Tob 3:7
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Aquel mismo día sucedió que Sara, hija de Raguel, que estaba en Ragés, ciudad de la Me-dia, se oyó ultrajar de una de las criadas de su padre,
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Tob 4:21
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Te hago saber también, hijo mío, cómo presté, siendo tú aún niño, diez talentos de plata a Gabelo, residente en Ragés, ciudad de los medos, y conservo en mi poder el recibo firmado de su mano.
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Tob 5:8
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Sí que lo sé, respondió, y muchas veces he andado todos aquellos caminos, y me he hospedado en casa de Gabelo, nuestro hermano, que mora en Ragés, ciudad de los medos, situada en las montañas de Ecbatana.
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Tob 5:14
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Le dijo entonces Tobías: ¿Podrás acaso llevar a mi hijo a casa de Gabelo en Ragés, ciudad de los medos? Yo te pagaré tu salario a la vuelta.
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Tob 6:6
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Hecho lo cual, asó parte de la carne del pez, de que llevaron para el camino; y salaron el resto para que les sirviese hasta llegar a Ragés, ciudad de los medos.
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Tob 9:3
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Esto, no obstante, te suplico que tomando caballerías y criados vayas a Ragés, ciudad de los medos, a encontrar a Gabelo; y le devuelvas su recibo cobrando de él el dinero, y lo convides a venir a mis bodas.
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Tob 9:6
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Entonces Rafael tomando cuatro criados de Raguel y dos camellos, pasó a Ragés, ciudad de los medos, y hallando a Gabelo, le volvió su recibo cobrando de él todo su dinero.
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Tob 13:11
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Oh Jerusalén , ciudad de Dios, el Señor te ha castigado por causa de tus malas obras.
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Tob 13:19
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Oh alma mía, bendice al Señor; porque el Señor Dios nuestro ha librado a su ciudad de Jerusalén de todas sus tribulaciones.
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Tob 14:13
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Porque yo estoy viendo que los vicios y maldades conducen esta ciudad a su exterminio.
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Jud 1:1
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Arfaxad, pues, rey de los medos, había sujetado a su imperio muchas naciones; y edificó una ciudad sumamente fuerte, que llamó Ecbatana;
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Jud 1:5
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Pero Nabucodonosor, rey de los asirios, que reinaba en la gran ciudad de Nínive, el año duodécimo de su reinado entró en batalla contra Arfaxad, y lo venció
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Jud 2:13
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Arruinó también la famosísima ciudad de Meloti, y saqueó a todos los habitantes de Tarsis y a los ismaelitas, que moraban enfrente del desierto, al mediodía del país de Cellón.
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Jud 6:8
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Cogiendo, pues, los criados de Holofernes a Aquior, partieron por la llanura; pero llegando a la montaña salieron contra ellos los honderos de la ciudad;
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Jud 7:6
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Holofernes por su parte, mientras andaba registrando los alrededores, observó que la fuente que corría dentro de la ciudad venía por un acueducto que tenían fuera hacia el mediodía, y así mandó cortarlo.
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Jud 7:9
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Para que puedas, pues, vencerlos sin venir a las manos, pon guardias en los manantiales, a fin de que no cojan agua de ellos, y así los matarás sin sacar la espada, o a lo menos apurados de la sed, entregarán su ciudad, que por estar situada en los montes, creen inexpugnable.
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Jud 7:11
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Y después de veinte días que se hacía esta guardia, llegaron a agotarse todas las cisternas y depósitos de agua de todos los habitantes de Betulia, de manera que no tenían dentro de la ciudad agua ni para saciar la sed un solo día, por lo que diariamente se repartía a los vecinos el agua por medida.
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Jud 7:15
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Ahora, pues, convocad a todos los que se hallan en la ciudad, y entreguémonos todos voluntariamente al ejército de Holofernes;
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Jud 7:17
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Os requerimos hoy, poniendo por testigos al cielo y a la tierra, al Dios de nuestros padres, el cual nos castiga conforme a nuestros pecados, para que entreguéis luego la ciudad en poder del ejército de Holofernes, y se acabe en breve al filo de la espada nuestro penar, que se prolonga más y más con el ardor de la sed.
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Jud 8:9
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Esta, pues, cuando escuchó que Ozías había prometido que pasados cinco días entregaría la ciudad, envió a llamar a los ancianos Cabri y Carmi,
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Jud 8:10
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los cuales vinieron a ella, y les dijo: ¿Qué demanda es esa en que ha consentido Ozías, de entregar la ciudad a los asirios, si dentro de cinco días no tenéis socorro?
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Jud 8:32
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Vosotros esta noche estaréis a la puerta de la ciudad, y yo saldré fuera con mi doncella. Y orad al Señor, a fin de que dentro de los cinco días que vosotros dijisteis, vuelva benigno los ojos hacia su pueblo de Israel.
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Jud 10:6
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Al llegar a la puerta de la ciudad, hallaron a Ozías y a los ancianos de la ciu-dad, que la estaban aguardando.
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Jud 13:7
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dijo: Dame valor, oh Señor Dios de Israel, y favorece en este trance la empresa de mis manos, para que sea por ti ensalzada, como lo tienes prometido, tu ciudad de Jerusalén ; y ejecute yo el designio que he formado, contando con tu asistencia para llevarlo a cabo.
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Jud 13:12
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Y se salieron afuera las dos según costumbre, como para ir a la oración; y atravesando el campamento y dada la vuelta al valle, llegaron a la puerta de la ciudad.
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Jud 13:14
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Así que los centinelas reconocieron su voz, llamaron a los ancianos de la ciudad.
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Est 1:2
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al sentarse en el trono de su reino, fue Susán la ciudad escogida para capital de su imperio.
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Est 2:3
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enviando por todas las provincias personas que escojan doncellas vírgenes y de buen parecer, y las traigan a la ciudad de Susán, al palacio de las mujeres, entregándolas al cuidado del eunuco Egeo, superintendente y guarda de las mujeres del rey, y déseles allí cuanto sea necesario para su ornato mujeril y lo demás que hubiere menester,
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Est 2:5
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Moraba en la ciudad de Susán cierto varón judío llamado Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Semei, hijo de Cis, del linaje de Jémini,
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Est 3:15
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Los correos expedidos fueron a toda prisa a cumplir la orden del rey; y se fijó luego en Susán el educto, a tiempo que el rey y Amán celebraban un banquete, y mientras todos los judíos que había en la ciudad se deshacían en lágrimas.
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Est 4:1
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Habiendo sabido esto Mardoqueo, rasgó sus vestidos, y se vistió de un saco o cilicio, esparciendo ceniza sobre su cabeza; y en medio de la plaza de la ciudad clamaba en alta voz, manifestando la amargura de su corazón;
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Est 4:6
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Salió, pues, Atac, y fue a encontrar a Mardoqueo, que estaba en la plaza de la ciudad, delante de la puerta de palacio;
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Est 6:9
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Y el primero de los príncipes y grandes de la corte lleve asido del diestro el caballo, y marchando por la plaza de la ciudad publique en alta voz y diga: Así se honra al que el rey quiere honrar.
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Est 6:11
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Tomó, pues, Amán el manto real y el caballo y habiéndoselo vestido a Mardoqueo en la plaza de la ciudad, y héchole montar en el caballo, iba caminando delante de él, y gritaba: De tal honor es digno aquel a quien el rey quiere honrar.
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Est 8:11
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Les mandó también el rey que en cada ciudad fuesen a estar con los judíos, y les ordenasen unirse todos para defender sus vidas, y matar y acabar con todos sus enemigos, sin perdonar a las mujeres, ni a los hijos, ni a las casas, saqueando sus bienes.
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Est 8:15
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Entretanto Mardoqueo saliendo del palacio y de la audiencia del rey, iba rozagante, vestido a la manera del rey, esto es, de color de jacinto y de azul celeste, llevando en la cabeza una corona de oro, y cubierto de un manto de seda y de púrpu-ra. Y toda la ciudad hizo fiestas y regocijos.
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Est 9:12
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El cual dijo a la reina: En la ciudad de Susán los judíos han muerto a quinientos hombres, además de los diez hijos de Amán; ¿cuán grande, pues, juzgas que será la mortandad que habrán hecho en todas las provincias? ¿Qué más pides, o qué otra cosa quieres que yo mande?
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Est 9:18
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Los que ejecutaron la mortandad en la ciudad de Susán emplearon en ella los días trece y catorce de dicho mes, y cesaron de matar el quince; y por eso establecieron que este día se solemnizase con banquetes y regocijos.
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Est 9:28
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Estos son días que jamás serán puestos en olvido, y que se celebrarán de generación en generación en todas las provincias de la tierra; y no hay ciudad alguna en que los días de Furim, esto es, de las Suertes, no sean guardados por los judíos y por la descendencia de los que se obligaron a estas ceremonias.
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Est 11:3
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Era Mardoqueo de nación judío, habitaba en la ciudad de Susán, y llegó a ser un hombre poderoso y de los primeros de la corte del rey,
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Est 16:18
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Por cuya maldad, así, el, que la fraguó, como toda su parentela, están colgados en patíbulos ante las puertas de esta ciudad de Susán, no siendo nosotros, sino Dios, el que le ha dado su merecido.
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Est 16:24
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Cualquier provincia o ciudad, que no quisiese tener parte en esta solemnidad, perezca a fuego y a sangre, y sea de tal manera arrasada, que quede para siempre intransitable, no sólo a los hombres, sino aun a las bestias, para escarmiento de los despreciadores y desobedientes a las órdenes reales."
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Job 29:7
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cuando salía a las puertas de la ciudad, y allí en la plaza me disponían un asiento distinguido.
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Salm 30:22
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Bendito sea el Señor que ha ostentado maravillosamente su misericordia conmigo en la ciudad fortificada.
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Salm 45:5
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Un río caudaloso alegra la ciudad de Dios; el Altísimo ha santificado su Tabernáculo.
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Salm 47:2
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Grande es el Señor, y dignísimo de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
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Salm 47:3
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Con júbilo de toda la tierra se ha edificado el santuario en el monte de Sión, la ciudad del gran rey, al lado del septentrión.
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Salm 47:9
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Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la cual ha fundado Dios para siempre.
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Salm 47:9
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Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la cual ha fundado Dios para siempre.
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Salm 54:10
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Precipítalos, Señor, divide sus dictámenes; pues veo que la ciudad está llena de iniquidad y discordia.
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