II Cor 1:14
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pues ya en parte habéis reconocido que nosotros somos vuestra gloria, como vosotros seréis la nuestra, en el día, o juicio, de nuestro Señor Jesucristo.
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II Cor 2:15
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Porque nosotros somos el buen olor de Cristo delante de Dios, así para los que se salvan, como para los que se pierden,
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II Cor 2:17
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Pero ciertamente no somos nosotros como muchísimos que adulteran la palabra de Dios, sino que la predicamos con sinceridad, como de parte de Dios, en la presencia de Dios, y según el espíritu de Cristo .
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II Cor 3:18
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Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.
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II Cor 4:9
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somos perseguidos, mas no abandonados; abatidos, mas no enteramente perdidos.
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II Cor 4:11
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Porque nosotros, bien que vivimos, somos continuamente entregados en manos de la muerte por amor de Jesús ; para que la vida de Jesús se manifieste así mismo en nuestra carne mortal.
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II Cor 5:11
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Sabiendo, pues, el temor que se debe al Señor, procuramos justificarnos delante de los hombres, mas Dios conoce bien lo que somos. Y aun quiero creer que también somos conocidos de vosotros allá en vuestro interior.
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II Cor 5:11
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Sabiendo, pues, el temor que se debe al Señor, procuramos justificarnos delante de los hombres, mas Dios conoce bien lo que somos. Y aun quiero creer que también somos conocidos de vosotros allá en vuestro interior.
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II Cor 10:7
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Mirad las cosas al menos según se dejan ver. Si alguno se precia de ser de Cristo , considere así mismo para consigo que así como él es de Cristo , también lo somos nosotros.
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II Cor 10:12
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A la verdad no nos atrevemos a ponernos en la clase de ciertos sujetos que se ensalzan a sí mismos, ni a compararnos con ellos; sino que nos medimos por lo que somos, comparándonos con nosotros mismos.
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II Cor 13:4
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Porque si bien fue crucificado como débil según la carne, no obstante vive ahora por la virtud de Dios. Así también nosotros somos débiles con él; pero estaremos también vivos con él por la virtud de Dios que haremos brillar entre vosotros.
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II Cor 13:7
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Y rogamos a Dios que no cometáis mal alguno, y no al contrario que nosotros aparezcamos ser lo que somos con la ostensión de nuestro poder, sino que obréis bien, aun cuando parezcamos nosotros haber decaído de lo que somos.
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II Cor 13:7
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Y rogamos a Dios que no cometáis mal alguno, y no al contrario que nosotros aparezcamos ser lo que somos con la ostensión de nuestro poder, sino que obréis bien, aun cuando parezcamos nosotros haber decaído de lo que somos.
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Gál 2:15
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Nosotros somos de naturaleza judíos, y no de casta de gentiles pecadores o idólatras.
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Gál 4:28
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Nosotros, pues, hermanos, somos los hijos de la promesa, figurados en Isaac.
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Gál 4:31
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Según esto, hermanos, nosotros no somos hijos de la esclava, sino de la libre; y Cristo es el que nos ha adquirido esta libertad.
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Ef 2:10
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Por cuanto somos hechura suya en la gracia como lo fuimos en la naturaleza, creados en Jesucristo para obras buenas, preparadas por Dios desde la eternidad para que nos ejercitemos en ellas y merezcamos la gloria.
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Ef 4:25
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Por lo cual renunciando a la mentira, hable cada uno verdad con su prójimo, puesto que nosotros somos miembros los unos de los otros.
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Ef 5:30
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Porque nosotros que la componemos somos miembros de su cuerpo, formados de su carne y de sus huesos.
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Filip 3:3
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Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, que servimos en espíritu a Dios y nos gloriamos en Jesucristo, lejos de poner confianza en la carne.
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Filip 3:15
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Pensemos, pues, así todos los que somos perfectos; que si vosotros pensáis de otra suerte, confío en que Dios os iluminará también en esto y sacará del error.
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I Tes 5:5
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puesto que todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no lo somos de la noche ni de las tinieblas.
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I Tes 5:8
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Nosotros que somos hijos del día, o de la luz de la fe, vivamos en sobriedad, vestidos de cota de fe y de caridad, y teniendo por casco la esperanza de la salud eterna;
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Heb 3:6
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Pero Cristo se ha dejado ver como hijo en su propia casa; la cual casa somos nosotros, si hasta el fin mantenemos firme la animosa confianza en él y la esperanza de la gloria.
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Heb 10:10
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Por esta voluntad, pues, somos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo hecha una vez sola.
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Heb 10:39
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Mas nosotros, hermanos, no somos de los hijos que desertan de la fe para perderse, sino de los fieles y constantes para poner a salvo al alma, y asegurarle la eterna gloria.
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II Ped 3:2
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para que tengáis presentes las palabras que os he dicho antes, de los santos profetas, y los preceptos que el Señor y Salvador nuestro os ha dado por medio de nosotros, que somos sus apóstoles
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I Jn 3:2
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Carísimos, nosotros somos ya ahora hijos de Dios; mas lo que seremos algún día no aparece aún. Sabemos sí que cuando se manifestare claramente Jesucristo, seremos semejantes a él en la gloria, porque le veremos como él es.
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I Jn 4:6
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Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos escucha a nosotros; quien no es de Dios, no nos escucha, en esto conocemos los que están animados del espíritu de verdad, y los que lo están del espíritu del error.
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I Jn 4:17
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En esto está la perfecta caridad de Dios con nosotros, que nos da confianza para el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
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I Jn 5:19
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Sabemos que somos de Dios, al paso que el mundo todo está poseído del mal espíritu.
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