ABIENDO Juan subido de Gázara y enterado a su padre Simón de los daños que causaba Cendebeo en el pueblo,
llamó Simón a sus dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo: Yo, y mis hermanos, y la casa de mi padre hemos vencido a los enemigos de Israel desde nuestra juventud hasta este día, y hemos tenido la dicha de libertar muchas veces al pueblo.
Mas yo ahora ya soy viejo; y así entrad vosotros en mi lugar y en el de mis hermanos, y salid a pelear por nuestra nación; y el auxilio del cielo sea con vosotros.
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En seguida escogió de todo el país veinte mil hombres aguerridos de tropa de infantería y caballería, los cuales marcharon contra Cendebeo, y durmieron en Modín,
de donde partieron al rayar el día, y avanzando por la llanura, descubrieron un numeroso ejército de infantería y de caballería, que venía contra ellos, mediando un impetuoso torrente entre ambos ejércitos.
Entonces Juan hizo avanzar sus tropas para acometer; mas viendo que éstas temían pasar el torrente, pasó él el primero, y a su ejemplo lo pasaron todos en seguida.
Hecho esto, dividió en dos trozos su infantería, colocando en medio de ella la caballería, por ser muy numerosa la de los enemigos.
E hicieron resonar las trompetas sagradas, y echó a huir Cendebeo con todas sus tropas; muchas de éstas perecieron al filo de la espada, y las que escaparon con vida se refugiaron en la fortaleza de Gandor.
En esta acción quedó herido Judas, hermano de Juan; pero Juan les fue persiguiendo hasta Cedrón o Gedor, reedificada por Cendebeo.
Muchos llegaron hasta los castillos que había en las llanuras de Azoto; pero Juan les puso fuego, dejando muertos allí dos mil hombres, y regresó felizmente a la Judea.
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A este tiempo Tolomeo, hijo de Abobo, se encontraba de gobernador del llano de Jericó , y tenía mucho oro y plata;
pues era yerno del sumo sacerdote.
Se le hinchó de soberbia el corazón, y quería hacerse dueño del país; a este fin maquinaba cómo quitar la vida por medio de alguna traición a Simón y a sus hijos.
Se hallaba éste a la sazón recorriendo las ciudades de la Judea, tomando providencias para su mayor bien, y bajó a Jericó con sus hijos Matatías y Judas en el undécimo mes, llamado Sabat, del año ciento setenta y siete.
Los salió a recibir el hijo de Abobo con mal designio, en un pequeño castillo llamado Doc, que había él construido, donde les dio un gran convite, poniendo gente en asechanza.
Y cuando Simón y sus hijos se hubieron regocijado, se levantó Tolomeo con los suyos, y tomando sus armas entraron en la sala del banquete, y asesinaron a Simón, y a sus dos hijos, y a algunos de sus criados,
cometiendo una gran traición en Israel, y volviendo así mal por bien a su bienhechor.
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En seguida Tolomeo escribió todo esto al rey, rogándole que le enviase tropas en su socorro, prometiéndole entregar en su poder el país con todas las ciudades y los tributos.
Despachó asimismo otros emisarios a Gázara para que matasen a Juan; y escribió a los oficiales del ejército para que se viniesen a él, que les daría plata, y oro, y muchos dones.
Envió otros para que se apoderasen de Jerusalén y del monte santo donde estaba el templo.
Pero se adelantó corriendo un hombre, el cual llegó a Gázara y contó a Juan cómo habían perecido su padre y sus hermanos, y cómo Tolomeo había enviado gentes para quitarle a él también la vida.
Al oír tales cosas se turbó en gran manera Juan; pero luego se apoderó de los que venían para matarlo haciéndoles quitar la vida, puesto que supo que maquinaban contra la suya.
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El resto de las acciones de Juan, y sus guerras, y las gloriosas empresas que llevó a cabo con singular valor, y la reedificación de los muros de Jerusalén hecha por él, y lo demás que ejecutó,
todo se halla descrito en el Diario de su sumo sacerdocio desde el tiempo que fue hecho príncipe de los sacerdotes después de su padre Simón.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas