Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

cinco

Juec 18:7 Partiendo de allí los cinco exploradores, llegaron a la ciudad de Lais; y vieron que aquel pueblo habitaba en ella sin sombra de recelo, como acostumbraban a vivir los sidonios, tranquilo y sosegado, sin que nadie le molestara, rico en extremo, y distante de Sidón, y apartado de todos los demás hombres.
Juec 18:14 aquellos cinco hombres enviados antes a examinar el territorio de Lais, dijeron a los demás compañeros suyos: Ya sabéis que en esta casa hay efod y terafim y un simulacro de talla y de fundición: ved sobre esto lo que queréis hacer.
Juec 20:45 Los otros que habían quedado de Benjamín al ver esto, huyeron hacia el desierto, tirando a refugiarse en la peña llamada Remmón. Pero como estaban desordenados y huían dispersos, en la misma fuga fueron muertos cinco mil hombres. A los que tiraron adelante los fueron también persiguiendo, y mataron aún otros dos mil.
I Rey 6:5 Haréis de oro cinco figuras de hemorroides, y otras tantas figuras de ratones, también de oro, conforme al número de las provincias de los filisteos; pues todos vosotros y vuestros sátrapas, habéis padecido una misma plaga. Por tanto haréis unas figuras de hemorroides y otras de los ratones que han talado la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; a ver si con esto levanta su mano de vosotros y de vuestros dioses y de vuestro país.
I Rey 6:16 lo cual vieron los cinco sátrapas de los filisteos, y el mismo día se volvieron a Accarón.
I Rey 6:18 Y los ratones de oro que ofrecieron, fueron tantos cuantas eran las poblaciones de los filisteos en las cinco provincias, comenzando desde las ciudades muradas, hasta las aldeas que no tienen muros; todo el país hasta la piedra grande llamada después Abel, sobre la cual habían colocado el arca del Señor, piedra que hasta hoy día está en la heredad de Josué betsamita.
I Rey 17:5 Traía en su cabeza un morrión de bronce, e iba vestido de una coraza escamada, del mismo metal, que pesaba cinco mil siclos.
I Rey 17:40 y cogiendo el cayado que llevaba siempre en la mano, escogió del torrente cinco guijarros bien lisos; se los metió en el zurrón de pastor que traía consigo, tomó la honda en su mano, y se fue en busca del filisteo.
I Rey 21:4 Ahora, pues, si tienes a mano aunque no sea más que cinco panes, dámelos, o cualquier cosa que hallares pues tenemos gran necesidad.
I Rey 22:19 Entonces dijo el rey a Doeg: Embiste tú, y arrójate sobre los sacerdotes. Y embistiendo Doeg, idumeo, se arrojó sobre los sacerdotes, matando en aquel día ochenta y cinco varones que vestían el efod de lino.
I Rey 25:18 Cogió, pues, Abigaíl, a toda prisa, doscientos panes, y dos pellejos de vino, y cinco carneros cocidos, y cinco medidas de grano tostado, y cien ataditos de pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo sobre sus asnos.
I Rey 25:18 Cogió, pues, Abigaíl, a toda prisa, doscientos panes, y dos pellejos de vino, y cinco carneros cocidos, y cinco medidas de grano tostado, y cien ataditos de pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo sobre sus asnos.
I Rey 25:42 En seguida Abigaíl se dispuso luego, y montó en su asno, acompañándola cinco doncellas criadas suyas, y siguió a los enviados de David, con el cual se desposó.
II Rey 4:4 Quedábale a Jonatás, hijo de Saúl, un hijo tullido de los pies, porque siendo de cinco años, cuando llegó de Jezrael la funesta noticia de Saúl y de Jonatás, lo tomó su ama de leche en brazos y echó a huir, y con la precipitación de la fuga cayó, y el niño quedó cojo. Se llamaba Mifiboset.
II Rey 21:8 Cogió, pues, el rey dos hijos de Resfa, hija de Aya, que los había tenido de Saúl, llamados Armoni y Mifiboset, y cinco hijos de Micol, hija de Saúl, habidos de Hadriel, hijo de Berzellai, natural de Molati;
III Rey 4:32 Pronunció también tres mil parábolas; y sus cánticos fueron mil cinco.
III Rey 6:6 El piso bajo o suelo tenía cinco codos de ancho, el de en medio seis codos, el tercero siete; y en todo el edificio por fuera asentó las vigas de tal modo que no estuviesen metidas en las paredes del templo.
III Rey 6:10 Y edificó habitaciones con tablas alrededor de todo el edificio, de cinco codos de altura, y cubrió la casa con maderas de cedro.
III Rey 6:31 Y a la entrada del oráculo hizo dos puertecitas de madera de olivo, y sus postes o columnas eran de cinco caras.
III Rey 7:3 Y revistió de tablas de cedro toda la bóveda, la cual estribaba sobre cuarenta y cinco columnas o pilares. Cada hilera tenía quince columnas,
III Rey 7:16 Fundió asimismo dos capiteles de bronce, para ponerlos sobre los remates de las columnas: un capitel tenía cinco codos de alto y otros tantos el otro;
III Rey 7:23 Hizo también de fundición una gran concha, toda redonda, de diez codos de diámetro, de un borde al otro; tenía cinco codos de profundidad, y un cordón o moldura de unos treinta codos ceñía toda su circunferencia.
III Rey 7:39 Y colocó diez basas, cinco a la mano derecha del templo, y cinco a la izquierda; y la gran concha o mar a la derecha del templo entre oriente y mediodía.
III Rey 7:39 Y colocó diez basas, cinco a la mano derecha del templo, y cinco a la izquierda; y la gran concha o mar a la derecha del templo entre oriente y mediodía.
III Rey 7:49 y los candeleros de oro, cinco a la derecha y cinco a la izquierda delante del oráculo, todos de oro acendrado, con unas como flores de lis, encima de los candeleros las lámparas o mecheros, y despabiladeras de lo mismo.
III Rey 7:49 y los candeleros de oro, cinco a la derecha y cinco a la izquierda delante del oráculo, todos de oro acendrado, con unas como flores de lis, encima de los candeleros las lámparas o mecheros, y despabiladeras de lo mismo.
III Rey 22:42 Treinta y cinco años tenía cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco en Jerusalén . Llamábase su madre Azuba, hija de Salai.
IV Rey 6:25 Y padeció Samaria una gran hambre; y duró tanto el sitio, que llegó a venderse la cabeza de un asno en ochenta monedas de plata, y un cuartillo de cebollas silvestres, en cinco monedas de plata.
IV Rey 7:13 Mas uno de sus criados le respondió: Tomemos los cinco caballos que han quedado en la ciudad (ya que sólo éstos restan de todos los que había en Israel, por haber sido consumidos los otros), y enviemos a hacer con ellos la descubierta.
IV Rey 13:19 Y se irritó contra él el varón de Dios, y dijo: Si hubieses tirado cinco o seis, o siete veces, hubieras herido a la Siria hasta exterminarla; mas ahora la vencerás por tres veces.
IV Rey 19:35 En efecto, aquella noche vino el ángel del Señor, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Y levantándose muy de mañana el rey de los asirios Sennaquerib, vio todos aquellos cuerpos muertos, y levantó el campo, y se marchó;
IV Rey 21:1 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén ; se llamaba su madre Hafsiba.
IV Rey 25:19 Y también a un eunuco de la ciudad, bajo cuya inspección estaba la gente de guerra, y cinco señores del servicio doméstico del rey, hallados en la ciudad; y a Sofer, inspector del ejército, que amaestraba a los soldados bisoños del país, y a sesenta varones del pueblo que se hallaron en la ciudad.
I Par 2:4 Judá tuvo de Tamar, su nuera, a Farés, y a Zara; así, pues, todos los hijos de Judá fueron cinco.
I Par 2:6 Hijos de Zara: Zamri, y Etán, y Emán, Calcal también y Dara, en todos cinco.
I Par 3:20 y de otros cinco, es a saber: Hasabán, y Ohol, y Baraquías, y Hasadías, y Josabesed.
I Par 4:32 También fueron pueblos suyos Etam, y Aén, Remmón, y Toquén, y Asán, cinco ciudades.
I Par 7:3 Hijo de Ozi: Izrahía; del cual nacieron Micael, y Obadía, y Joel, y Jesía, todos cinco príncipes o cabezas de varias familias.
I Par 7:7 Hijos de Bela: Esbón, y Ozi, y Oziel, y Jerimot, y Urai, todos cinco cabezas de familia de valerosos combatientes, el número de los cuales fue de veintidós mil treinta y cuatro.
I Par 11:23 Mató también él mismo a un egipcio, cuya estatura era de cinco codos, y que tenía una lanza semejante al rodillo de un telar. Arremetió, pues, contra él con un palo, y le arrebató la lanza que tenía en la mano, y con esta misma lanza lo mató.
I Par 29:7 y dieron para las obras de la casa de Dios cinco mil talentos de oro, y diez mil sueldos o monedas de oro, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil de cobre, con cien mil talentos de hierro.
II Par 3:11 Las alas de los querubines se extendían veinte codos; de manera que un ala tenía cinco codos y tocaba la pared del templo, y la otra también de cinco codos, tocaba el ala del otro querubín.
II Par 3:11 Las alas de los querubines se extendían veinte codos; de manera que un ala tenía cinco codos y tocaba la pared del templo, y la otra también de cinco codos, tocaba el ala del otro querubín.
II Par 3:12 Del mismo modo el ala del otro querubín tenía cinco codos y tocaba la pared; y la otra ala suya de cinco codos, tocaba el ala del primer querubín:
II Par 3:12 Del mismo modo el ala del otro querubín tenía cinco codos y tocaba la pared; y la otra ala suya de cinco codos, tocaba el ala del primer querubín:
II Par 3:15 Además, delante de las puertas del templo erigió dos columnas, que tenían treinta y cinco codos de altura entre las dos, y cuyos capiteles eran de cinco codos.
II Par 3:15 Además, delante de las puertas del templo erigió dos columnas, que tenían treinta y cinco codos de altura entre las dos, y cuyos capiteles eran de cinco codos.
II Par 4:2 Y una gran concha o pila de bronce fundido, que tenía diez codos de diámetro, redonda perfectamente: cinco codos tenía de profundidad, y un cordoncillo de treinta codos abrazaba toda su circunferencia.
II Par 4:6 Hizo también diez conchas, de las cuales puso cinco a la mano derecha, y las otras cinco a la siniestra, para lavar en ellas todo lo que debía ofrecerse en holocausto; los sacerdotes se lavaban en la concha grande o mar.
II Par 4:6 Hizo también diez conchas, de las cuales puso cinco a la mano derecha, y las otras cinco a la siniestra, para lavar en ellas todo lo que debía ofrecerse en holocausto; los sacerdotes se lavaban en la concha grande o mar.