II Esd 7:70
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Contribuyeron, pues, a la construcción algunos de los jefes de las familias. Atersata puso en el tesoro mil dracmas o monedas de oro, cincuenta tazas y quinientas treinta túnicas sacerdotales.
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II Esd 13:6
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Durante este tiempo yo no estaba ya en Jerusalén ; porque el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, volví al rey desde Jerusalén ; y al fin del año pedí licencia al rey.
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Jud 1:2
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cuyos muros construyó de piedras labradas a escuadra, los cuales tenían setenta codos de anchura y treinta de altura; y levantó sus torres hasta cien codos de elevación.
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Jud 3:15
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y ocupó sus ciudades, y se detuvo allí por espacio de treinta días, en cuyo intermedio mandó que se reuniese toda la fuerza de su ejército.
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Jud 15:13
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Apenas bastaron treinta días para que el pueblo de Israel acabase de recoger los despojos de los asirios.
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Est 4:11
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Todos los criados del rey y todas las provincias sujetas a su imperio saben que cualquier hombre o mujer, que, sin ser llamados, entraren en el cuarto interior del rey, al punto sin remisión alguna deben ser muertos; a no ser que el rey extienda hacia ellos su cetro de oro en señal de clemencia, salvándoles así la vida. Esto supuesto, ¿cómo podré yo entrar al rey, habiéndose ya pasado treinta días que no he sido llamada a su presencia?
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Isa 5:10
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Porque diez sembrados de viña sólo producirán un pequeño frasco de vino, y treinta modios de siembra darán tres modios.
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Jer 38:10
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Entonces el rey le dio esta orden a Abdemelec etíope: Llévate de aquí contigo treinta hombres, y saca de la cisterna al profeta Jeremías antes que muera.
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Jer 52:29
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en el año decimoctavo se llevó Nabucodonosor, de Jerusalén , ochocientas treinta y dos almas;
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Ezeq 40:17
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Y me condujo al atrio exterior, y vi allí cámaras, y el pavimento del atrio estaba enlosado de piedra alrededor, treinta cámaras o estancias había alrededor del pavimento.
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Ezeq 41:6
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Y los lados, unidos el uno al otro, componían dos veces treinta y tres cámaras; y había modillones que sobresalían y entraban en la pared de la casa por los lados alrededor, a fin de que sostuviesen las cámaras, sin que éstas tocasen la pared del templo.
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Ezeq 46:22
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Estos zaguanetes así dispuestos en los cuatro ángulos, tenían de largo cuarenta codos y treinta codos de ancho, los cuatro tenían una misma medida.
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Dan 6:7
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Todos los príncipes de tu reino, los magistrados y los sátrapas, los senadores y jueces son de parecer que se promulgue un real decreto, mandando que todo aquel que pidiere alguna cosa a cualquier dios u hombre hasta que pasen treinta días, sino a ti, oh rey, sea arrojado en el lago de los leones.
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Dan 6:12
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Y habiendo ido al rey, le hablaron acerca del edicto, diciendo: ¡Oh rey!, ¿no has mandado que cualquier persona que hasta pasado el espacio de treinta días rogase a algún dios o algún hombre, sino a ti, ¡oh rey!, fuera echado en el lago de los leones? A lo que respondió el rey diciendo: Verdad es, según ley de los medos y persas, la cual no es lícito quebrantar.
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Dan 12:12
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Bienaventurado el que espero y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
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Zac 11:12
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Yo les dije a ellos: Si os parece justo, dadme mi salario, y si no, dejadlo estar. Y ellos me pesaron o contaron treinta siclos de plata por el salario mío.
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Zac 11:13
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Y me dijo el Señor: Entrégale al alfarero ese lindo precio en que me apreciaron. Tomé, pues, los treinta siclos de plata, y los eché en la casa del Señor, para que se diesen al alfarero.
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I Mac 1:11
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Y de entre ellos salió aquella raíz perversa, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que después de haber estado en rehenes en Roma, empezó a reinar el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos.
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I Mac 6:30
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De suerte que juntó un ejército de cien mil infantes con veinte mil hombres de caballería, y treinta y dos elefantes adiestrados para el combate."
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I Mac 6:37
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Sobre cada una de estas bestias había una fuerte torre de madera, que les servía de defensa, y sobre la torre máquinas de guerra; yendo en cada torre treinta y dos hombres esforzados, los cuales peleaban desde ella, y además un indio que gobernaba la bestia."
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I Mac 10:36
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También ordeno que sean admitidos en el ejército del rey hasta treinta mil judíos, los cuales serán mantenidos del mismo modo que todas las tropas reales, y se echará mano de ellos para ponerlos de guarnición en las fortalezas del gran rey."
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II Mac 11:30
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Por tanto, damos salvoconducto a aquellos que vengan hasta el día treinta del mes de Xántico.
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II Mac 12:23
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Judas los perseguía, castigando a aquellos profanos; habiendo dejado tendidos a treinta mil de ellos.
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II Mac 15:27
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y orando al Señor en lo interior de sus corazones, al mismo tiempo que, espada en mano, cargaban sobre sus enemigos, mataron no menos de treinta y cinco mil, sintiéndose sumamente llenos de gozo y de vigor con la presencia de Dios.
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Mt 13:8
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Otros, en fin, cayeron en buena tierra, y dieron fruto, donde ciento por uno, donde sesenta, y donde treinta.
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Mt 13:23
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Al contrario, el sembrado en buena tierra es el que oye la palabra de Dios y la medita, y produce fruto, parte ciento por uno, parte sesenta, y parte treinta.
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Mt 26:15
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¿Qué queréis darme, y yo le pondré en vuestras manos? Y convinieron con él en treinta monedas de plata.
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Mt 27:3
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Entonces Judas, el que le había entregado, viendo a Jesús sentenciado, arrepentido de lo hecho, restituyó las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos.
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Mt 27:9
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con lo que vino a cumplirse lo que predijo el profeta Jeremías, que dice: Han recibido las treinta monedas de plata, precio del puesto en venta, según fue avaluado por los hijos de Israel;
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Mc 4:8
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Finalmente, parte cayó en buena tierra, y dio fruto erguido y abultado, cuál a treinta por uno, cuál a sesenta, y cuál a ciento.
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Mc 4:20
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Los sembrados, en fin, en buena tierra, son los que oyen la palabra y la reciben y conservan en su seno, y dan fruto, quién a treinta por uno, quién a sesenta, y quién a ciento.
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Lc 3:23
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Tenía Jesús al comenzar cerca de treinta años, hijo, como se creía, de José, el cual fue hijo de Helí que lo fue de Matat.
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Jn 5:5
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Allí estaba un hombre que treinta y ocho años hacía que se hallaba enfermo.
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Jn 6:19
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Después de haber remado como unos veinticinco o treinta estadios, ven venir a Jesús andando sobre las olas y arrimarse a la nave; y, creyéndole un fantasma, se asustaron.
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Gál 3:17
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Lo que quiero, pues, decir, es que habiendo hecho Dios una alianza con Abrahán en debida forma, la ley dada cuatrocientos treinta años después no ha podido anularla, ni invalidar la promesa.
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