Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

heredad

Jer 50:11 Ya que saltáis de contento, y habláis con arrogancia por haber devastado la heredad mía; ya que retozáis como novillos sobre la hierba, y mugís como toros,
Lam 5:2 Nuestra heredad ha pasado a manos de extranjeros, en poder de extraños se hallan nuestras casas.
Ezeq 44:28 Y los sacerdotes no tendrán heredad o tierras; la heredad de ellos soy yo, y así no les daréis a ellos ninguna posesión en Israel; porque yo soy su posesión.
Ezeq 44:28 Y los sacerdotes no tendrán heredad o tierras; la heredad de ellos soy yo, y así no les daréis a ellos ninguna posesión en Israel; porque yo soy su posesión.
Ezeq 46:18 No tomará el príncipe por la fuerza cosa alguna de la heredad del pueblo, y de cuanto éste posea; sino de sus propios bienes dará una herencia a sus hijos, para que ninguno de mi pueblo sea despojado de sus posesiones.
Ezeq 47:23 Y en cualquier tribu que se halle el extranjero agregado, en ella le daréis su heredad o porción de tierra, dice el Señor Dios.
Joel 3:2 he aquí que reuniré todas las gentes y las conduciré al valle de Josafat, y allí disputaré con ellas a favor de mi pueblo, y a favor de Israel, heredad mía, que ellas dispersaron por estas y otras regiones, habiéndose repartido entre sí mi tierra.
Miq 7:14 Apacienta, ¡oh Dios mío!, en medio del Carmelo con tu cayado al pueblo tuyo, la grey de tu heredad, la cual habita sola en el bosque. Algún día se apacentará ella en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos.
Mal 1:3 y aborrecí, o amé menos, a Esaú y reduje a soledad sus montañas, abandonando su heredad a los dragones del desierto?
Mc 4:26 Decía asimismo: El reino de Dios viene a ser a manera de un hombre que siembra su heredad.
Mc 12:7 Pero los viñadores al verle venir se dijeron unos a otros: Este es el heredero; venid, matémosle, y será nuestra la heredad.
Lc 12:16 Y en seguida les puso esta parábola: Un hombre rico tuvo una extraordinaria cosecha de frutos en su heredad;
Lc 20:14 Mas luego que los colonos le avistaron, discurrieron entre sí, diciendo: Este es el heredero, matémosle, a fin de que la heredad quede por nuestra.
Jn 4:5 Llegó, pues, a la ciudad de Samaria, llamada Sicar, o Siquem, vecina a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Hech 4:37 vendió una heredad que tenía, y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
I Ped 5:3 ni porque queréis tener señorío sobre el clero, o la heredad del Señor, sino siendo verdaderamente dechados de la grey;