Mt 9:35
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Y Jesús iba recorriendo todas las ciudades y villas, enseñando en sus sinagogas, y predicando la buena noticia del reino de Dios, y curando toda dolencia y toda enfermedad.
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Mt 10:23
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Entretanto, cuando en una ciudad os persigan, huid a otra. En verdad os digo que no acabaréis de convertir a las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.
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Mt 11:1
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Como hubiese Jesús acabado de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
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Mt 11:20
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Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades donde se habían hecho muchísimos de sus milagros, porque no habían hecho penitencia.
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Mt 14:13
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Jesús , pues, habiendo oído aquello que Herodes decía de él, se retiró de allí por mar a un lugar desierto, fuera de poblado. Mas sabiéndolo las gentes, salieron de sus ciudades, siguiéndole a pie por tierra.
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Mc 1:38
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A lo cual respondió: Vamos a las aldeas y ciudades vecinas para predicar yo también en ellas, porque para eso he venido.
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Mc 6:33
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Mas como al irse los vieron y observaron muchos, de todas las ciudades vecinas acudieron por tierra a aquel sitio, y llegaron antes que ellos.
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Mc 6:56
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Y doquiera que llegaba fuesen aldeas o alquerías, o ciudades, ponían los enfermos en las calles, suplicándole que les dejase tocar siquiera el ruedo de su vestido; y todos cuantos le tocaban quedaban sanos.
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Lc 4:43
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Mas él les dijo: Es necesario que yo predique también a otras ciudades la buena nueva del reino de Dios; pues para eso he sido enviado.
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Lc 5:12
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Estando en una de aquellas ciudades de Galilea, he aquí un hombre todo cubierto de lepra, el cual así que vio a Jesús , se postró rostro por tierra, y le rogaba diciendo: Señor, si tú quieres, puedes curarme.
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Lc 8:1
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Algún tiempo después andaba Jesús por las ciudades y aldeas predicando, y anunciando el reino de Dios, acompañado de los doce,
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Lc 8:4
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En ocasión de un grandísimo concurso de gentes, que de las ciudades acudían presurosas a él, dijo esta parábola:
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Lc 10:1
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Después de esto eligió el Señor otros setenta y dos discípulos, a los cuales envió delante de él, de dos en dos. Por todas las ciudades y lugares adonde había de venir él mismo.
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Lc 13:22
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E iba así enseñando por las ciudades y aldeas, de camino para Jerusalén .
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Lc 19:17
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Le respondió: Bien está, buen criado, ya que en esto poco has sido fiel, tendrás mando sobre diez ciudades.
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Lc 19:19
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Dijo asimismo a éste: Tú tendrás también el gobierno de cinco ciudades.
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Hech 5:16
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Concurría también a Jerusalén mucha gente de las ciudades vecinas, trayendo enfermos y endemoniados, los cuales eran curados todos.
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Hech 8:40
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Felipe de repente se halló en Azoto, y fue anunciando la buena nueva a todas las ciudades por donde pasaba, hasta que llegó a Cesarea.
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Hech 14:6
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ellos, sabido esto, se marcharon a Listra y Derbe, ciudades también de Licaonia, recorriendo toda la comarca,
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Hech 15:36
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Mas pasados algunos días, dijo Pablo a Bernabé: Demos una vuelta visitando a los hermanos por todas las ciudades, en que hemos predicado la palabra del Señor, para ver el estado en que se hallan.
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Hech 16:4
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Conforme iban visitando las ciudades, recomendaban a los fieles la observancia de los decretos acordados por los apóstoles y los presbíteros, que residían en Jerusalén .
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Hech 20:23
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solamente puedo deciros que el Espíritu Santo en todas las ciudades me asegura y avisa que en Jerusalén me aguardan cadenas y tribulaciones.
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Hech 26:11
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Y andando con frecuencia por todas las sinagogas, los obligaba a fuerza de castigos a blasfemar del Nombre de Jesús , y enfurecido más cada día contra ellos, los iba persiguiendo hasta en las ciudades extranjeras.
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II Ped 2:6
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si reduciendo a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra, las condenó a desolamiento, poniéndolas para escarmiento de los que vivirán impíamente;
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Judas 1:7
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Así como también Sodoma y Gomorra, y las ciudades cercanas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregadas al pecado, vinieron a servir de escarmiento, sufriendo la pena del fuego eterno.
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Apoc 16:19
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Con lo cual la ciudad grande se rompió en tres partes; y las ciudades de las naciones se arruinaron; y de la gran Babilonia se hizo memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino de la indignación de su cólera.
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