N el año décimo, en el décimo mes, a los once días del mes, me habló el Señor, y dijo:
Hijo de hombre, dirige tu rostro contra el faraón, rey de Egipto, y profetizarás cuanto ha de suceder contra él y contra Egipto.
Habla, y di: Esto dice el Señor Dios: Heme aquí contra ti, oh faraón, rey de Egipto, dragón o monstruo grande que yaces en medio de tus ríos y dices: Mío es el río, y a nadie debo el ser.
Pero yo pondré un freno en tus quijadas, y haré que los peces de tu río se peguen a tus escamas; y te sacaré de en medio de tus ríos; y todos tus peces estarán pegados a tus escamas.
Y a ti y a todos los peces de tus ríos os arrojaré al desierto; tú caerás muerto sobre la superficie de la tierra, sin que nadie te recoja y dé sepultura, a las bestias de la tierra y a las aves del cielo te entregué para que te devoren.
Y conocerán todos los moradores de Egipto que yo soy el Señor, porque tú has sido un báculo de caña para la casa de Israel.
Cuando te cogieron con la mano, tú te quebraste y lastimaste todas sus espaldas o lomos; y cuando ellos se apoyaron sobre ti, te hiciste pedazos, y los deslomaste enteramente.
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Por tanto, esto dice el Señor Dios: Mira, yo descargaré la espada contra ti, y mataré tus hombres y tus bestias.
Y la tierra de Egipto quedará hecha un desierto y una soledad, y conocerán que yo soy el Señor; pues tú dijiste: Mío es el río, yo lo hice.
Por tanto, heme aquí contra ti y contra tus ríos; y yo haré que la tierra de Egipto quede hecha un desierto después de haberla asolado con la espada desde la torre de Siene hasta los confines de Etiopía.
No transitará por ella pie humano, ni la hollará pezuña de animal, despoblada quedará por cuarenta años.
Y haré que quede desolado el país de Egipto en medio de otros países desolados, y destruidas quedarán sus ciudades en medio de otras ciudades destruidas, y permanecerán desoladas por espacio de cuarenta años; y esparciré a los egipcios por entre las naciones, y los arrojaré aquí y allá por todo el mundo.
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Porque esto dice el Señor Dios: Pasado el plazo de los cuarenta años, yo congregaré a los egipcios de entre los pueblos por donde han estado dispersos;
y los sacaré del cautiverio, y los podré en la tierra de Fatures, en el país de su nacimiento , y formarán allí un reino humilde.
Será el más débil entre los demás reinos, y en adelante no se alzará sobre las otras naciones, y yo los mantendré débiles, a fin de que no dominen sobre ellas.
Y no inspirarán ya confianza a los de la casa de Israel, a los cuales enseñaban la iniquidad; y no acudirán ya a ellos, ni los seguirán; sabrán que yo soy el Señor Dios.
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Y el año vigésimo séptimo, en el primer día del primer mes, me habló el Señor diciendo:
Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha fatigado mucho a su ejército en la guerra contra Tiro; han quedado calvas todas las cabezas, y pelados todos los hombres; y no se ha dado recompensa alguna ni a él, ni a su ejército, por el servicio que me han hecho contra Tiro.
Por tanto, esto dice el Señor Dios: He aquí que yo pondré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, en tierra de Egipto; y hará cautivo a su pueblo, y lo saqueará, y repartirá los despojos, con lo cual quedarán sus tropas recompensadas
por el servico prestado contra Tiro, yo le he dado el país de Egipto, porque él ha trabajado para mí, dice el Señor Dios.
En aquel día reflorecerá el poderío de la casa de Israel, y te haré hablar libremente en medio de ellos; y conocerán que yo soy el Señor.
الأب
ابن
الروح القدس
الملائكة
الشيطان
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