habló el Señor a Moisés diciendo:
Hazte dos trompetas de plata batida a martillo con las que puedas avisar al pueblo cuando se ha de levantar el campamento.
Y cuando hicieres sonar las trompetas se congregará cerca de ti toda la gente a la puerta del Tabernáculo de la alianza.
Si tocares una sola vez, acudirán a ti los príncipes y las cabezas del pueblo de Israel.
Pero si el sonido fuese más prolijo y quebrado, los que están a la parte oriental moverán los primeros el campo.
Al segundo toque semejante y sonido recio de la trompeta, recogerán las tiendas los que habitan al mediodía, y lo mismo harán los demás sonando reciamente las trompetas para la marcha.
Cuando se haya de congregar el pueblo, el sonido de las trompetas será sencillo y sin redoble.
Tocarán las trompetas los sacerdotes hijos de Aarón, y éste será un estatuto perpetuo en vuestras generaciones.
Si saliereis de vuestra tierra a pelear contra los enemigos que os muevan guerra, tocaréis con redoble las trompetas; y el Señor Dios vuestro se acordará de vosotros para libraros de las manos de vuestros enemigos.
Cuando hubiereis de celebrar un banquete, y días de fiesta, y las calendas o primer día del mes, tocaréis las trompetas al ofrecer los holocaustos y víctimas pacíficas, para que vuestro Dios se acuerde de vosotros. Yo el Señor Dios vuestro.
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El año segundo, en el segundo mes, a los veinte del mes, se alzó la nube de sobre el Tabernáculo de la alianza;
y los hijos de Israel, divididos en sus escuadrones, partieron del desierto de Sinaí , y la nube vino a posar en el desierto de Farán.
Los hijos de Judá, divididos según sus escuadrones, se pusieron en marcha los primeros, conforme a la orden del Señor, comunicada por Moisés;
era el príncipe o caudillo de ellos Nahasón, hijo de Aminadab.
En la tribu de los hijos de Isacar fue el príncipe Natanael, hijo de Suar.
En la tribu de Zabulón, fue el príncipe Eliab, hijo de Helón.
Y desarmado el Tabernáculo, cargaron con él los hijos de Gersón y de Merari; y siguieron la marcha.
Partieron después por su orden los hijos de Rubén, divididos en sus compañías, cuyo príncipe era Elisur, hijo de Sedeur.
En la tribu de los hijos de Simeón el príncipe era Salamiel, hijo de Surisaddai.
En la tribu de Gad era el príncipe Eliasaf, hijo de Duel.
Tras éstos caminaron los caatitas, llevando en hombros las cosas santas; y el Tabernáculo era llevado hasta el sitio donde se debía erigir.
Movieron asimismo su campamento los hijos de Efraín divididos en sus compañías, y de cuyo cuerpo era príncipe Elisama, hijo de Ammiud.
En la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe era Gamaliel, hijo de Fadasur.
Y en la tribu de Benjamín era caudillo Abidán, hijo de Gedeón.
Los últimos que partieron del campamento fueron los hijos de Dan, divididos por sus escuadrones, en cuyo cuerpo el príncipe era Ahiezer, hijo de Ammisaddai.
En la tribu de los hijos de Aser era príncipe Fegiel, hijo de Ocrán.
Y en la tribu de los hijos de Neftalí era príncipe Ahira, hijo de Enán.
Este es el orden de los campamentos y la manera con que debían marchar los hijos de Israel por sus escuadrones, cuando levantaban el campo.
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Dijo entonces Moisés a Hobab, hijo de Raguel madianita, su pariente: Nosotros partimos para el país cuyo dominio nos ha de dar el Señor; ven con nosotros para que te hagamos bien, estableciéndote ventajosamente; pues el Señor ha prometido bienes a Israel.
Hobab le respondió: No iré contigo, sino que me volveré a mi tierra donde nací.
Pero Moisés: No quieras, dijo, abandonarnos, ya que tú eres práctico de los sitios en que debemos acampar por el desierto, y nos servirás de guía.
Y si vinieres con nosotros, te daremos lo mejor de las riquezas que nos ha de dar el Señor.
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Partieron, pues, del monte del Señor, caminando tres días, y el arca de la alianza del Señor los precedía, señalándoles aquellos tres días el lugar del campamento.
La nube del Señor iba también sobre ellos de día, durante el viaje.
Y al tiempo de alzar el arca , decía Moisés: Levántate, Señor, y sean disipados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.
Mas al asentarla, decía: Vuélvete, oh Señor, hacia la multitud del ejército de Israel.
Père
Fils
Saint-Esprit
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Satan
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