Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

promesa

Lc 2:29 Ahora, Señor, ahora sí que sacas en paz de este mundo a tu siervo, según tu promesa.
Hech 1:4 Y por último, comiendo con ellos, les mandó que no partiesen de Jerusalén , sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre, la cual, dijo, oísteis de mi boca,
Hech 2:33 Elevado, pues, al cielo, sentado allí a la diestra de Dios, y habiendo recibido de su Padre la promesa o potestad de enviar al Espíritu Santo, le ha derramado hoy sobre nosotros del modo que estáis viendo y oyendo.
Hech 2:39 porque la promesa de este don es para vosotros, y para vuestros hijos, y para todos los que ahora están lejos de la salud, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro.
Hech 7:17 Pero acercándose ya el tiempo de cumplirse la promesa, que con juramento había hecho Dios a Abrahán, el pueblo de Israel fue creciendo y multiplicándose en Egipto,
Hech 13:23 Del linaje de éste ha hecho nacer Dios, según su promesa, a Jesús para ser el salvador de Israel,
Hech 13:32 Nosotros, pues, os anunciamos el cumplimiento de la promesa hecha a nuestros padres,
Hech 20:32 Y ahora, por último, os encomiendo a Dios, y a la palabra o promesa de su gracia, a aquel que puede acabar el edificio de vuestra salud, y haceros participar de su herencia con todos los santos.
Hech 26:6 Y ahora soy acusado en juicio por la esperanza que tengo de la promesa hecha por Dios a nuestros padres,
Hech 26:7 promesa cuyo cumplimiento esperan nuestras doce tribus, sirviendo a Dios noche y día. Por esta esperanza, ¡oh rey!, soy acusado yo de los judíos.
Rom 4:13 Y así no fue en virtud de la ley, sino en virtud de la justicia de la fe, la promesa hecha a Abrahán, o a su posteridad, de tener al mundo por herencia suya.
Rom 4:14 Porque si sólo los que pertenecen a la ley de Moisés son los herederos, inútil fue la fe, y queda sin efecto la promesa de Dios.
Rom 4:16 La fe, pues, es por la cual nosotros somos herederos, a fin de que lo seamos por gracia, y permanezca firme la promesa para todos los hijos de Abrahán, no solamente para los que han recibido la ley, sino también para aquellos que siguen la fe de Abrahán, que es el padre de todos,
Rom 4:20 No dudó él ni tuvo la menor desconfianza de la promesa de Dios, antes se fortaleció en la fe, dando a Dios la gloria,
Rom 9:8 Es decir, no los que son hijos de la carne, éstos son hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa, ésos se cuentan por descendientes de Abrahán.
Rom 9:9 Porque las palabras de la promesa son éstas: Por este mismo tiempo dentro de un año vendré; y Sara tendrá un hijo.
Gál 3:14 Y todo esto, para que la bendición de Abrahán cupiese a los gentiles por Jesucristo, a fin de que así por medio de la fe recibiésemos la promesa del Espíritu Santo.
Gál 3:17 Lo que quiero, pues, decir, es que habiendo hecho Dios una alianza con Abrahán en debida forma, la ley dada cuatrocientos treinta años después no ha podido anularla, ni invalidar la promesa.
Gál 3:18 Porque si la herencia esta de bendiciones espirituales se nos da por la ley, ya no es por la promesa. Y Dios hizo por medio de la promesa la donación a Abrahán.
Gál 3:18 Porque si la herencia esta de bendiciones espirituales se nos da por la ley, ya no es por la promesa. Y Dios hizo por medio de la promesa la donación a Abrahán.
Gál 3:19 Pues ¿de qué ha servido, diréis, la ley? Se puso por freno de las trasgresiones, hasta que viniese el descendiente de Abrahán, a quien se hizo la promesa, siendo dicha ley dada por mano de los ángeles, por medio del medianero Moisés.
Gál 3:20 No hay mediador de uno solo; y Dios al hacer la promesa a Abrahán es uno.
Gál 3:22 Mas la ley escrita dejó sujetos a todos al pecado, para que la promesa se cumpliese a los creyentes por la fe en Jesucristo.
Gál 3:29 Y siendo vosotros miembros de Cristo , sois por consiguiente hijos de Abrahán, y los herederos según la promesa.
Gál 4:23 Mas el de la esclava nació según la carne, o naturalmente; al contrario, el hijo de la libre nació milagrosamente y en virtud de la promesa.
Gál 4:28 Nosotros, pues, hermanos, somos los hijos de la promesa, figurados en Isaac.
Ef 2:12 acordaos, digo, que vosotros no teníais entonces parte alguna con Jesucristo, estabais enteramente separados de la sociedad de Israel, extranjeros, por lo tocante a las alianzas, sin esperanza de la promesa o bienes prometidos, y sin Dios en este mundo.
Ef 3:6 esto es, que los gentiles son llamados a la misma herencia que los judíos, miembros de un mismo cuerpo o Iglesia, y partícipes de la promesa divina en Jesucristo mediante el evangelio,
I Tim 4:8 Pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas, al paso que la virtud sirve para todo, como que trae consigo la promesa de la vida presente y de la futura, o eterna.
II Tim 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, según la promesa de vida que tenemos en Jesucristo,
Heb 4:1 Temamos, pues, que haya alguno entre nosotros que sea excluido de la entrada en el descanso de Dios, por haber despreciado la promesa que de él se nos había hecho.
Heb 4:2 Puesto que se nos anunció también a nosotros del mismo modo que a ellos. Pero a ellos no les aprovechó la palabra o promesa oída, por no ir acompañada con la fe de los que la oyeron.
Heb 6:13 Por eso en la promesa que Dios hizo a Abrahán, como no tenía otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo,
Heb 6:15 Y así aguardando con longanimidad o larga paciencia, alcanzó la promesa.
Heb 6:17 Por lo cual queriendo Dios mostrar más cumplidamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo o resolución, interpuso juramento;
Heb 6:18 para que a vista de dos cosas inmutables, promesa y juramento, en que no es posible que Dios mienta o falte a ellas, tengamos un poderosísimo consuelo los que consideramos nuestro refugio y ponemos la mira en alcanzar los bienes que nos propone la esperanza,
Heb 10:23 mantengamos firme la esperanza que hemos confesado (que fiel es quien hizo la promesa),
Heb 10:36 Porque os es necesaria la paciencia para que, haciendo la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Heb 11:9 Por la fe habitó en la tierra que se le había prometido, como en tierra extraña, habitando en cabañas o tiendas de campaña como hicieron también Isaac y Jacob coherederos de la misma promesa.
Heb 11:39 Sin embargo todos estos santos tan recomendables por el testimonio de su fe, no recibieron todo el fruto de la promesa,
II Ped 3:4 diciendo: ¿Dónde está la promesa o el segundo advenimiento de éste? Porque desde la muerte de nuestros padres o patriarcas, todas las cosas permanecen del modo mismo que al principio fueron creadas.
II Ped 3:9 No retarda, pues, el Señor su promesa, como algunos juzgan, sino que espera con mucha paciencia por amor de vosotros venir como juez, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan a penitencia.
I Jn 1:9 Pero si confesamos humildemente nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonárnoslos y lavarnos de toda iniquidad, según su promesa.
I Jn 2:25 Y ésta es la promesa que nos hizo él mismo, la vida eterna.