Ezeq 44:9
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Esto dice el Señor Dios: Ningún extranjero, no circuncidado de corazón, ni circuncidado en la carne, ni ningún hijo de extranjero que habita entre los hijos de Israel, entrará en mi santuario.
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Ezeq 44:29
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Ellos comerán la carne de la víctima ofrecida por el pecado y por el delito; y todas las ofrendas que haga Israel por voto, serán de ellos.
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Dan 10:3
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Pan delicado o sabroso no lo probé; carne ni vino no entraron en mi boca, ni me perfumé con ungüento; hasta tanto que fueron cumplidos los días de estas tres semanas.
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Miq 3:2
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Y no obstante eso, vosotros aborrecéis el bien y amáis el mal; desolláis al pueblo y le quitáis la carne de encima de sus huesos.
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Miq 3:3
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Los caudillos se comen la carne del pueblo mío, y le quitan la piel, y le machacan los huesos, y le hacen pedazos, como la carne que se mete en la caldera o en la olla.
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Miq 3:3
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Los caudillos se comen la carne del pueblo mío, y le quitan la piel, y le machacan los huesos, y le hacen pedazos, como la carne que se mete en la caldera o en la olla.
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Ag 2:13
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Si un hombre llevare carne santificada en una extremidad de su vestido, y tocare con la orla de él pan o vianda, o vino, o aceite, u otra cosa de comer, ¿quedará acaso santificada la tal cosa? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: No.
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II Mac 6:18
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Eleázaro, pues, uno de los primeros doctores de la ley, varón de edad provecta, y de venerable presencia, fue estrechado a comer carne de cerdo, y se le quería obligar a ello abriéndole por fuerza la boca.
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II Mac 7:1
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Además de lo referido aconteció que fueron presos siete hermanos con su madre; y quiso el rey, a fuerza de azotes y tormentos con nervios de toro obligarlos a comer carne de cerdo, contra lo prohibido por la ley.
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Mt 16:17
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Y Jesús , respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Joná porque no te ha revelado eso la carne y la sangre u hombre alguno, sino mi Padre que está en los cielos.
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Mt 19:5
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Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá con su mujer, y serán dos en una sola carne.
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Mt 19:6
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Así ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios, pues, ha unido, no lo desuna el hombre.
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Mt 26:41
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Velad y orad para no caer en la tentación. Que si bien el espíritu está pronto, la carne es flaca.
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Mc 10:8
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y los dos no compondrán sino una sola carne, de manera que ya no son dos, sino una sola carne:
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Mc 10:8
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y los dos no compondrán sino una sola carne, de manera que ya no son dos, sino una sola carne:
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Mc 14:38
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Velad, y orad para que no caigáis en la tentación. El espíritu a la verdad está pronto, pero la carne es flaca.
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Lc 24:39
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Mirad mis manos y mis pies, yo mismo soy, palpad, y considerad que un espíritu no tiene carne, ni huesos, como vosotros veis que yo tengo.
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Jn 1:13
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Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hombre, sino que nacen de Dios.
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Jn 1:14
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Y el Verbo se hizo carne; y habitó en medio de nosotros; y nosotros hemos visto su gloria, gloria que el Unigénito debía recibir del Padre, lleno de gracia y de verdad.
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Jn 3:6
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Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual.
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Jn 3:6
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Lo que ha nacido de la carne, carne es; mas lo que ha nacido del espíritu, es espíritu, o espiritual.
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Jn 6:51
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Yo soy el pan vivo, que he descendido del cielo. Quien comiere de este pan, vivirá eternamente; y el pan que yo daré, es mi misma carne, la cual daré yo para la vida o salvación del mundo.
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Jn 6:52
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Comenzaron entonces los judíos a altercar unos con otros, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
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Jn 6:53
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Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo, que si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y no bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
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Jn 6:54
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Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el último día.
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Jn 6:55
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Porque mi carne verdaderamente es comida, y mi sangre es verdaderamente bebida.
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Jn 6:56
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Quien come mi carne y bebe mi sangre, en mí mora, y yo en él.
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Jn 6:63
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El espíritu es quien da la vida; la carne o el sentido carnal de nada sirve para entender este misterio; las palabras que yo os he dicho, espíritu y vida son.
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Jn 8:15
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Vosotros juzgáis de mí según la carne; pero yo no juzgo así de nadie;
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Hech 2:26
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Por tanto se llenó de alegría mi corazón, y resonó mi lengua en voces de júbilo, y mi carne reposará en la esperanza:
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Hech 2:31
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previendo la resurrección de Cristo , dijo, que ni fue detenido en el sepulcro, ni su carne padeció corrupción.
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Rom 1:3
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acerca de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, que le nació según la carne del linaje de David,
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Rom 2:28
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Porque no está en lo exterior ser judío, ni es la verdadera circuncisión la que se hace en la carne;
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Rom 4:1
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¿Qué ventaja, pues, diremos haber logrado Abrahán, padre nuestro según la carne?
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Rom 6:19
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Voy a decir una cosa, hablando a lo humano, en atención a la flaqueza de vuestra carne; y es, que así como habéis empleado vuestro cuerpo en servir a la impureza y a la injusticia para cometer la iniquidad, así ahora lo empleéis en servir a la justicia para santificaros.
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Rom 7:5
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Pues cuando vivíamos según la carne, las pasiones de los pecados, excitadas por ocasión de la ley, mostraban su eficacia en nuestros cuerpos, en hacerles producir frutos para la muerte;
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Rom 7:18
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Que bien conozco que nada de bueno hay en mí, quiero decir en mi carne. Pues aunque hallo en mí la voluntad para hacer el bien, no hallo cómo cumplirla.
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Rom 7:25
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Solamente la gracia de Dios por los méritos de Jesucristo, Señor nuestro. Entretanto yo mismo vivo sometido por el espíritu a la ley de Dios, y por la carne a la ley del pecado.
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Rom 8:1
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Por consiguiente nada hay ahora digno de condenación en aquellos que están reengendrados en Cristo Jesús , y que no siguen la carne.
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Rom 8:3
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Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
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Rom 8:3
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Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
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Rom 8:3
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Pues lo que era imposible que la ley hiciese, estando como estaba debilitada por la carne, lo hizo Dios cuando habiendo enviado a su Hijo revestido de una carne semejante a la del pecado, y héchole víctima por el pecado, mató así al pecado en la carne,
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Rom 8:4
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a fin de que la justificación de la ley tuviese su cumplimiento en nosotros, que no vivimos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.
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Rom 8:5
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Porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; mientras los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu.
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Rom 8:5
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Porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; mientras los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu.
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Rom 8:6
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La sabiduría o prudencia de la carne es una muerte, pero la sabiduría de las cosas del espíritu, es vida y paz:
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Rom 8:7
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por cuanto la sabiduría de la carne es enemiga de Dios; como que no está sometida a la ley de Dios, ni es posible que lo esté, siendo contraria a ella.
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Rom 8:8
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Por donde los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios.
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Rom 8:9
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Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, pues el espíritu de Dios habita en vosotros. Que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo , éste no es de Jesucristo.
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Rom 8:12
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Así que, hermanos míos, somos deudores no a la carne, para vivir según la carne, sino al espíritu de Dios,
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