II Cor 2:4
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Es verdad que os escribí entonces en extremo afligido y con un corazón angustiado y derramando muchas lágrimas, no para entristeceros, sino para haceros conocer el amor tan singular que os tengo.
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II Cor 3:15
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y así hasta el día de hoy cuando se lee a Moisés, cubre un velo su corazón.
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II Cor 6:11
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El amor, ¡oh corintios!, hace que mi boca se abra tan francamente, y se ensanche mi corazón.
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II Cor 6:13
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Volvedme, pues, amor por amor, os hablo como a hijos míos, ensanchad también para mí vuestro corazón.
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II Cor 7:2
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Dadnos cabida en vuestro corazón. Nosotros a nadie hemos injuriado, a nadie hemos pervertido, a nadie hemos engañado, sonsacándole los bienes.
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II Cor 7:3
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No lo digo por tacharos a vosotros; porque ya os dije antes de ahora que os tenemos en el corazón, y estamos prontos a morir, o a vivir en vuestra compañía.
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II Cor 8:2
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Y es, que han sido colmados de gozo a proporción de las muchas tribulaciones con que han sido probados; y que su extrema pobreza ha derramado con abundancia las riquezas de su buen corazón;
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II Cor 8:16
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Pero gracias a Dios, que ha inspirado en el corazón de Tito este mismo celo mío por vosotros.
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II Cor 9:7
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Haga cada cual la oferta conforme lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana, o como por fuerza; porque Dios ama al que da con alegría.
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II Cor 13:11
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Por lo demás, hermanos, estad alegres, sed perfectos, exhortaos los unos a los otros, reuníos en un mismo espíritu y corazón, vivid en paz, y el Dios de la paz y de la caridad será con vosotros.
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Ef 1:18
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iluminando los ojos de vuestro corazón, a fin de que sepáis cuál es la esperanza, o lo que debéis esperar, de su vocación, y cuáles las riquezas y la gloria de su herencia destinada para los santos,
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Ef 4:18
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teniendo oscurecido y lleno de tinieblas el entendimiento, ajenos enteramente de vivir según Dios, por la ignorancia en que están, a causa de la ceguedad o dureza de su corazón;
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Ef 6:5
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Siervos, obedeced a vuestros señores temporales con temor y respeto, con sencillo corazón, como a Cristo ,
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Ef 6:6
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no sirviéndolos solamente cuando tienen puesto el ojo sobre vosotros, como si no pensaseis más que en complacer a los hombres, sino como siervos de Cristo , que hacen de corazón la voluntad de Dios, que los ha puesto en tal estado;
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Filip 1:7
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como es justo que yo lo piense así de todos vosotros; pues tengo impreso en mi corazón que todos vosotros sois compañeros de mi gozo en mis cadenas, y en la defensa y confirmación del Evangelio.
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Filip 2:20
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Porque no tengo ninguna persona tan unida de corazón y espíritu conmigo como él, ni que se interese por vosotros con afecto más sincero;
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Filip 4:10
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Yo por mí me alegré sobremanera en el Señor, de que al fin ha reflorecido aquel afecto que me tenéis, siempre lo habéis tenido en vuestro corazón, mas no hallabais coyuntura para manifestarlo.
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Col 1:21
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Igualmente a vosotros que antes os habíais extrañado de Dios, y erais enemigos suyos de corazón, por causa de vuestras malas obras,
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Col 3:16
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La palabra de Cristo o su doctrina en abundancia tenga su morada entre vosotros, con toda sabiduría, enseñándoos y animándoos unos a otros, con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando de corazón con gracia o edificación las alabanzas a Dios.
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Col 3:22
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Siervos, obedeced en todo a vuestros amos temporales, no sirviéndolos sólo mientras tienen la vista sobre vosotros, o solamente cuando os miran, como si no deseaseis más que complacer a los hombres, sino con sencillez de corazón y temor de Dios.
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I Tes 2:17
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Pero en cuanto a nosotros, hermanos míos, después de haber estado por un poco de tiempo separados de vosotros con el cuerpo, no con el corazón, hemos deseado con tanto más ardor y empeño volveros a ver.
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I Tim 1:5
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Pues el fin de los mandamientos o de la ley es la caridad que nace de un corazón puro, de una buena conciencia, y de fe no fingida.
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II Tim 2:22
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Por tanto, huye de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, la caridad y la paz con aquellos que invocan al Señor con limpio corazón y son capaces de ella.
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II Tim 3:8
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En fin, así como Jannes y Mambres resistieron a Moisés, del mismo modo éstos resisten a la verdad, hombres de un corazón corrompido, réprobos en la fe, que quisieran pervertir a los demás.
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Filem 1:20
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Sí, por cierto, hermano. Reciba yo de ti este gozo en el Señor. Da en nombre del Señor este consuelo a mi corazón.
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Heb 3:12
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Mirad, pues, hermanos, no haya en algunos de vosotros corazón maleado de incredulidad, hasta abandonar al Dios vivo;
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Heb 4:12
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Puesto que la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más penetrante que cualquier espada de dos filos, y que entra y penetra hasta los pliegues del alma y del espíritu, hasta las junturas y tuétanos, y discierne y califica los pensamientos y las intenciones más ocultas del corazón.
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Heb 10:22
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lleguémonos a él con sincero corazón, con plena fe, purificados los corazones de las inmundicias de la mala conciencia, lavados en el cuerpo con el agua limpia del bautismo ,
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Heb 13:9
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No os dejéis, pues, apartar o llevar de aquí allá por doctrinas diversas y extrañas. Lo que importa sobre todo es fortalecer el corazón con la gracia de Jesucristo, no con las viandas aquellas que de nada sirvieron por sí solas a los que andaban vanamente confiados en ellas.
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Sant 1:26
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Que si alguno se precia de ser religioso o devoto, sin refrenar su lengua, antes bien engañando o precipitando con ella su corazón, la religión suya es vana, es falsa su piedad.
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I Ped 1:22
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Purificando, pues, vuestras almas con la obediencia del amor, con amor fraternal, amaos unos a otros entrañablemente con un corazón puro y sencillo;
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I Ped 3:4
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La persona interior escondida en el corazón, es la que debe adornar con el atavío incorruptible de un espíritu de dulzura y de paz, lo cual es un precioso adorno a los ojos de Dios.
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I Ped 3:8
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Finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amantes de todos los hermanos, misericordiosos, modestos, humildes,
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II Ped 2:14
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como que tienen los ojos llenos de adulterio y de un continuo pecar. Ellos atraen con halagos las almas ligeras e inconstantes, teniendo el corazón ejercitado en todas las mañas que puede sugerir la avaricia; son hijos de maldición;
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I Jn 3:20
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Porque si nuestro corazón nos remordiere, Dios es mayor que nuestro corazón, y todo lo sabe.
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I Jn 3:20
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Porque si nuestro corazón nos remordiere, Dios es mayor que nuestro corazón, y todo lo sabe.
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I Jn 3:21
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Carísimos, si nuestro corazón no nos arguye, podemos acercarnos a Dios con confianza,
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Apoc 3:20
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He aquí que estoy a la puerta de tu corazón, y llamo; si alguno escuchare mi voz y me abriere la puerta, entraré a él, y con él cenaré, y él conmigo.
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Apoc 18:7
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Cuanto se ha engreído y regalado, dadle otro tanto de tormento y de llanto, ya que dice en su corazón: Estoy como reina sentada en solio, y no soy viuda, y no veré duelo.
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