en vista de tantas tribulaciones como sufro por vosotros; pues estas tribulaciones son para vuestra gloria, y prueba de mi apostolado.
Ef 3:16 para que según las riquezas de su gloria os conceda por medio de su Espíritu ser fortalecidos en virtud en el hombre interior,
Ef 3:21 a él sea la gloria, por medio de Cristo Jesús , en la Iglesia, por todas las generaciones de todos los siglos. Amén.
Ef 5:27 a fin de hacerla comparecer delante de él llena de gloria, sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino siendo santa e inmaculada.
Filip 1:11 colmados de frutos de justicia por Jesucristo, a gloria y loor de Dios.
Filip 2:11 y toda lengua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre.
Filip 4:19 Cumpla, pues, mi Dios todos vuestros deseos, según sus riquezas, con la gloria que os dé en Jesucristo.
Filip 4:20 Al Dios y padre nuestro sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Col 1:5 en vista de la esperanza de la gloria, que os está reservada en los cielos, esperanza que habéis adquirido cuando se os anunció la verdadera doctrina del Evangelio.
Col 1:22 ahora, en fin, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de su carne por medio de la muerte que ha padecido, a fin de presentaros santos sin mancilla, e irreprensibles delante de él en la gloria,
Col 1:27 a quienes Dios ha querido hacer patentes las riquezas de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual no es otra cosa que Cristo , hecho por la fe la esperanza de vuestra gloria.
Col 1:27 a quienes Dios ha querido hacer patentes las riquezas de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual no es otra cosa que Cristo , hecho por la fe la esperanza de vuestra gloria.
Col 3:17 Todo cuanto hacéis, sea de palabra o de obra, hacedlo todo en nombre de nuestro Señor Jesucristo, y a gloria suya, dando por medio de él gracias a Dios Padre.
I Tes 2:6 ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros algunos.
I Tes 2:12 amonestándoos, consolándoos, y conjurándoos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.
I Tes 2:19 En efecto, ¿cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, y la corona que formará nuestra gloria? ¿No sois vosotros delante de nuestro Señor Jesucristo para el día de su advenimiento?
I Tes 2:20 Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestro gozo.
I Tes 4:14 Porque si creemos que Jesús , nuestra cabeza, murió y resucitó, también debemos creer que Dios resucitará y llevará con Jesús a la gloria a los que hayan muerto en la fe y amor de Jesús .
II Tes 2:14 a la cual os llamó así mismo por medio de nuestra buena nueva, para haceros conseguir la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
I Tim 1:17 Por tanto, al rey de los siglos inmortal, invisible, al solo y único Dios, sea dada la honra y la gloria por siempre jamás. Amén.
I Tim 3:16 Y es ciertamente grande a todas luces el misterio de la piedad, o amor divino, en que el Hijo de Dios se ha manifestado en carne mortal, ha sido justificado por el Espíritu Santo, ha sido visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, elevado a la gloria.
II Tim 2:10 Por tanto, todo lo sufro por amor de los escogidos, a fin de que consigan también ellos la salvación, adquirida por Jesucristo, con la gloria celestial.
II Tim 4:18 El Señor me librará de todo pecado, y me conducirá a su reino celestial, a él sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Heb 1:3 El cual siendo como es el resplandor de su gloria y vivo retrato de su sustancia, y sustentándolo y rigiéndolo todo con sola su poderosa palabra, después de habernos purificado de nuestros pecados, está sentado a la diestra de la majestad en lo más alto de los cielos,