Lc 1:75
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con santidad y justicia, ante su acatamiento, todos los días de nuestra vida.
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Rom 6:18
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Con lo que, libertados de la esclavitud del pecado, habéis venido a ser siervos de la justicia o santidad.
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II Cor 6:14
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No queráis unciros en yugo con los infieles. Porque ¿qué tiene que ver la santidad o justicia con la iniquidad? ¿Y qué compañía puede haber entre la luz y las tinieblas?
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II Cor 11:15
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Así no es mucho que sus ministros se transfiguren en ministros de justicia o de santidad; mas su paradero será conforme a sus obras.
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Gál 3:21
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Luego replicaréis: ¿La ley es contra las promesas de Dios? No, por cierto. Porque si se hubiese dado una ley que pudiese vivificar o justificar, la justicia o santidad provendría realmente de la ley, y no de la fe.
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Gál 5:5
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Pues nosotros solamente en virtud de la fe esperamos recibir del espíritu la verdadera justicia o santidad.
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Ef 4:24
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Y revestíos del hombre nuevo, que ha sido creado conforme a la imagen de Dios en justicia y santidad verdadera.
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I Tes 3:13
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santidad, y ser irreprensibles delante de Dios y padre nuestro , para cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. Amén.
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I Tes 4:7
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porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santidad.
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Heb 7:11
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Y si la perfección o santidad se daba por el sacerdocio levítico (ya que en tiempo del mismo recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad hubo después de que se levantase otro sacerdote nombrado según el orden de Melquisedec, y no según el de Aarón?
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Heb 12:14
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Procurad tener paz con todos, y la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios,
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Sant 3:18
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Y es que los pacíficos son los que siembran en paz los frutos de la verdadera justicia, o santidad.
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I Ped 1:15
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sino que conforme a la santidad del que os llamó, sed también vosotros santos en todo vuestro proceder,
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II Ped 3:11
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Pues ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿cuáles debéis ser vosotros en la santidad de vuestra vida y piedad de costumbres,
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I Jn 1:7
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Pero si caminamos a la luz de la fe y santidad como él está así mismo en la luz, se sigue de ahí que tenemos nosotros una común y mutua unión, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado.
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Apoc 2:9
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Sé tu tribulación y tu pobreza, si bien eres rico en gracia y santidad; y que eres blasfemado de los que se llaman judíos, y no lo son, antes bien son una sinagoga de Satanás.
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