Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

mismas

Ezeq 40:24 Y me llevó a la parte del mediodía, en donde estaba la puerta que miraba al mediodía; y midió su fachada y su vestíbulo, que eran de las mismas medidas que las otras.
Ezeq 40:28 Y me llevó al atrio interior a la puerta del mediodía; y midió la puerta, la cual era de las mismas medidas que las otras.
Ezeq 40:29 Sus cámaras, y fachada, y zaguán, y sus ventanas y su zaguán alrededor tenía las mismas medidas, cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho.
Ezeq 40:32 Y me introdujo en el mismo atrio interior por la parte oriental; y midió la puerta, la cual era de las mismas medidas que las otras.
Ezeq 40:35 Y me llevó a la puerta que miraba al norte, y la midió según las mismas medidas que las otras.
Joel 1:20 Y aun las mismas bestias del campo levantan los ojos hacia ti, como la tierra sedienta de agua, porque se secaron los manantiales de las aguas, y el fuego ha devorado todas las hermosas praderas del desierto.
Zac 4:9 Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de este templo, y sus mismas manos lo acabarán: y conoceréis que el Señor de los ejércitos me ha enviado a vosotros.
II Mac 2:13 Estas mismas noticias se encontraban también anotadas en los escritos y comentarios de Nehemías, donde se lee que él formó una colección de libros, habiendo recogido de todas partes los libros de los profetas, los de David, y las cartas o concesiones de los reyes, y las memorias de sus donativos al templo.
II Mac 3:19 Las mujeres, ceñidas hasta el pecho de cilicios, andaban en tropas por las calles; y hasta las doncellas mismas, que antes estaban encerradas en sus casas, corrían unas a donde estaba Onías, otras hacia las murallas, y algunas otras estaban mirando desde las ventanas;
II Mac 3:33 y al tiempo que el sumo sacerdote estaba haciendo la súplica, aquellos mismos jóvenes, con las mismas vestiduras, poniéndose junto a Heliodoro, le dijeron: Dale las gracias al sacerdote Onías, pues por su amor a él te concede el Señor la vida."
Mt 3:9 y dejaos de decir interiormente: Tenemos por padre a Abrahán; porque yo os digo que poderoso es Dios para hacer que nazcan de estas mismas piedras hijos de Abrahán.
Mt 6:23 Mas si tienes malicioso o malo tu ojo, todo tu cuerpo estará oscurecido. Que si lo que debe ser luz en ti es tinieblas, las mismas tinieblas ¿cuán grandes serán?
Mt 26:44 Y dejándolos, se retiró aún a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
Mc 13:9 Entretanto vosotros estad sobre aviso en orden a vuestras mismas personas. Por cuanto habéis de ser llevados a los tribunales, y azotados en las sinagogas, y presentados por causa de mí ante los gobernadores y reyes, para que déis delante de ellos testimonio de mí.
Mc 14:39 Se fue otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras.
Lc 19:40 Les respondió él: En verdad os digo, que si éstos callan, las mismas piedras darán voces.
Lc 23:28 Pero Jesús vuelto a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén , no lloréis por mí; llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.
Jn 3:34 Porque éste a quien Dios ha enviado, habla las mismas palabras que Dios; pues Dios no le ha dado su Espíritu con medida.
Jn 5:36 Pero yo tengo a mi favor un testimonio superior al testimonio de Juan. Porque las obras que el Padre me puso en las manos para que las ejecutase, estas mismas obras maravillosas que yo hago, dan testimonio en mi favor de que me ha enviado al Padre.
Rom 1:26 Por eso los entregó Dios a pasiones infames. Pues sus mismas mujeres invirtieron el uso natural, en el que es contrario a la naturaleza.
Rom 2:1 Por donde tú eres inexcusable, ¡oh hombre, quienquiera que seas!, que te metes a condenar a los demás. Pues en lo que condenas a otro te condenas a ti mismo, haciendo como haces tú, ¡oh judío!, aquellas mismas cosas que condenas.
Rom 8:21 de que serán también ellas mismas libertadas de esa servidumbre a la corrupción, para participar de la libertad y gloria de los hijos de Dios.
I Cor 15:4 Y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las mismas Escrituras.
II Cor 1:6 Porque si somos atribulados, lo somos para vuestra edificación y salud; si somos consolados, lo somos para vuestra consolación; si somos confortados, lo somos para confortación y salvación vuestra, cuya obra se perfecciona con la paciencia con que sufrís las mismas penas que igualmente sufrimos nosotros.
II Cor 12:18 A mis ruegos fue Tito, y con él envié a otro hermano. ¿Por ventura Tito os ha estafado? ¿No procedimos con el mismo espíritu y desinterés que antes?; ¿no seguimos las mismas pisadas?
Filip 3:1 En fin, hermanos míos, vosotros alegraos en el Señor. A mí no me es molesto escribiros las mismas cosas, y para vosotros es necesario.
I Tes 2:14 Porque vosotros, hermanos míos, habéis imitado a las iglesias de Dios que hay en Judea reunidas en Jesucristo, siendo así que habéis sufrido de los de vuestra propia nación las mismas persecuciones que aquellas han sufrido de los judíos;
Heb 2:14 Y por cuanto los hijos tienen comunes la carne y sangre, él también participó de las mismas cosas, para destruir por su muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo,
Heb 9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales, esto es, el Tabernáculo y sus utensilios, se purificasen con tales ritos; pero las mismas cosas celestiales lo deben ser con víctimas mejores que éstas y así ha sucedido.
Heb 10:1 Porque no teniendo la ley más que la sombra de los bienes futuros, y no la realidad misma de las cosas, no puede jamás por medio de las mismas víctimas, que no cesan de ofrecerse todos los años, hacer justos y perfectos a los que se acercan al altar y sacrifican;
Heb 10:11 Y así en lugar de que todo sacerdote de la antigua ley se presenta cada día, por mañana y tarde, a ejercer su ministerio y a ofrecer muchas veces las mismas víctimas, las cuales no pueden jamás quitar los pecados,
I Ped 4:3 Porque demasiado tiempo habéis pasado durante vuestra vida anterior abandonados a las mismas pasiones que los paganos, viviendo en desenfrenos, en codicias, en embriagueces, en glotonerías, en excesos en las bebidas y en idolatrías abominables.
II Ped 1:4 también por él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de estas mismas gracias, de la naturaleza divina, huyendo la corrupción por la concupiscencia que hay en el mundo.