las palabras que pronunció Jeroboam, rey de Efraín, se intimidó Israel, y pecó adorando a Baal, con lo cual quedó como un muerto.
Y ahora han añadido pecados a pecados, y han fundido su plata, y formado de ella figuras de ídolos; todo es obra de artífices. A tales adoradores les dicen éstos: Vosotros que adoráis por dioses los becerros, inmoladles víctimas humanas.
Por esto serán ellos como una nube al rayar el día, y como el rocío de la mañana que al instante se desvanece, y como el polvo que arrebata de la era un torbellino, y como el humo que sale de una chimenea.
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Mas yo soy el Señor Dios tuyo desde que saliste de la tierra de Egipto; y no has de reconocer a otro Dios fuera de mí; ni hay otro Salvador sino yo.
Yo te reconocí por hijo en el desierto, en una tierra estéril.
Cercanos los israelitas al delicioso país que les di para vivir, se rellenaron y hartaron de bienes; y engreído su corazón, me echaron a mí en olvido.
Mas yo seré para ellos lo que una leona o un leopardo en el camino que va a Asiria.
Saldré a embestirlos, como osa a quien han robado sus cachorros; y despedazaré sus entrañas hasta lo más íntimo del corazón; y allí los devoraré, como lo ejecuta un león, las fieras los destrozarán.
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Tu perdición, ¡oh Israel!,viene de ti mismo; y sólo de mí tu socorro.
¿Dónde está tu rey?; ¿dónde tus jueces? Ahora es la ocasión de que te salven a ti y a tus ciudades; puesto que me dijiste tú: Dame un rey y príncipes que me gobiernen.
En medio de mi indignación te concedí un rey; y en medio de mi enojo te lo quitaré.
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He ido reuniendo las iniquidades de Efraín; depositados tengo sus pecados.
Le asaltarán; agudos dolores como de una mujer que está de parto. Es ese pueblo un hijo insensato, y no podrá subsistir ahora en medio del destrozo de sus hijos.
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No obstante, yo los libraré del poder de la muerte; de las garras de la misma muerte los redimiré. ¡Oh muerte!, yo he de ser la muerte tuya; seré tu destrucción, ¡oh infierno! No veo cosa que pueda consolarme.
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Porque el infierno o sepulcro dividirá unos hermanos de otros. El Señor enviará un viento abrasador que se levantará del desierto, el cual agotará sus manantiales y secará sus fuentes. El rey arrebatará del país todos los más preciosos tesoros.
¡Oh!, mal haya Samaria por haber exasperado a su Dios, perezcan todos al filo de la espada; sean estrellados contra el suelo sus niños, y abiertos los vientres de sus mujeres preñadas.
الأب
ابن
الروح القدس
الملائكة
الشيطان
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