Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

dijeron

I Rey 11:10 Los cuales dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, y nos trataréis como os plazca.
I Rey 12:4 A lo que dijeron: No nos has calumniado ni oprimido, ni has tomado de nadie cosa chica ni grande.
I Rey 12:19 con lo que todo el pueblo temió en gran manera al Señor y a Samuel, y dijeron todos juntos a Samuel: Ruega por tus siervos al Señor Dios tuyo, para que no muramos; porque a todos los demás pecados nuestros hemos añadido aún la maldad de pedir un rey para que nos gobernase.
I Rey 14:11 Luego, pues, que los dos fueron descubiertos por la guardia de los filisteos, dijeron éstos: He allí los hebreos que van saliendo de las cavernas, donde se habían escondido.
I Rey 14:12 Y algunos soldados de la guardia avanzada, se dirigieron a Jonatás y a su escudero, les dijeron: Acercaos a nosotros, que tenemos que deciros una cosa. Con esto dijo Jonatás a su escudero: Subamos, sígueme, porque el Señor los ha entregado en manos de Israel.
I Rey 16:4 Lo hizo, pues, Samuel como el Señor le había mandado. Fue a Betlehem, y lo extrañaron los ancianos de la ciudad; y saliéndole a recibir, le dijeron: ¿Es de paz tu venida?
I Rey 16:15 Por lo que dijeron a Saúl sus cortesanos: Ya ves cómo te atormenta un espíritu malísimo.
I Rey 18:20 Pero Micol, la otra hija de Saúl, se había enamorado de David; de lo que se alegró Saúl luego que se lo dijeron.
I Rey 21:12 Mas los cortesanos de Aquis, luego que vieron a David, dijeron al rey: ¿No es éste aquel David, respetado como rey en su país? ¿No es éste aquel en cuya alabanza cantaban en medio de sus danzas: Mató Saúl a mil y David mató a diez mil?
I Rey 23:4 Pero las gentes que tenía David consigo, le dijeron: Ya ves que nosotros aun aquí en medio de la Judea no estamos sin miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Ceila contra los batallones de los filisteos?
I Rey 23:20 Mas los zifeos fueron a encontrar a Saúl en Gabaa, y le dijeron: ¿No sabes que David está escondido entre nosotros en los parajes más fuertes del bosque, hacia el cerro de Haquila, que cae a mano derecha del desierto.
I Rey 24:4 Le dijeron, pues, a David, sus criados: He aquí el día feliz del cual te dijo el Señor: Yo pondré en tus manos a tu enemigo, para que hagas de él lo que gustares. Entonces David se levantó, y cortó sin ser sentido la orla del manto de Saúl.
I Rey 25:9 Llegados, pues, los mozos de David, dijeron a Nabal todas estas cosas de parte de David, y aguardaron en silencio la respuesta.
I Rey 25:40 En consecuencia los mensajeros de David fueron a verse con Abigaíl en el Carmelo, y la dijeron: David nos envía a ti para tomarte por esposa suya.
I Rey 26:1 Y otra vez vinieron los zifeos a Gabaa, y dijeron a Saúl: Mira que David está escondido en el cerro de Haquila, enfrente del desierto.
I Rey 29:3 Y dijeron los príncipes de los filisteos a Aquis: ¿Qué hacen aquí esos hebreos? Les respondió Aquis: Pues, ¿no conocéis a David que sirvió a Saúl, rey de Israel, y está en mi compañía días hace, o ya años, sin que haya yo tenido queja de él desde el día que se pasó a mí hasta el presente?
I Rey 29:4 Mas los príncipes de los filisteos se irritaron contra él, y le dijeron: Retírese ese hombre, y quédese allá en el lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la guerra, no sea que comenzando el combate se revuelva contra nosotros; porque, ¿de qué otro modo podrá aplacar a su Señor, sino a costa de nuestras cabezas?
II Rey 5:6 Porque a pocos días el rey con toda la gente que tenía consigo se dirigió a Jerusalén contra los jebuseos, moradores de aquel territorio, y le dijeron a David los sitiados: No entrarás acá dentro de esta plaza si no echas primero de ella a los ciegos y cojos, los cuales están diciendo: No entrará David acá.
II Rey 10:3 dijeron los magnates de los amonitas a Hanón, su señor: ¿Crees tú que David te ha enviado éstos para consolarte, y honrar así la memoria de tu padre; y no más bien que te ha enviado sus criados para espiar y reconocer el estado de la ciudad, y destruirla algún día?
II Rey 11:3 Envió, pues, el rey a saber quién era aquella mujer, y le dijeron que era Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías, heteo.
II Rey 12:21 Y le dijeron sus criados: ¿De qué provendrá esto? Tú ayunabas y llorabas por el niño cuando aún vivía, y ahora que ha muerto, te has levantado y has comido.
II Rey 14:30 dijo a sus criados: Ya sabéis el campo de Joab, que linda con el mío, donde la cebada está para segarse; id y pegadle fuego. Al punto los criados de Absalón prendieron fuego a las mieses. Y viniendo los criados de Joab, rasgados sus vestidos, le dijeron: Los criados de Absalón han puesto fuego a una parte de tu campo.
II Rey 19:41 y así todos los de Israel acudiendo juntos al rey, le dijeron: ¿Por qué razón nuestros hermanos los de Judá se han apoderado de ti, haciendo pasar el Jordán a nuestro rey, y a su familia y a toda su comitiva?
II Rey 20:11 Algunos soldados de las tropas de Joab, parándose junto al cadáver de Amasa, dijeron: Mirad el que quiso ser compañero o general de David en lugar de Joab.
III Rey 1:2 Por lo que le dijeron sus criados: Buscaremos para el rey, nuestro señor, una virgen jovencita, que, siendo su esposa, viva con el rey y le abrigue y duerma a su lado para que le comunique algún calor.
III Rey 12:7 Le dijeron ellos: Si tú, en el día, condesciendes con este pueblo, y te acomodas a él, y otorgas su petición, y le hablas con dulzura, serán para siempre vasallos tuyos.
III Rey 20:5 Volviendo de nuevo los mensajeros dijeron: Esto dice Benadad, que nos vuelve a enviar a ti: Me has de dar tu plata y tu oro, y tus mujeres, y tus hijos.
III Rey 20:23 En efecto, los criados o cortesanos del rey de Siria le dijeron: Los dioses de los montes son sus dioses; por eso nos han vencido; así es mejor que peleemos contra ellos en los llanos, y los venceremos.
III Rey 20:31 Y le dijeron sus criados: Nosotros hemos oído decir que los reyes de la casa de Israel son clementes y piadosos; vistámonos, pues, de sacos con sogas al cuello, y presentémonos así al rey de Israel; que tal vez nos salvará las vidas.
III Rey 20:33 Lo cual tuvieron ellos por feliz presagio; y al instante le tomaron la palabra de la boca, y dijeron: Sí, Benadad, tu hermano, aún vive. Y él les dijo: Id y traédmelo acá. Se le presentó luego Benadad, y Acab le hizo subir en su carroza.
IV Rey 2:3 fueron los hijos o discípulos de los profetas que estaban allí a encontrar a Eliseo y le dijeron: ¿No sabes tú cómo hoy se llevará el Señor a tu amo? Sí que lo sé, respondió él; callad.
IV Rey 2:5 se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que moraban allí y le dijeron: ¿No sabes tú que hoy el Señor se llevará a tu amo? Sí, lo sé, respondió él; pero callad.
IV Rey 2:15 Así que vieron esto los hijos de los profetas, que habían venido de Jericó , y estaban en la orilla opuesta, dijeron: El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo, y saliéndole al encuentro, le hicieron profunda reverencia postrados en tierra,
IV Rey 2:16 y le dijeron: Aquí hay entre tus siervos cincuenta hombres robustos que pueden ir en busca de tu amo, no sea que el espíritu del Señor lo haya arrebatado y arrojado sobre algún monte o en algún valle. Respondió Eliseo: No tenéis que enviarlos.
IV Rey 2:19 Por este tiempo dijeron también a Eliseo los vecinos de la ciudad: Bien ves que la situación de esta ciudad es bellísima, como tú mismo, señor, lo estás conociendo; pero las aguas son muy malas y la tierra estéril.
IV Rey 3:23 Por lo cual dijeron: Sangre de batalla es; los reyes han peleado contra sí, y se han acuchillado unos a otros; corre ahora, oh Moab, a recoger la presa.
IV Rey 5:13 se llegaron a él sus criados, y le dijeron: Padre, aun cuando el profeta te hubiese ordenado una cosa dificultosa, claro está que deberías hacerla; ¿pues cuánto más ahora que te ha dicho: Lávate, y quedarás limpio?
IV Rey 7:3 Había cuatro hombres leprosos cerca de la entrada de la puerta de la ciudad, los cuales se dijeron unos a otros: ¿Para qué queremos estar aquí hasta morir?
IV Rey 7:6 Porque el Señor había hecho resonar en los campamentos de los siros estruendo de carros falcados y de caballos, y de un numerosísimo ejército; con lo que se dijeron unos a otros: Sin duda el rey de Israel ha asalariado contra nosotros a los reyes de los heteos y de los egipcios, y se han echado sobre nosotros.
IV Rey 7:9 Pero se dijeron unos a otros: No obramos bien, pues este día es día de albricias; si nosotros callamos, y no damos aviso hasta la mañana, se nos hará de esto un crimen. Ea, pues, vamos, y llevemos la nueva al palacio del rey.
IV Rey 10:4 Se intimidaron ellos sobremanera, y dijeron: No han podido dos reyes hacerle frente, ¿cómo podremos resistirle nosotros?
IV Rey 17:26 Dieron aviso de esto al rey de los asirios y le dijeron: Las gentes que tú has transportado para poblar las ciudades de Samaria, ignoran el culto del Dios de aquel país, y el Señor ha enviado contra ellas leones que las van despedazando, por cuanto no saben ellas el culto del Dios de aquella tierra.
IV Rey 18:26 Entonces Eliacim, hijo de Helcías, y Sobna, y Joahe dijeron a Rabsaces: Te rogamos que nos hables a nosotros, tus siervos, en siríaco, pues entendemos esa lengua, y no en lengua hebrea, la cual entiende el pueblo que está sobre la muralla.
IV Rey 19:3 los cuales le dijeron: Esto dice Ezequías : Día es éste de tribulación, y de amenazas y de blasfemias; llegaron los hijos hasta el punto de nacer; pero la que está de parto no tiene fuerzas para darlos a luz.
I Par 11:5 Y los que de éstos habitaban en Jebús, dijeron a David: No entrarás aquí. Pero David conquistó la fortaleza de Sión, la cual fue después llamada Ciudad de David.
I Par 19:3 dijeron a Hanón los príncipes de los amonitas: Tú quizás piensas que David por honrar la memoria de tu padre ha enviado a consolarte; y no echas de ver que estos criados suyos han venido a explorar, y examinar y escudriñar el estado de tu país.
II Par 18:31 Y así luego que los comandantes de la caballería vieron a Josafat, dijeron: El rey de Israel es ése; y rodeándolo cargaron sobre él. Pero él invocó a gritos al Señor, el cual lo socorrió, y los desvió de él.
II Par 26:18 y se opusieron al rey, y le dijeron: Oh Ozías, no te pertenece a ti el ofrecer incienso al Señor, sino a los sacerdotes, esto es, a los hijos de Aarón que han sido consagrados para este ministerio. Sal del santuario; no quieras despreciar nuestro consejo; porque no será esa acción gloriosa para ti delante del Señor, sino criminal.
II Par 28:13 y les dijeron: No introduciréis acá esos cautivos, porque pecaríamos contra el Señor. ¿Cómo pretendéis aumentar nuestros pecados y colmar la medida de los antiguos delitos, puesto que es ése un gran pecado, y la terrible ira del Señor va a descargar sobre Israel?
II Par 29:18 Presentándose luego al rey Ezequías , le dijeron: Hemos purificado toda la casa del Señor, y el altar de los holocaustos y sus instrumentos, como también la mesa de la proposición con todos sus utensilios,