Ecli 25:32
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La mujer que no da gusto a su marido, le descoyunta los brazos, y le debilita las rodillas."
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Ecli 26:1
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Dichoso el marido de una mujer virtuosa; porque será doblado el número de sus años.
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Ecli 26:2
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La mujer fuerte o varonil es el consuelo de su marido, y lo hace vivir en paz los años de su vida.
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Ecli 26:16
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La gracia de la mujer hacendosa alegra al marido, y le reconforta los huesos.
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Ecli 36:23
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La mujer tomará por marido a cualquier varón; mas entre las hijas solteras una es mejor que otra.
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Ecli 36:24
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Las gracias de la mujer bañan de alegría el rostro de su marido, y producen en él un afecto superior a todos los deseos del hombre.
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Ecli 36:25
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Si su lengua habla palabras salutíferas, si de blandura y de compasión, el marido de esta mujer tendrá una ventaja que no es común entre los hombres.
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Ecli 40:23
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El amigo y el compañero mutuamente se valen en la ocasión; y más que ambos, la mujer y su marido.
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Ecli 42:9
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La hija soltera tiene desvelado a su padre, pues el cuidado que le causa le quita el sueño; temiendo que se le pase la edad de casarse, y así sea odiosa o menos amada cuando en edad adulta tome marido;
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Isa 54:1
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Regocíjate, pues, ¡oh estéril!, tú que no pares; canta himnos de alabanza y de júbilo tú que no eres fecunda, porque ya son muchos más los hijos de la que había sido desechada, que los de aquella que tenía marido, dice el Señor.
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Jer 3:1
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Comúnmente se dice: Si un marido repudia a su mujer, y ella separada de éste toma otro marido, ¿acaso volverá jamás a recibirla? ¿No quedará la tal mujer inmunda y contaminada? Tú, es cierto, que has pecado con muchos amantes. Esto no obstante vuélvete a mí, dice el Señor, que yo te recibiré.
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Jer 3:1
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Comúnmente se dice: Si un marido repudia a su mujer, y ella separada de éste toma otro marido, ¿acaso volverá jamás a recibirla? ¿No quedará la tal mujer inmunda y contaminada? Tú, es cierto, que has pecado con muchos amantes. Esto no obstante vuélvete a mí, dice el Señor, que yo te recibiré.
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Jer 6:11
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Por lo cual estoy lleno del furor del Señor: Me cansé de sufrir: Derrámale fuera, me dijo a mí mismo, sobre los niños, y también en las reuniones de los jóvenes; porque preso será el marido con la mujer, el anciano con el decrépito.
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Ezeq 16:32
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sino como una mujer adúltera, que en vez del propio marido, convida a los extraños.
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Ezeq 16:45
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Verdaderamente que tú eres hija de tu madre, que abandonó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos, cetea es tu madre y amorreo tu padre.
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Ezeq 44:25
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Y no se acercarán a donde haya un cadáver, a fin de no quedar con eso contaminados, si no es que sea padre o madre, hijo o hija, hermano o hermana que no haya tenido marido, y aun por éstos contraerán alguna impureza legal.
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Dan 11:6
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Y al cabo de muchos años se confederarán; y la hija del rey del mediodía pasará a ser esposa del rey del norte para hacer las paces; pero ella no podrá detener la fuerza del brazo de su marido, ni subsistirá su estirpe; y será entregada a la muerte ella y los jóvenes que la habían acompañado y sostenido en aquel tiempo.
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Dan 13:7
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Y cuando al mediodía se iba la gente, entraba Susana a pasearse en el jardín de su marido.
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Dan 13:28
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Y habiendo acudido el pueblo a la casa de Joakim su marido, vinieron también los dos viejos, armados de falsedades contra Susana, para condenarla a muerte.
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Dan 13:63
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Entonces Helcías y su esposa alabaron a Dios por haber salvado a su hija Susana; y lo mismo hizo Joakim su marido con todos los parientes; porque nada se halló en ella de menos honesto.
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Mc 10:2
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Vinieron entonces a él unos fariseos, y le preguntaban por tentarlo si es lícito al marido repudiar a su mujer.
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Mc 10:12
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Y si la mujer se separa de su marido y se casa con otro es adúltera.
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Lc 2:36
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Vivía entonces una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser que era de edad muy avanzada; y la cual, casada desde muy joven, vivió con su marido siete años.
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Lc 16:18
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Cualquiera que repudia a su mujer, y se casa con otra, comete adulterio; y comételo también el que se casa con la repudiada por su marido.
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Jn 4:16
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Pero Jesús le dijo: Anda, llama a tu marido, y vuelve con él acá.
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Jn 4:17
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Respondió la mujer: Yo no tengo marido. Le dijo Jesús : Tienes razón en decir que no tienes marido;
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Jn 4:17
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Respondió la mujer: Yo no tengo marido. Le dijo Jesús : Tienes razón en decir que no tienes marido;
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Jn 4:18
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porque has tenido cinco maridos; y el que ahora tienes, no es marido tuyo; en eso verdad has dicho.
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Hech 5:9
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Entonces Pedro le dijo: ¿Por qué os habéis concertado para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los que enterraron a tu marido; y ellos mismos te llevarán a enterrar.
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Hech 5:10
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Al momento cayó a sus pies, y expiró. Entretanto luego los mozos la encontraron muerta, y sacándola, la enterraron al lado de su marido.
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Rom 7:2
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Así es que una mujer casada está ligada por la ley del matrimonio al marido mientras éste vive; mas muriendo su marido, queda libre de la ley que la ligaba al marido.
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Rom 7:2
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Así es que una mujer casada está ligada por la ley del matrimonio al marido mientras éste vive; mas muriendo su marido, queda libre de la ley que la ligaba al marido.
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Rom 7:2
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Así es que una mujer casada está ligada por la ley del matrimonio al marido mientras éste vive; mas muriendo su marido, queda libre de la ley que la ligaba al marido.
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Rom 7:3
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Por estar razón será tenida por adúltera si, viviendo su marido, se junta con otro hombre; pero si el marido muere, queda libre del vínculo, y puede casarse con otro sin ser adúltera.
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Rom 7:3
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Por estar razón será tenida por adúltera si, viviendo su marido, se junta con otro hombre; pero si el marido muere, queda libre del vínculo, y puede casarse con otro sin ser adúltera.
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I Cor 7:2
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Mas por evitar la fornicación, viva cada uno con su mujer, y cada una con su marido.
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I Cor 7:3
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El marido pague a la mujer el débito, y de la misma suerte la mujer al marido.
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I Cor 7:3
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El marido pague a la mujer el débito, y de la misma suerte la mujer al marido.
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I Cor 7:4
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Porque la mujer casada no es dueña de su cuerpo, sino que lo es el marido. Y así mismo el marido no es dueño de su cuerpo, sino que lo es la mujer.
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I Cor 7:4
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Porque la mujer casada no es dueña de su cuerpo, sino que lo es el marido. Y así mismo el marido no es dueño de su cuerpo, sino que lo es la mujer.
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I Cor 7:10
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Pero a las personas casadas mando, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido;
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I Cor 7:11
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que si se separa por justa causa, no pase a otras nupcias, o bien reconcíliese con su marido. Ni tampoco el marido repudie a su mujer.
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I Cor 7:11
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que si se separa por justa causa, no pase a otras nupcias, o bien reconcíliese con su marido. Ni tampoco el marido repudie a su mujer.
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I Cor 7:13
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Y si alguna mujer fiel o cristiana tiene por marido a un infiel, y éste consiente en habitar con ella, no abandone a su marido.
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I Cor 7:13
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Y si alguna mujer fiel o cristiana tiene por marido a un infiel, y éste consiente en habitar con ella, no abandone a su marido.
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I Cor 7:14
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Porque un marido infiel es santificado por la mujer fiel, y la mujer infiel santificada por el marido fiel; de lo contrario, vuestros hijos serían mancillados, cuando ahora son santos.
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I Cor 7:14
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Porque un marido infiel es santificado por la mujer fiel, y la mujer infiel santificada por el marido fiel; de lo contrario, vuestros hijos serían mancillados, cuando ahora son santos.
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I Cor 7:16
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Porque ¿sabes tú, mujer, si salvarás o convertirás al marido?; ¿y tú, marido, sabes si salvarás a la mujer?
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I Cor 7:16
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Porque ¿sabes tú, mujer, si salvarás o convertirás al marido?; ¿y tú, marido, sabes si salvarás a la mujer?
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I Cor 7:34
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De la misma manera la mujer no casada, y una virgen, piensa en las cosas de Dios, para ser santa en cuerpo y alma. Mas la casada piensa en las del mundo, y en cómo ha de agradar al marido.
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