CON sola la condición de que no hicierais alianza con los naturales de esta tierra, sino que derribarais sus altares. Mas vosotros no habéis querido escuchar mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? 2 Por lo mismo, yo tampoco he querido exterminarlos de vuestra presencia, a fin de que tengáis enemigos, y sus dioses sean para vuestra ruina.

3 Al decir el ángel del Señor estas palabras a todos los hijos de Israel, alzaron éstos el grito, y se pusieron a llorar; 4 de donde aquel lugar se llamó lugar de los Lloradores, o de las lágrimas; y ofrecieron allí sacrificios al Señor. 5 Despedido que fue el pueblo o ejército por Josué, y vueltos los hijos de Israel a disfrutar cada cual la posesión que le había tocado en suerte,

6 sirvieron al Señor todos los días de la vida de Josué y de los ancianos que vivieron después de él por largo tiempo, y habían visto todas las obras maravillosas que había hecho el Señor por Israel.

7 Pero muerto Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, de ciento diez años, 8 y sepultado en el término de su posesión en Tamnatsare en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaas, 9 y toda la dicha generación pasando de este mundo a unirse con sus padres, sucedieron otros que no conocían al Señor, ni habían visto los prodigios que había hecho a favor de Israel. 10 Entonces los hijos de Israel pecaron a vista del Señor, y sirvieron a los ídolos; 11 y apostataron del Señor Dios de sus padres que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras los dioses ajenos, dioses de los pueblos circunvecinos, y los adoraron; y provocaron el enojo del Señor, 12 abandonándole a él por servir a Baal y a Astarot. 13 De lo cual irritado el Señor contra los israelitas, los entregó en manos de los saqueadores, que los cautivaron y vendieron a los enemigos cercanos; ni pudieron ya contrarrestar a sus adversarios;

14 antes bien doquiera que quisiesen volverse, la mano del Señor descargaba sobre ellos, como se lo tenía dicho y jurado: con lo que se vieron en extremo afligidos. 15 Suscitó el Señor jueces que los librasen de las manos de sus opresores; pero ni aún a los jueces quisieron escuchar, 16 prostituyéndose de nuevo a dioses ajenos, y adorándolos. Dejaron presto el camino por donde anduvieron sus padres, y por más que oyeron de su boca los mandamientos del Señor, hicieron todo lo contrario. 17 Cuando el Señor les suscitaba jueces, mientras éstos vivían se apiadaba de ellos, y oía los gemidos de los atribulados, los libraba de la crueldad de sus verdugos; 18 mas luego que moría el juez, reincidían, y hacían cosas mucho peores que las que habían hecho sus padres, siguiendo a los dioses ajenos, sirviéndolos y adorándolos. No dejaron sus devaneos, ni el obstinado tenor de vida a que se habían acostumbrado. 19 Así el furor del Señor se inflamó contra Israel, y dijo: Por cuanto esta gente ha invalidado el pacto que yo había hecho con sus padres, y se ha desdeñado de escuchar mi voz, 20 yo no exterminaré las naciones que dejó Josué cuando murió; 21 porque quiero experimentar si viviendo los hijos de Israel entre ellas, siguen o no el camino del Señor, y andan por él, así como le siguieron y anduvieron por él sus padres. 22 Por esto dejó el Señor todas estas naciones, y no quiso acabarlas luego, ni las entregó en manos de Josué.

23 Estas son las naciones que dejó subsistir el Señor, y con el fin de instruir por medio de ellas a Israel, y a todos los que no tenían experiencia de las guerras de los cananeos;
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
Comentario
Referencia
Ilustración
Atlas