Gen 1:2
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La tierra, estaba informe y vacía, las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
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Gen 1:10
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Y al elemento árido le dio Dios el nombre de tierra, y a las aguas reunidas las llamó mares. Y vio Dios que lo hecho estaba bueno.
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Gen 2:21
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Por tanto el Señor Dios hizo caer sobre Adán un profundo sueño; y mientras estaba dormido, le quitó una de las costillas, y llenó de carne aquel vacío.
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Gen 6:11
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Entretanto la tierra estaba corrompida a vista de Dios, y colmada de iniquidad.
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Gen 6:12
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Viendo, pues, Dios que la tierra estaba corrompida (por cuanto lo estaba la conducta de vida de todos los mortales sobre la tierra),
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Gen 6:12
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Viendo, pues, Dios que la tierra estaba corrompida (por cuanto lo estaba la conducta de vida de todos los mortales sobre la tierra),
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Gen 13:2
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Y estaba riquísimo en caudal de oro y de plata.
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Gen 18:8
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Tomó también manteca y leche, y con el ternerillo cocido, se lo presentó: mientras tanto estaba en pie junto a ellos debajo del árbol.
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Gen 19:1
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Entre tanto los dos ángeles llegaron al caer de la tarde a Sodoma, y al tiempo que Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. El cual luego que los vio, se levantó y les salió al encuentro, y los adoró inclinándose hacia el suelo.
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Gen 24:21
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Entretanto la estaba él contemplando en silencio, ansioso de saber si Dios había prosperado o no su viaje.
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Gen 24:29
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Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, el cual salió a toda prisa en busca del hombre, al lugar en que estaba la fuente.
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Gen 24:30
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Y como había visto ya los pendientes y los brazaletes en las manos de su hermana, la cual le había contado también todo cuanto le había dicho aquel hombre, vino a encontrarle cuando estaba aún cerca de la fuente con sus camellos,
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Gen 24:45
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Y cuando estaba yo rumiando en silencio estas cosas dentro de mí, ha comparecido Rebeca, que venía con su cántaro a cuestas, y ha bajado a la fuente, y sacado agua. Y le he dicho yo: dame un poco de beber.
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Gen 24:62
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Al mismo tiempo Isaac se estaba paseando por el camino que va al pozo llamado Pozo del Dios Viviente y que Mira, porque moraba en la tierra meridional no lejos de él.
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Gen 26:7
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Y preguntándole los vecinos de aquel país quién era Rebeca, les respondió: Es hermana mía; porque temió confesar que estaba unida con él en matrimonio , recelando que por causa de su hermosura le quitasen tal vez a él la vida.
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Gen 29:2
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Y vio un pozo en el campo, y cerca de él tres hatos de ovejas sesteando, porque de él se abrevaban los ganados, y el brocal estaba tapado con una gran piedra.
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Gen 37:2
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Y he aquí lo que pasó en su familia: José todavía muchacho, siendo de dieciséis años, apacentaba el ganado con sus hermanos; y estaba con los hijos de Bala y de Zelfa, mujeres de su padre; y acusó a sus hermanos ante el padre de un delito enorme.
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Gen 38:30
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Después salió su hermano, en cuya mano estaba el hilo encarnado, al cual llamo Zara.
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Gen 39:3
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el cual conocía muy bien que el Señor estaba con José, y que le favorecía y bendecía en todas sus acciones.
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Gen 39:14
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llamó a sus domésticos, y les dijo: Ved lo que ha hecho mi marido: nos ha metido en casa este mozo hebreo, para insultarnos; ha entrado donde yo estaba para deshonrarme; mas habiendo yo levantado el grito,
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Gen 39:17
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y le dijo: Ese siervo hebreo que tú trajiste, entró en donde yo estaba con el fin de forzarme;
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Gen 39:20
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y mandó meter a José en la cárcel, en que se guardaban los reos de delitos contra el rey, y allí estaba encerrado.
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Gen 40:3
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los mandó meter en la cárcel del comandante general de las tropas, en la cual estaba también preso José.
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Gen 41:3
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Salían también del río otras siete, feas y consumidas de flaqueza, que pacían en la orilla misma del río en donde estaba la hierba,
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Gen 41:17
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Refirió, pues, el faraón, lo que había visto: Parecíame, dijo, que estaba sobre la ribera del río,
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Gen 41:43
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Y lo hizo subir en su segunda carroza, gritando un heraldo o rey de armas, que todos hincasen delante de él la rodilla, y supiesen que estaba constituido gobernador de toda la tierra de Egipto.
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Gen 45:1
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Ya no podía José contenerse más en presencia como estaba de mucha gente; por lo que mandó que todos se retirasen, para que ningún extraño asistiese al mutuo reconocimiento.
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Gen 48:1
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Después de estos sucesos, fue José avisado de que su padre estaba enfermo; y tomando consigo a sus dos hijos Manasés y Efraín, se puso luego en camino.
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Ex 1:5
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Eran, pues, todas las almas de los descendientes de Jacob , incluso él mismo, setenta. José estaba en Egipto.
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Ex 3:2
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donde se le apareció el Señor en una llama de fuego que salía de en medio de una zarza; y veía que la zarza estaba ardiendo, y no se consumía.
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Ex 9:31
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Es de notar que el lino y la cebada se perdieron; por cuanto la cebada estaba espigada y el lino granaba ya.
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Ex 10:23
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Una persona no veía a otra, ni se movió del sitio en que estaba; pero dondequiera que habitaban los hijos de Israel, allí había luz.
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Ex 12:29
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Mas he aquí que a la medianoche el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, desde el primogénito del faraón que le sucedía en el trono, hasta el primogénito de la esclava que estaba en cadena, y a todo primer nacido de las bestias.
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Ex 16:10
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Aún estaba hablando Aarón a toda la muchedumbre de los hijos de Israel, cuando volviendo ellos los ojos hacia el desierto, he aquí que la majestad del Señor se apareció en medio de la nube,
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Ex 18:5
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Jetro, pues, suegro de Moisés, vino a encontrarle con sus hijos y la mujer de éste, en el desierto en donde estaba acampado el pueblo, cerca del monte de Dios.
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Ex 18:13
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Al día siguiente Moisés se sentó a despachar las causas del pueblo, el cual estaba alrededor de él desde la mañana hasta la noche.
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Ex 19:16
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Ya que era venido el día tercero y rayaba el alba, de repente principiaron a oírse truenos, y a relucir los relámpagos, y se cubrió el monte de una densísima nube, y el sonido de la bocina resonaba con grandísimo estruendo; con lo que se atemorizó el pueblo, que estaba dentro de los campamentos.
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Ex 19:18
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Todo el monte Sinaí estaba humeando, por haber descendido a él el Señor entre llamas; subía el humo de él como de un horno, y todo el monte causaba espanto.
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Ex 20:21
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Así el pueblo se mantuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad de la niebla en donde estaba Dios.
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Ex 24:7
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Y tomando el libro en que estaba escrita la alianza, lo leyó delante del pueblo; el cual dijo: Haremos todas las cosas que ha ordenado el Señor, y seremos obedientes.
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Ex 32:25
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Viendo, pues, Moisés que el pueblo estaba despojado, (desde que Aarón le había puesto tal con la asquerosa abominación del ídolo, y dejádole desnudo o desarmado en medio de los enemigos),
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Ex 39:10
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Y puso en él cuatro hileras de piedras preciosas: en la primera estaba el sardio o granate, el topacio y la esmeralda;
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Lev 10:1
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Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomando los incensarios, pusieron en ellos fuego e incienso encima, ofreciendo ante el Señor fuego extraño, lo cual les estaba vedado.
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Núm 7:89
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Y cuando entraba Moisés en el Tabernáculo de la alianza para consultar el oráculo, oía la voz del Señor que hablaba con él desde el propiciatorio, que estaba sobre el arca del Testamento entre los dos querubines, desde donde hablaba a Moisés.
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Núm 9:18
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A la orden del Señor marchaban, y a la orden del mismo plantaban el Tabernáculo. Todo el tiempo que la nube estaba parada sobre el Tabernáculo, se mantenía en el mismo sitio.
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Núm 9:22
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Pero si por dos días, o un mes, o más largo tiempo estaba sobre el Tabernáculo, permanecían los hijos de Israel en el mismo lugar y no viajaban; mas luego que se apartaba, movían el campo.
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Núm 11:10
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Oyó, pues, Moisés que el pueblo estaba llorando, cada cual con su familia a la puerta de su pabellón. Y se encendió en gran manera la indignación del Señor; y aun al mismo Moisés le pareció la cosa intolerable.
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Núm 12:10
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Se apartó también la nube que estaba sobre el Tabernáculo; y he aquí que María de repente se vio cubierta de lepra blanca como la nieve. Y como Aarón la mirase y viese toda cubierta de lepra,
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Núm 15:32
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Aconteció, estando los hijos de Israel en el desierto, que hallaron a un hombre que estaba cogiendo leña en día sábado,
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Núm 16:34
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Al punto todo Israel, que estaba al contorno, a los alaridos de los que perecían echó a huir diciendo: No sea que nos trague también a nosotros la tierra.
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