ABIENDO, pues, Cristo padecido por nosotros la muerte en su carne, armaos también vosotros de esta consideración, y es que quien mortificó o murió a la carne por el bautismo , ha acabado de pecar.
De suerte que ya el tiempo que le queda en esta vida mortal, viva, no conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.
Porque demasiado tiempo habéis pasado durante vuestra vida anterior abandonados a las mismas pasiones que los paganos, viviendo en desenfrenos, en codicias, en embriagueces, en glotonerías, en excesos en las bebidas y en idolatrías abominables.
Ahora los infieles extrañan mucho que no concurráis vosotros a los mismos desórdenes de torpeza, y os llenan de vituperios.
Mas ellos darán cuenta a aquel que tiene dispuesto juzgar a vivos y a muertos:
que aun por eso ha sido predicado también la buena nueva a los muertos; para que habiendo sido juzgados, o castigados, delante de los hombres según la carne, recibiesen delante de Dios la vida del espíritu.
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Por lo demás, el fin de todas las cosas se va acercando; por tanto sed prudentes, y así estad advertidos; y velad en oraciones continuas y fervorosas.
Pero sobre todo mantened constante la mutua caridad entre vosotros; porque la caridad cubre o disimula multitud de pecados.
Ejercitad la hospitalidad los unos con los otros, sin murmuraciones.
Comunique cada cual al prójimo la gracia o don, según la recibió como buenos dispensadores de los dones de Dios, los cuales son de muchas maneras.
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
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Carísimos, cuando Dios os prueba con el fuego de las tribulaciones, no lo extrañéis, como si os aconteciese una cosa muy extraordinaria;
antes bien alegraos de ser participantes de la pasión de Cristo , para que cuando se descubra su gloria, os gocéis también con él llenos de júbilo.
Si sois infamados por el nombre de Cristo , seréis bienaventurados; porque la honra, la gloria y la virtud de Dios, y su Espíritu mismo reposa sobre vosotros.
Pero jamás venga el caso en que alguno de vosotros padezca por homicida o ladrón, o maldiciente, o codiciador de lo ajeno;
mas si padeciere por ser cristiano, no se avergüence, antes alabe a Dios por tal causa;
pues tiempo es de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si primero empieza por nosotros, ¿cuál será el paradero de aquellos que no creen la buena nueva de Dios?
Que si el justo a duras penas se salvará, ¿a dónde irán el impío y el pecador?
Por tanto, aquellos mismos que padecen por la voluntad de Dios, encomienden por medio de las buenas obras sus almas al Creador, el cual es fiel.
Père
Fils
Saint-Esprit
Anges
Satan
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