Lc 5:10
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Lo mismo que sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No tienes que temer, de hoy en adelante serán hombres los que has de pescar.
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Lc 12:5
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Yo quiero mostraros a quién habéis de temer: Temed al que, después de quitar la vida, puede arrojar al infierno. A éste es, os repito, a quien habéis de temer.
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Lc 12:5
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Yo quiero mostraros a quién habéis de temer: Temed al que, después de quitar la vida, puede arrojar al infierno. A éste es, os repito, a quien habéis de temer.
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Lc 12:7
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Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto no tenéis que temer; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
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Lc 12:32
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No tenéis vosotros que temer, pequeñito rebaño, porque ha sido el agrado de vuestro Padre daros el reino.
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Jn 6:20
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Mas él les dijo luego: Soy yo, no tenéis que temer.
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Jn 12:15
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No tienes que temer, hija de Sión: Mira a tu rey que viene sentado sobre un burro.
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Hech 16:38
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y soltarnos ellos mismos. Los alguaciles refirieron a los magistrados esta respuesta; los cuales al oír que eran romanos comenzaron a temer.
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Hech 18:9
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Entonces el Señor, apareciéndose una noche a Pablo, le dijo: No tienes que temer, prosigue predicando, y no dejes de hablar;
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Rom 11:21
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Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, o a los judíos, debes temer que ni a ti tampoco te perdonará.
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Rom 13:3
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Mas los príncipes o magistrados no son de temer por las buenas obras que se hagan, sino por las malas. ¿Quieres tú no tener que temer nada de aquel que tiene el poder? Pues obra bien; y merecerás de él alabanza:
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Rom 13:3
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Mas los príncipes o magistrados no son de temer por las buenas obras que se hagan, sino por las malas. ¿Quieres tú no tener que temer nada de aquel que tiene el poder? Pues obra bien; y merecerás de él alabanza:
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Heb 11:27
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Por la fe dejó Egipto, sin temer la saña del rey; porque tuvo firme confianza en el invisible como si le viera ya.
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