tomó Gorgias consigo cinco mil hombres de a pie, y mil caballos escogidos; y de noche partieron
para dar sobre el campamento de los judíos, y atacarlos de improviso, sirviéndoles de guías los del país que estaban en el alcázar de Jerusalén .
Tuvo Judas aviso de este movimiento, y marchó con los más valientes de los suyos para acometer al grueso del ejército del rey, que estaba en Emmaús,
y se hallaba entonces disperso fuera de los atrincheramientos.
Y Gorgias, habiendo llegado aquella noche al campamento de Judas, no halló en él alma viviente; y se fue a buscarlos por los montes, diciendo: Estas gentes van huyendo de nosotros.
Mas así que se hizo de día, se dejó ver Judas en el llano, acompañado tan solamente de tres mil hombres, que se hallaban faltos aún de espadas y escudos;
y reconocieron que el ejército de los gentiles era muy fuerte, y que estaba rodeado de coraceros y de caballerías, toda gente aguerrida y diestra en el combate.
Entonces Judas habló a los suyos de esta manera: No os asuste su cantidad ni temáis su encuentro.
Acordaos del modo con que fueron librados nuestros padres en el mar Rojo, cuando el faraón iba en su alcance con un numeroso ejército;
y clamemos ahora al cielo, y el Señor se compadecerá de nosotros, y se acordará de la alianza hecha con nuestros padres, y destrozará hoy a nuestra vista todo ese ejército;
con lo cual reconocerán todas las gentes que hay un Salvador y libertador de Israel.
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En esto levantaron sus ojos los extranjeros, y percibieron que los judíos venían marchando contra ellos,
y salieron de los campamentos para acometerlos. Entonces los que seguían a Judas dieron la señal con las trompetas,
y habiéndose trabado combate, fueron desbaratadas las tropas de los gentiles; y echaron a huir por aquella campiña.
Mas todos los que se quedaron atrás, perecieron al filo de la espada. Y los vencedores fueron siguiéndoles al alcance hasta Gezerón, y hasta las campiñas de la Idumea, y de Azoto y de Jamnia; dejando tendidos en el suelo hasta tres mil muertos.
Se volvió después Judas con el ejército que le seguía,
y dijo a sus tropas: No os dejéis llevar de la codicia del botín; porque aún tenemos enemigos que vencer,
y Gorgias se halla con su ejército cerca de nosotros ahí en el monte; ahora, pues, manteneos firmes contra nuestros enemigos, y vencedlos, y luego después cogeréis los despojos con toda seguridad.
En efecto, aún estaba hablando Judas, cuando se descubrió parte de las tropas de Gorgias, que estaban acechando desde el monte.
Y reconoció Gorgias que los suyos habían sido puestos en fuga, y que habían sido entregados al fuego sus campamentos; pues la humareda que se veía le daba a entender lo sucedido.
Cuando ellos vieron esto, y al mismo tiempo a Judas y su ejército en el llano, preparados para la batalla, se intimidaron en gran manera,
y echaron todos a huir a las tierras de las naciones extranjeras.
Con esto Judas se volvió a coger los despojos del campo enemigo, donde juntaron mucho oro y plata, y ropas preciosas de color de jacinto, y púrpura marina, y grandes riquezas.
Y al volverse después, entonaban himnos, y bendecían a voces a Dios, diciendo: Porque el Señor es bueno, y eterna su misericordia.
Y con esta memorable victoria se salvó Israel aquel día.
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Todos aquellos extranjeros que escaparon, fueron a llevar la nueva a Lisias de cuanto había sucedido."
Y así que lo oyó, quedó consternado, y como fuera de sí, por no haber salido las cosas de Israel según él se había prometido, y conforme el rey había mandado."
El año siguiente reunió Lisias sesenta mil hombres escogidos y cinco mil de a caballo, con el fin de exterminar a los judíos."
Y entrando en Judea sentaron los campamentos en Bet-Horón, y les salió Judas al encuentro con diez mil hombres."
Conocieron éstos que era poderoso el ejército enemigo, y Judas oró, y dijo: Bendito seas, oh Salvador de Israel, tú que quebrantaste la fuerza de un gigante por medio de tu siervo David, y que entregaste el campamento de los extranjeros en poder de Jonatás, hijo de Saúl, y de su escudero:"
Entrega hoy del mismo modo ese ejército en poder de Israel, pueblo tuyo, y queden confundidas sus huestes y su caballería."
Infúndeles miedo, y aniquila su osadía, y coraje, y despedácense ellos mismos con sus propias fuerzas."
Derríbalos, en fin, tú con la espada de aquellos que te aman, para que todos los que conocen tu santo Nombre te canten himnos de alabanza."
Trabada luego la batalla, quedaron en ella muertos cinco mil hombres del ejército de Lisias."
Viendo éste la fuga de los suyos y el ardimiento de los judíos, y que éstos estaban resueltos a vivir con honor, o a morir valerosamente, se fue a Antioquía, y levantó nuevas tropas escogidas para volver con mayores fuerzas a la Judea."
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Entonces Judas y sus hermanos dijeron: Ya que quedan destruidos nuestros enemigos, vamos ahora a purificar y restaurar el templo."
Y reunido todo el ejército, subieron al monte de Sión,"
donde vieron desierto el lugar santo, y profanado el altar, y quemadas las puertas, y que en los patios habían nacido arbustos como en los bosques y montes, y que estaban arruinadas todas las habitaciones de los ministros del santuario."
Y al ver esto, rasgaron sus vestidos, y lloraron amargamente, y se echaron ceniza sobre la cabeza."
Y se postraron rostro por tierra, e hicieron resonar las trompetas con que se daban las señales, y levantaron sus clamores hasta el cielo."
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Entonces Judas dispuso que fueran algunas tropas a combatir a los que estaban en el alcázar, mientras tanto se iba purificando el santuario."
Y escogió sacerdotes sin tacha, amantes de la ley de Dios,"
los cuales purificaron el santuario, y llevaron a un sitio profano las piedras contaminadas."
Y estuvo pensando Judas qué debía hacerse del altar de los holocaustos, que había sido profanado."
Y tomaron el mejor partido, que fue el destruirlo, a fin de que no fuese para ellos motivo de oprobio, puesto que había sido contaminado por los gentiles; y así lo demolieron."
Y depositaron las piedras en un lugar a propósito del monte en que estaba el templo, hasta tanto que viniese un profeta, y decidiese qué era lo que de ellas debía hacerse."
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Tomaron después piedras intactas o sin labrar, conforme dispone la ley, y construyeron un altar nuevo semejante a aquel que había habido antes."
Y reedificaron el santuario, y aquello que estaba de la parte de adentro de la casa, o templo, y santificaron el templo y sus atrios."
E hicieron nuevos vasos sagrados, y colocaron en el templo el candelero, y el altar de los inciensos, y la mesa."
Y pusieron después incienso sobre el altar, y encendieron las lámparas que estaban sobre el candelero, y alumbraban en el templo."
Y pusieron los panes de proposición sobre la mesa, colgaron los velos, y completaron todas las obras que habían comenzado."
Y, hecho esto, se levantaron antes de amanecer el día veinticinco del noveno mes, llamado Casleu, del año ciento cuarenta y ocho."
Y ofrecieron el sacrificio, según la ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido."
Con lo cual se verificó que en el mismo tiempo o mes, y en el mismo día que este altar había sido profanado por los gentiles, fue renovado o erigido de nuevo al son de cánticos, y de cítaras, y de liras, y de címbalos."
Y todo el pueblo se postró hasta juntar su rostro con la tierra, y adoraron a Dios, y levantando su voz hasta el cielo, bendijeron al Señor que les había concedido aquella felicidad."
Y celebraron la dedicación del altar por espacio de ocho días, y ofrecieron holocaustos con regocijo, y sacrificios de acción de gracias y alabanza."
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Adornaron también la fachada del templo con coronas de oro y con escudetes de lo mismo, y renovaron las puertas del templo, y las habitaciones de los ministros a él unidas, y les pusieron puertas."
Y fue extraordinaria la alegría del pueblo, y sacudieron de sí el oprobio de las naciones."
Entonces estableció Judas y sus hermanos, y todo el pueblo de Israel, que en lo sucesivo se celebrase cada año con gran gozo y regocijo este día de la dedicación del altar por espacio de ocho días seguidos, empezando el día veinticinco del mes de Casleu."
Y fortificaron entonces rodearon el monte Sión, y lo circuyeron de altas murallas y de fuertes torres, para que no viniesen los gentiles a profanarlo, como lo habían hecho antes."
Y puso allí Judas una guarnición para que lo custodiase, y lo fortificó también para seguridad de Betsura, a fin de que el pueblo tuviese esta fortaleza en la frontera de Idumea."
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