Gen 3:9
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Entonces el Señor Dios llamó a Adán, y le dijo: ¿Dónde estás?.
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Gen 3:11
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Le replicó: ¿Pues quién te ha hecho advertir que estás desnudo, sino el haber comido del fruto de que yo te había vedado que comieses?
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Gen 13:14
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Y dijo el Señor a Abram, después que Lot se separó de él: Alza tus ojos y mira, desde el sitio en que ahora estás, hacia el norte y el mediodía, hacia el oriente y el poniente.
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Gen 17:8
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A este fin te daré a ti y a tus descendientes la tierra en que estás ahora como peregrino, toda la tierra de Canaán en posesión perpetua y seré el Dios de ellos.
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Gen 28:4
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Y te conceda las bendiciones de Abrahán, así como a tu descendencia después de ti; para que poseas como propia la tierra en que estás ahora como peregrino, la cual tiene prometida a tu abuelo.
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Gen 30:30
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Poca era la que tenías antes que yo viniese a ti, y ahora estás rico: porque el Señor te bendijo con mi venida. Es justo, pues, que algún día mire yo también por mi casa.
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Núm 14:14
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y también los moradores de este país, que han oído que tú, ¡oh Señor!, estás en medio de este pueblo y te dejas ver cara a cara, y que tu nube los ampara, y que tú vas delante de ellos de día en la columna de nube y de noche en la de fuego,
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Deut 4:38
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para exterminar a tu entrada naciones populosísimas y más valientes que tú, y para introducirte y darte la posesión de su tierra, como lo estás viendo al presente.
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Deut 9:1
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Escucha, Israel: Tú estás hoy día a punto de pasar el Jordán para conquistar naciones grandísimas y más fuertes que tú, ciudades magníficas, y cuyos muros llegan hasta el cielo,
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Deut 10:22
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En número de setenta almas bajaron tus padres a Egipto; y estás viendo que el Señor Dios tuyo te ha multiplicado como las estrellas del cielo.
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Jos 13:1
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Era Josué anciano y de edad avanzada, cuando el Señor le dijo: Tú estás viejo, y tienes ya muchos años; y queda por conquistar y dividir en suertes una tierra dilatadísima.
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Juec 5:15
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¿Por qué te estás ahí quieto, ¡oh Rubén!, entre los dos términos de Israel y de sus enemigos oyendo los balidos de tus rebaños? Pero dividido Rubén en partidos contra sí mismos, sus valientes sólo se ocuparon en disputar entre sí.
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I Rey 1:14
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y le dijo: ¿Hasta cuando durará tu embriaguez? Vete a digerir un poco el vino de que estás llena.
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I Rey 18:22
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Y dio esta orden a sus cortesanos: Hablad a David, como que sale de vosotros, diciéndole: Ya ves que estás en gracia del rey, y que todos sus criados te aman; procura, pues, ahora llegar a ser yerno del rey.
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I Rey 20:9
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A lo que respondió Jonatás: Libre estás de que te suceda esto; porque no es posible que yo conozca de cierto que el odio de mi padre contra ti ha llegado a lo sumo, sin que yo te lo avise.
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I Rey 20:22
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Si yo dijere al muchacho: Mira que las saetas están más acá de ti, cógelas; tú entonces ven a mí, pues es señal de que estás seguro, y vive el Señor que no hay que temer. Mas si dijere yo al criado: Mira, las saetas están más allá de ti, vete en paz, pues el Señor quiere que te retires.
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I Rey 28:18
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Por cuanto no obedeciste la voz del Señor, ni quisiste hacer lo que la indignación de su ira exigía contra los amalecitas; por esto el Señor ha hecho contigo lo que estás padeciendo hoy día.
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II Rey 3:25
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¿No conoces quién es Abner, hijo de Ner, y que no ha venido a ti sino para engañarte, y espiar el estado de tus cosas, y enterarse de todo cuanto estás haciendo?
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II Rey 13:5
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Replicó Jonadab: Quédate en cama, como que estás malo, y cuando venga tu padre a visitarte, dile: Te suplico que venga mi hermana Tamar a darme la comida, y me componga ella misma algún plato con que me alimente.
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II Rey 14:2
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envió a Tecua, e hizo venir de allí una mujer, sagaz, a la cual dijo: Finge que estás de duelo, y ponte un vestido de luto, y no te unjas, a fin de que parezcas ser una mujer que hace muchísimo tiempo está de duelo por un difunto.
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II Rey 15:19
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Dijo entonces el rey a Etai, geteo: ¿Para qué vienes con nosotros? Vuélvete y quédate con el nuevo rey; pues tú eres un extranjero que estás fuera de tu patria.
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II Rey 19:7
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Ahora, pues, ven y sal afuera, habla a tus soldados y manifiéstales que estás satisfecho de ellos; porque yo te juro por el Señor, que si tú no sales, ni un hombre solo ha de quedar contigo esta noche; y te hallarás en un peligro, el mayor de cuantos has tenido desde tu juventud hasta hoy.
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IV Rey 2:19
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Por este tiempo dijeron también a Eliseo los vecinos de la ciudad: Bien ves que la situación de esta ciudad es bellísima, como tú mismo, señor, lo estás conociendo; pero las aguas son muy malas y la tierra estéril.
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IV Rey 19:15
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y oró en su acatamiento, diciendo: Señor Dios de Israel, que estás sentado sobre los querubines, tú eres el solo Dios de todos los reyes de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra.
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I Esd 7:14
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puesto que tú eres enviado por parte del rey y de sus siete consejeros o ministros a visitar la Judea y Jerusalén , para arreglarlo todo conforme a la ley de tu Dios, en la cual estás tan versado;
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I Esd 7:25
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Finalmente, tú, Esdras, según la sabiduría de tu Dios, en la cual estás versado, establece jueces y presidentes para que administren justicia a todo el pueblo que está al otro lado del río, esto es, a todos aquellos que reconocen la ley de tu Dios; y enseñadla libremente también a los que la ignoran.
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I Esd 9:14
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con la condición de que no volvamos atrás, ni violemos tus mandamientos, ni emparentemos con los pueblos reos de semejantes abominaciones. ¿Por ventura estás irritado contra nosotros hasta querer nuestro total exterminio, de suerte que no dejes salvos ni aun los restos de nuestro pueblo?
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II Esd 2:2
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Y me dijo el rey: ¿Por qué está melancólico tu semblante, no estando como no estás enfermo? No es esto sin motivo; tú maquinas alguna cosa mala en tu corazón. Se apoderó entonces de mí un temor gran-de,
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Job 4:5
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Mas ahora que el azote ha descargado sobre ti, estás abatido; te ha tocado el Señor, y te has conturbado todo.
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Job 38:12
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¿Acaso después que estás en el mundo diste leyes a la luz de la mañana, y señalaste a la aurora el punto por donde debe salir?
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Salm 9:35
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Pero tú, Señor, lo estás viendo; tú consideras el afán y el dolor del oprimido; para entregar a los malvados al castigo de tus manos. A cargo tuyo está la tutela del pobre; tú eres el amparo del huérfano.
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Salm 22:4
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De esta suerte, aunque caminase yo por la sombra de la muerte, no temeré ningún desastre; porque tú estás conmigo. Tu vara y tu báculo han sido mi consuelo.
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Salm 41:6
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¿Por qué estás triste, oh alma mía?; y ¿por qué me tienes en esta agitación? Espera en Dios; porque aún cantaré sus alabanzas, como que es el salvador que tengo siempre delante de mí,
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Salm 41:12
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Pero, ¡oh alma mía!, ¿por qué estás triste?; ¿por qué me llenas de turbación? Espera en Dios, pues aún he de cantarle alabanzas, por ser él el salvador que está siempre delante de mí, y el Dios mío.
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Salm 42:5
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¿Por qué estás tú triste, oh alma mía?; y ¿por qué me llenas de turbación? Espera en Dios; porque todavía he de cantarle alabanzas, por ser él el salvador , que está siempre delante de mí, y el Dios mío.
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Salm 79:2
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Escucha, ¡oh tú, pastor de Israel!, tú que apacientas el pueblo de José, como a ovejas. Tú que estás sentado sobre los querubines, manifiéstate,
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Salm 93:20
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Porque, ¿acaso estás tú sentado en algún tribunal injusto, cuando nos impones penosos preceptos?
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Salm 103:2
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cubierto estás de luz, como de un ropaje. Extendiste los cielos como un pabellón o cortina,
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Salm 118:151
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Cerca estás de mí, ¡oh Señor!, y todos tus caminos son la verdad misma.
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Salm 138:8
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Si subo al cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentro.
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Ecli 31:21
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Que si estás sentado en medio de muchos, no alargues primero que ellos tu mano, ni seas el primero en pedir de beber.
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Ecli 48:10
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Tú estás escrito en los decretos de los tiempos venideros para aplacar el enojo del Señor, reconciliar el corazón de los padres con los hijos, y restablecer las tribus de Jacob .
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Isa 3:6
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Sucederá que uno asirá por el brazo a su hermano, criado en la familia de su padre, diciéndole: Oye, tú estás bien vestido: Sé nuestro príncipe, ampáranos en esta ruina.
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Isa 38:1
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En aquellos días, Ezequías enfermó de muerte; y entró a visitarlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: Esto dice el Señor: Dispón de las cosas de tu casa; porque vas a morir, y estás al fin de tu vida.
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Isa 47:8
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Ahora, pues, escucha estas palabras, ¡oh Babilonia!, tú que vives entre delicias, y que estás llena de arrogancia; tú que dices en tu corazón: Yo soy la dominadora, y no hay otra más que yo; no quedaré jamás viuda o sin rey, ni conoceré nunca al esterilidad.
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Isa 64:5
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Tú saliste al encuentro de aquellos que caminando con alegría por tus caminos se acuerdan de ti. Mas tú ahora estás enojado contra nosotros, porque hemos pecado; en pecados estuvimos siempre enredados; y con todo, por tu misericordia seremos salvos.
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Jer 7:17
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¿Por ventura no estás viendo tú mismo lo que hacen estos hombres en las ciudades de Judá y en las plazas públicas de Jerusalén ?
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Jer 30:10
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No temas, pues, tú ¡oh siervo mío Jacob !, dice el Señor, ni tengas miedo, ¡oh Israel!, que yo te sacaré de ese país remoto en que estás, y a tus descendientes de la región en que se hallan cautivos; y Jacob volverá, y vivirá en reposo, y en abundancia de bienes, sin que tenga que temer a nadie.
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Jer 30:14
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Se han olvidado de ti todos tus amadores, y no se curarán ya de ti para ser amigos tuyos, en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil y con un terrible azote; porque estás endurecida en tus pecados a causa de tu gran iniquidad.
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Jer 31:22
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¿Hasta cuándo estás estragándote en medio de los deleites, oh hija perdida? Pues mira, el Señor ha hecho una cosa nueva, o milagrosa, sobre la tierra: Una mujer virgen encerrará dentro de sí al Hombre Dios.
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