Lc 24:49
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Y yo voy a enviaros lo que mi Padre os ha prometido por mi boca: entretanto permaneced en la ciudad, hasta que seáis revestidos de la fortaleza de lo alto.
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Hech 2:30
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pero como era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que uno de su descendencia se había de sentar sobre su trono,
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Hech 27:25
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Por tanto, compañeros, tened buen ánimo, pues yo creo en Dios, que así será, como se me ha prometido.
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Rom 1:2
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buena nueva que el mismo Dios había prometido anteriormente por sus profetas en las santas Escrituras,
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Rom 4:21
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plenamente persuadido de que todo cuanto Dios tiene prometido, es poderoso también para cumplirlo.
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II Cor 1:22
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El que así mismo nos ha marcado con su sello, y que por arras de los bienes que nos ha prometido, nos da el Espíritu Santo en nuestros corazones.
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Ef 1:13
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En él habéis esperado también vosotros los gentiles, luego que habéis oído la palabra de la verdad (el evangelio de vuestra salud) y en quien habiendo así mismo creído, recibisteis el sello del Espíritu Santo que estaba prometido,
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Tit 1:2
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y que da la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, ha prometido y destinado antes de todos los siglos,
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Heb 11:9
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Por la fe habitó en la tierra que se le había prometido, como en tierra extraña, habitando en cabañas o tiendas de campaña como hicieron también Isaac y Jacob coherederos de la misma promesa.
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Heb 11:11
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Por la fe también la misma Sara siendo estéril recibió virtud de concebir un hijo, por más que la edad fuese ya pasada, porque creyó ser fiel y veraz aquel que lo había prometido.
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Heb 11:13
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Todos éstos vinieron a morir constantes siempre en su fe, sin haber recibido los bienes que se les habían prometido, contentándose con mirarlos de lejos y saludarlos, y confesando al mismo tiempo ser peregrinos y huéspedes sobre la tierra.
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Sant 1:12
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Bienaventurado, pues, aquel hombre que sufre con paciencia la tentación, o tribulación; porque después que fuere así probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
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Sant 2:5
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Oíd, hermanos míos muy amados: ¿No es verdad que Dios eligió a los pobres en este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que tiene prometido a los que le aman?
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II Ped 1:4
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también por él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de estas mismas gracias, de la naturaleza divina, huyendo la corrupción por la concupiscencia que hay en el mundo.
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