Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hacen

Rom 1:32 los cuales en medio de haber conocido la justicia de Dios, no echaron de ver, que los que hacen tales cosas, son dignos de muerte eterna, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen.
Rom 1:32 los cuales en medio de haber conocido la justicia de Dios, no echaron de ver, que los que hacen tales cosas, son dignos de muerte eterna, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen.
Rom 1:32 los cuales en medio de haber conocido la justicia de Dios, no echaron de ver, que los que hacen tales cosas, son dignos de muerte eterna, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen.
Rom 2:3 Tú, pues, ¡oh hombre!, que condenas a los que tales cosas hacen, y no obstante las haces, ¿piensas acaso que podrás huir del juicio de Dios?
Rom 2:14 En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley escrita, hacen por razón natural lo que manda la ley, estos tales no teniendo ley, son para sí mismos ley viva;
Rom 2:15 y ellos hacen ver que lo que la ley ordena está escrito en sus corazones, como se lo atestigua su propia conciencia, y las diferentes reflexiones que allá en su interior ya los acusan, ya los defienden,
Rom 3:4 siendo Dios, como es, veraz, y mentiroso todo hombre según aquellos que David dijo a Dios: A fin de que tú seas reconocido fiel en tus palabras, y salgas vencedor en los juicios que de ti se hacen.
Rom 13:2 Por lo cual quien desobedece a las potestades, a la ordenación o voluntad de Dios desobedece. Por consiguiente, los que tal hacen, ellos mismos se acarrean la condenación.
I Cor 7:30 y los que lloran, como si no llorasen; y los que están alegres lo es como si no lo estuviesen; y los que hacen compras, como si nada poseyesen;
I Cor 9:5 ¿Por ventura no tenemos también facultad de llevar en los viajes alguna mujer hermana en Jesucristo, para que nos asista, como hacen los demás apóstoles, y los hermanos o parientes del Señor, y el mismo Cefas, o Pedro?
II Cor 4:15 Pues todas las cosas que pasan en nosotros se hacen por causa de vosotros, a fin de que la gracia esparcida con abundancia, sirva a aumentar la gloria de Dios por medio de las acciones de gracias que le tributarán muchos.
II Cor 9:14 Y con las oraciones que hacen por vosotros, dan un buen testimonio del amor que os tienen, a causa de la eminente gracia que habéis recibido de Dios.
Gál 5:21 envidias, homicidios, embriagueces, glotonerías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya tengo dicho, que los que tales cosas hacen, no alcanzarán el reino de Dios.
Ef 5:12 porque las cosas que hacen ellos en secreto, no permite el pudor ni aun decirlas.
Ef 6:6 no sirviéndolos solamente cuando tienen puesto el ojo sobre vosotros, como si no pensaseis más que en complacer a los hombres, sino como siervos de Cristo , que hacen de corazón la voluntad de Dios, que los ha puesto en tal estado;
Filip 1:15 Verdad es que hay algunos que predican a Cristo por espíritu de envidia y como por tema, mientras otros lo hacen con buena intención.
Filip 1:28 Y no deben intimidaros los esfuerzos de los enemigos; pues esto que hacen contra vosotros y es la causa de su perdición, lo es para vosotros de salvación; y eso es disposición de Dios;
Filip 3:19 el paradero de los cuales es la perdición; cuyo Dios es el vientre, y que hacen gala de lo que es su desdoro y confusión, aferrados a las cosas terrenas.
I Tes 4:5 no con pasión libidinosa, como lo hacen los gentiles, que no conocen a Dios;
I Tim 2:10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que hacen profesión de piedad.
Heb 1:14 ¿Por ventura no son todos ellos unos espíritus que hacen el oficio de servidores o ministros enviados de Dios, para ejercer su ministerio en favor de aquellos que deben ser los herederos de la salud?
Sant 4:1 ¿De dónde nacen las riñas y pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales hacen la guerra en vuestros miembros?
Apoc 16:14 porque éstos son espíritus de demonios que hacen prodigios, y van a los reyes de toda la tierra con el fin de convocarlos en batalla para el día grande del Dios Todopoderoso.