O sacrificarás a tu Señor Dios oveja o buey que tenga tacha o algún vicio: por ser esto abominable delante del Señor Dios tuyo.
En el caso que se hallaren en tu país dentro de alguna de tus ciudades que Dios tu Señor te dará, hombre o mujer que cometan la maldad en presencia del Señor Dios tuyo, de quebrantar su pacto,
yéndose a servir y adorar a dioses ajenos, al sol, y a la luna, y a todas las estrellas del cielo, contraviniendo al mandato mío,
y eso te fuere denunciado; si después de haber tenido el aviso hicieres diligentes pesquisas y hallares ser cierto que tal abominación se ha convertido en Israel:
sacarás al hombre y a la mujer que cometieren tan enorme pecado, a la puerta de tu ciudad, y serán muertos a pedradas.
Por disposición de dos o tres testigos perderá la vida el que es digno de muerte. Ninguno será condenado a muerte por el dicho de un sólo testigo contra él.
La mano de los testigos será la primera en tirar piedras para matarlo, y después todo el pueblo acabará de apedrearle: a fin de expeler al malo de en medio de ti.
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Si estando pendiente ante ti una causa, hallares ser difícil y dudoso el discernimiento entre sangre y sangre, entre pleito y pleito, entre lepra y lepra, y vieres que son varios los pareceres de los jueces que tienes en tu ciudad, marcha y acude al lugar que habrá escogido el Señor Dios tuyo,
donde recurrirás a los sacerdotes del linaje levítico, y al que como sumo sacerdote fuere en aquel tiempo juez supremo del pueblo; y los consultarás, y te manifestarán cómo has de juzgar según tu verdad.
Y harás todo lo que te dijeren los que presiden en el lugar escogido por el Señor, y lo que te enseñaren,
conforme a su ley, y seguirás la declaración de ellos, sin desviarte a la diestra ni a la siniestra.
Mas quien se ensoberbeciere, y no quisiere obedecer la determinación del sacerdote que por aquel tiempo es ministro del Señor Dios tuyo, ni al decreto del juez, ese tal será muerto; con lo que arrancarás el mal de en medio de Israel:
Y todo el pueblo al oírlo temerá, para que en adelante ninguno se hinche de soberbia.
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Cuando hubieras entrado en la tierra que te dará el Señor Dios tuyo, y poseídola y habitado en ella, y dijeres: Yo quiero poner sobre mí un rey, como lo tienen todas las naciones de alrededor:
pondrás en aquel que tu Señor Dios señalare de entre tus hermanos. No podrás alzar por rey a hombre de otra nación y que no sea hermano tuyo.
Una vez que fuere establecido, no ha de reunir muchos caballos, ni engreído con su numerosa caballería, hará volver al pueblo a Egipto, mayormente teniéndoos mandado el Señor no volver jamás por aquel camino.
No tendrá número excesivo de mujeres, que con halagos se enseñoreen de su corazón, ni tesoros inmensos de oro y plata.
Luego que se hubiere sentado en su real solio, escribirá para su uso en un volumen este deuteronomio o recopilación de la ley, copiándole del ejemplar original que le darán los sacerdotes de la tribu de Leví;
y le tendrá consigo, leyendo en él todos los días de su vida, para que aprenda el temor del Señor su Dios y a guardar sus mandamientos y ceremonias prescritas en la ley.
Y para que su corazón no se ensorbezca sobre sus hermanos, ni decline a la diestra, ni a la siniestra de la Ley del Señor; a fin de que reine largo tiempo así él como sus hijos sobre Israel.
الأب
ابن
الروح القدس
الملائكة
الشيطان
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