Deut 32:43
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Ensalzad, ¡oh naciones!, a su pueblo, porque el Señor vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y derramará su misericordia sobre la tierra del pueblo suyo.
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Deut 33:7
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He aquí la bendición de Judá: Escucha, ¡oh Señor!, la voz de Judá, y dale entre su pueblo la parte que le has destinado: sus manos pelearán por Israel y serás su protector contra los enemigos.
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Deut 33:11
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Bendice, oh Señor, su fortaleza y acepta las obras de sus manos. Hiere las espaldas de sus enemigos; y no levanten cabeza los que lo aborrecen.
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Deut 33:29
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Bienaventurado eres, ¡oh Israel! ¿Quién hay semejante a ti, ¡oh pueblo afortunado!, que hallas tu salud en el Señor? El es el escudo que te cubre y defiende, y la espada que te llena de gloria. Tus enemigos rehusarán reconocerte; pero tú los sojuzgarás y pondrás el pie sobre su cuello.
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Jos 5:13
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Mientras Josué se hallaba en los alrededores de la ciudad de Jericó , alzó los ojos, y viendo delante de sí un varón que estaba en pie con la espada desenvainada, se encaminó a él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros, o de los enemigos?
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Jos 7:3
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y a la vuelta le dijeron: No es menester que se mueva todo el ejército, basta que dos o tres mil hombres marchen y arrasen la ciudad; ¿para qué se ha de fatigar inútilmente todo el pueblo contra poquísimos enemigos?
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Jos 7:8
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Señor Dios mío, ¿qué diré viendo a Israel volver las espaldas delante de sus enemigos?
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Jos 7:12
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Ya no podrá Israel hacer frente a sus enemigos, sino que huirá de ellos; por haberse contaminado reservándose algo del anatema: no estaré más con vosotros hasta que exterminéis al que es reo de esta maldad.
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Jos 7:13
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Levántate, pues, santifica al pueblo, y diles: Santificaos para mañana. Porque esto dice el Señor Dios de Israel: ¡Oh, Israel!, el anatema o hurto sacrílego, está en medio de ti; no podrás contrarrestar a tus enemigos, hasta que sea exterminado de en medio de ti el que se ha contaminado con este sacrilegio.
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Jos 8:22
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Porque al mismo tiempo, los que habían tomado e incendiado la ciudad, saliendo también de ella para unirse con los suyos, comenzaron a acuchillar a los enemigos, los cuales cogidos en medio, fueron de tal suerte destrozados por ambas partes, que de tanta muchedumbre ninguno pudo salvarse.
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Jos 10:13
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Y se pararon el Sol y la Luna hasta que el pueblo del Señor se hubo vengado de sus enemigos. ¿Y no es esto mismo lo que está escrito en el libro de los justos? Se paró, pues, el Sol en medio del cielo, y detuvo su carrera sin ponerse por espacio de un día.
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Jos 10:19
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vosotros entre tanto no paréis de perseguir a los enemigos, hiriendo siempre la retaguardia de los fugitivos, ni dejéis entrar a guarecerse en sus ciudades a los que el Señor Dios ha entregado en vuestras manos.
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Jos 10:20
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Habiendo, pues, hecho gran mortandad en los enemigos, hasta el punto de no dejar casi uno con vida, los que pudieron escapar de las manos de los israelitas se metieron en las ciudades fuertes.
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Jos 10:21
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Y se volvió todo el ejército a Josué junto a Maceda, donde estaba entonces el campo, salvo y sin haber perdido un solo hombre; y ni siquiera uno de los enemigos se atrevió a chistar contra los hijos de Israel.
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Jos 10:25
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les dijo Josué: No temáis ni os acobardéis; esforzaos y mantened vuestro brío, que así tratará el Señor a todos vuestros enemigos contra quienes peleáis.
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Jos 21:44
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Y les dio paz con todas las naciones del contorno, y ninguno de los enemigos osó resistirles, sino que todos se sujetaron a su dominio.
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Jos 22:8
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les dijo: Vosotros volvéis a vuestras casas con mucho caudal y riquezas, cargados de plata y oro, de cobre y de hierro, y de toda suerte de vestidos: repartid con vuestros hermanos el botín de los enemigos.
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Jos 23:10
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Uno solo de vosotros hará huir a mil de los enemigos: porque Dios vuestro Señor peleará él mismo por vosotros, como lo tiene prometido.
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Juec 2:2
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Por lo mismo, yo tampoco he querido exterminarlos de vuestra presencia, a fin de que tengáis enemigos, y sus dioses sean para vuestra ruina.
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Juec 2:13
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De lo cual irritado el Señor contra los israelitas, los entregó en manos de los saqueadores, que los cautivaron y vendieron a los enemigos cercanos; ni pudieron ya contrarrestar a sus adversarios;
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Juec 3:1
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para que andando el tiempo aprendieran sus hijos a pelear contra sus enemigos, y se acostumbrasen a semejantes combates.
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Juec 3:27
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Aod les dijo: Seguidme: porque el Señor ha entregado en nuestras manos a los moabitas nuestros enemigos. Le siguieron, pues, y se apoderaron de los vados del Jordán, que son paso para Moab: y no dejaron pasar a ningún moabita,
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Juec 4:15
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Y Barac fue persiguiendo a los carros fugitivos, y al ejército hasta la ciudad de Haroset de las Naciones; y toda la muchedumbre de los enemigos pereció, sin quedar ni uno.
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Juec 5:7
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Nuevo y maravilloso modo de guerrear escogió el Señor, y él mismo, por medio de una mujer, destruyó las fuerzas de los enemigos: no se veía lanza ni escudo entre cuarenta mil soldados de Israel.
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Juec 5:15
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¿Por qué te estás ahí quieto, ¡oh Rubén!, entre los dos términos de Israel y de sus enemigos oyendo los balidos de tus rebaños? Pero dividido Rubén en partidos contra sí mismos, sus valientes sólo se ocuparon en disputar entre sí.
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Juec 5:18
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Vinieron los reyes enemigos y pelearon contra ellos: los reyes de Canaán pelearon contra Israel en Tanac, junto a las aguas del Mageddo; mas no pudieron llevar presa ninguna.
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Juec 5:21
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Se les saltaron a sus caballos las uñas de los pies con la impetuosidad de la huida, cayendo por los precipicios los más valientes de los enemigos.
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Juec 5:30
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Perezcan, Señor, como Sísara todos tus enemigos: y brillen como el sol en su oriente los que te aman.
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Juec 6:9
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y os libré de las manos de los egipcios, y de todos los enemigos que os maltrataban, y a vuestra entrada los eché de su tierra, y os la entregué a vosotros.
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Juec 7:9
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Aquella misma noche le dijo el Señor: Levántate y desciende al campamento de los enemigos; porque los he entregado en tus manos;
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Juec 7:21
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manteniéndose cada uno quieto en su puesto alrededor de los reales enemigos. Con esto todas las tropas de Madián se alborotaron, y dando gritos y aullidos echaron a huir.
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Juec 7:22
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Y sin embargo los trescientos hombres seguían tocando sin cesar las trompetas. Y el Señor hizo que los enemigos tirasen de sus espadas unos contra otros sin conocerse; de suerte que se degollaban entre sí,
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Juec 8:11
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Gedeón, pues, tomando el camino hacia los árabes scenitas, o que habitaban en tiendas de campaña, a la parte oriental de Nobe y Jegbaa, derrotó el campamento de los enemigos; los cuales estaban descuidados, imaginando que ya no tenían que temer nada.
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Juec 8:34
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no acordándose del Señor Dios suyo que los libertó de las manos de todos sus enemigos, que tenían alrededor;
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Juec 11:36
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Al cual respondió ella: Padre mío, si has dado al Señor tu palabra, haz de mí lo que prometiste, ya que te ha concedido la gracia de vengarte de tus enemigos y vencerlos.
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Juec 15:16
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Con este motivo dijo: Con una quijada de asno los enemigos destrocé: con la mandíbula de un asno a mil hombres maté.
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Juec 16:28
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Pero él invocando al Señor dijo: ¡Oh Señor Dios! acuérdate de mí: y restitúyeme ahora, ¡oh Dios mío!, mi anterior fuerza para vengarme de mis enemigos, y hacerles pagar de una sola vez el haberme privado de mis dos ojos.
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Juec 20:42
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tomando el camino del desierto, persiguiéndolos aún hasta allí los enemigos. Demás de esto, los que habían incendiado la ciudad los acometieron por frente.
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Juec 20:43
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Así sucedió que por ambos lados eran acuchillados por los enemigos y morían sin remedio. Los que cayeron muertos y quedaron tendidos por el suelo al oriente de la ciudad de Gabaa en aquel mismo lugar,
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I Rey 2:1
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Saltó de gozo en el Señor, mi corazón, y mi Dios me ha ensalzado; ya puedo responder a boca llena a mis enemigos, pues toda la causa de mi alegría es, ¡oh Señor!,la salud que he recibido de ti.
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I Rey 4:3
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Vuelto el grueso del ejército al campamento, dijeron los ancianos de Israel: ¿Cómo es que el Señor nos ha derrotado hoy delante de los filisteos? Traigamos aquí de Silo el arca de la alianza del Señor, y venga en medio de nosotros, para que nos salve de la mano de nuestros enemigos.
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I Rey 10:1
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Entonces sacó Samuel una redomita de óleo o bálsamo, y la derramó sobre la cabeza de Saúl, y lo besó, diciendo: He aquí que el Señor te ha ungido para príncipe sobre su herencia y tú librarás a su pueblo de las manos de sus enemigos que la rodean. Esta señal tendrás de que Dios te ha ungido para príncipe:
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I Rey 11:10
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Los cuales dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, y nos trataréis como os plazca.
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I Rey 12:10
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Pero después clamaron al Señor, diciendo: Hemos pecado, pues abandonamos al Señor y hemos servido a Baal y a Astarot; ahora, pues, líbranos de las manos de nuestros enemigos, y te serviremos.
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I Rey 12:11
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Con efecto, el Señor os envió a Jerobaal, y a Badán, y a Jefté y a Samuel, y os libró del poder de vuestros enemigos que os rodeaban, y vivisteis en seguridad.
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I Rey 13:15
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Con esto se retiró Samuel, y subió de Gálgala a Gabaa de Benjamín. Lo restante de la gente avanzó siguiendo a Saúl contra unos enemigos que asaltaban en el cerro de Benjamín a los que iban de Gálgala a Gabaa. Saúl, hecha la revista de la gente que tenía, se halló con unos seiscientos hombres.
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I Rey 14:13
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Subió, pues, Jonatás, trepando con manos y pies, y en pos de él su escudero; y arremetiendo a los enemigos, unos caían a los pies de Jonatás, y a otros mataba su escudero que le iba siguiendo.
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I Rey 14:24
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Se reunieron entonces los israelitas; y Saúl juramentó al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que probare bocado antes de la noche, hasta que yo me haya vengado de mis enemigos. Y toda la gente se abstuvo de comer.
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I Rey 14:30
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¿Pues cuánto más se habría repuesto la gente, si hubiese comido de lo que encontró en el despojo de sus enemigos? ¿Por ventura no se hubiera hecho mayor estrago en los filisteos?
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I Rey 14:47
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Saúl luego que vio afirmado su trono en Israel, peleaba contra todos los enemigos de la comarca, contra Moab, y contra los hijos de Amón, y de Edom, y los reyes de Soba, y los filisteos; y adondequiera que llevaba sus armas, volvía vencedor.
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