Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

caldeos

Gen 11:28 Y murió Arán antes que su padre Tare, en la tierra de su nacimiento en Ur de los caldeos.
Gen 11:31 Tare, pues, tomó consigo a Abram su hijo, y a su nieto Lot, hijo de Arán, y a Sarai su nuera, esposa de su hijo Abram, y les sacó de Ur de los caldeos, con ánimo de pasar a tierra de Canaán; y llegaron hasta la ciudad de Harán, y se establecieron allí.
Gen 15:7 Le díjo después: Yo soy el Señor, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte la posesión de esta tierra.
IV Rey 24:2 Entonces el Señor envió contra él cuadrillas de tropa ligera de caldeos, cuadrillas de siros, y cuadrillas de moabitas, y cuadrillas de amonitas; a los cuales envió contra Judá, a fin de destruirlo, conforme lo había predicho el Señor por boca de sus siervos los profetas.
IV Rey 25:4 Al cabo quedó abierta una brecha en la ciudad; y toda la gente de guerra huyó de noche por el camino de la puerta, que está entre los dos muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estrechaban el cerco de la ciudad. Huyó, pues, Sedecías por el camino que va a las llanuras del desierto.
IV Rey 25:5 Mas el ejército de los caldeos fue persiguiéndolo, y lo alcanzó en la llanura de Jericó , y todos los soldados que lo acompañaban fueron dispersados, y lo abandonaron.
IV Rey 25:10 Y todo el ejército de los caldeos que seguía a su general, arrasó por todos lados los muros de Jerusalén .
IV Rey 25:13 Mas los caldeos haciendo trozos las columnas de bronce que había en el templo del Señor, las basas y el mar de bronce colocado en la casa del Señor, trasladaron todo este metal a Babilonia.
IV Rey 25:24 Y Godolías les aseguró con juramento a ellos y a sus compañeros, diciendo: No temáis a estar sujetos a los caldeos; quedaos en el país, y obedeced al rey de Babilonia, y lo pasaréis bien.
IV Rey 25:25 Pero al séptimo mes sobrevino Ismael, hijo de Natanías y nieto de Elisama, de la estirpe real, acompañado de diez hombres; los cuales hirieron a Godolías, que murió de las heridas, con los judíos y caldeos que estaban con él en Masfa.
IV Rey 25:26 De resultas de esto, todo el pueblo, pequeños y grandes, y los oficiales del ejército huyeron a Egipto por temor de los caldeos.
II Par 36:6 Contra éste vino Nabucodonosor, rey de los caldeos, y lo llevó atado con cadenas a Babilonia,
II Par 36:17 Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
II Esd 9:7 Tú fuiste, oh Señor Dios, el que elegiste a Abram y le sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre de Abrahán,
Jud 5:6 Ese pueblo desciende de los caldeos.
Job 1:17 Todavía estaba éste con la palabra en la boca, y entró otro diciendo: Los caldeos, divididos en tres cuadrillas, se han arrojado sobre los camellos, y se los han llevado, después de haber pasado a cuchillo a los mozos, y he escapado sólo yo para darte aviso.
Ecli 49:8 Por lo mismo incendiaron los caldeos la escogida y santa ciudad, y redujeron sus calles a un desierto, según la predicción de Jeremías.
Isa 13:19 Y aquella famosa Babilonia, gloriosa entre los demás reinos, de la que tanto se vanagloriaban los caldeos, será, como Sodoma y Gomorra, arruinada por el Señor.
Isa 23:13 Mirad la tierra de los caldeos, pues no existió jamás un pueblo tal como aquél: Asur lo fundó; con todo ahora fueron llevados cautivos sus campeones, sus casas han sido demolidas, lo convirtieron en un montón de ruinas.
Isa 43:14 Esto dice el Señor y Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por amor de vosotros he enviado gentes a Babilonia, y he echado por tierra todas sus defensas, y a los caldeos que se jactaban de sus naves.
Isa 47:1 Entonces dirán a Babilonia: ¡Oh tú virgen, hija de Babilonia!, desciende y siéntate sobre el polvo, siéntate en el suelo; ya no hay más trono para la hija de los caldeos; no te llamarán en adelante tierna y delicada.
Isa 47:5 Tú, ¡oh hija de los caldeos!, infeliz Babilonia, guarda un mudo silencio, y escóndete en las tinieblas; porque ya no te llamarán más la señora de los reinos.
Isa 48:14 Reuníos todos vosotros, pueblos, y escuchadme, ¿cuál de esos ídolos anunció tales cosas? El Señor amó a este hombre; y éste ejecutará la voluntad del Señor en Babilonia, y será su brazo contra los caldeos.
Isa 48:20 Salid, pues, ahora de Babilonia, huid de los caldeos, anunciad con voces de júbilo, haced saber esta alegre nueva, y llevadla hasta las últimas extremidades del mundo, decid en todas partes: Redimió el Señor a los hijos de su siervo Jacob .
Jer 8:1 En aquel tiempo, dice el Señor, arrojarán los caldeos fuera de los sepulcros los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los que habitaron en Jerusalén .
Jer 8:17 Porque he aquí que yo enviaré contra vosotros a los caldeos, como serpientes y viboras, contra los cuales no sirve ningún encantamiento y os morderán, dice el Señor.
Jer 21:4 Esto dice el Señor, el Dios de Israel: Sabed que yo haré volver en daño vuestro las armas que tenéis en vuestras manos, y con que peleáis contra el rey de Babilonia y los caldeos que os tienen sitiados rodeando vuestros muros, y las amontonaré todas en medio de la ciudad.
Jer 21:9 El que se quede en esta ciudad, perecerá al filo de la espada, o de hambre, o de peste; mas aquel que salga y se entregue a los caldeos que os tienen sitiados, salvará la vida y tendrá esto por una ganancia.
Jer 22:25 Yo te entregaré, ¡oh príncipe impío!, en poder de los que buscan cómo matarte, y de aquellos cuyo rostro te hace temblar, en poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en poder de los caldeos.
Jer 24:5 Esto dice el Señor Dios de Israel: Así como esos higos son buenos, así haré yo bien a los desterrados de Judá, que yo he echado de este lugar a la región de los caldeos;
Jer 25:12 Y cumplidos que sean los setenta años, yo tomaré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación, dice el Señor, castigando sus iniquidades, y a todo el país de los caldeos, reduciéndolo a un eterno páramo.
Jer 25:31 Hasta el cabo del mundo llegó el estrépito de las armas de los caldeos; porque el Señor entra en juicio con las naciones, y disputa su causa contra todos los mortales. Yo he entregado a los impíos, dice el Señor, al filo de la espada.
Jer 27:10 Porque lo que os profetizan son mentiras, para acarrearos que seáis arrojados por los caldeos lejos de vuestra tierra, y desterrados y destruidos.
Jer 32:4 y Sedecías, rey de Judá, no escapará de las manos de los caldeos, sino que caerá en poder del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y le verá con sus mismos ojos;
Jer 32:5 y será conducido por él a Babilonia, donde estará hasta tanto que yo le visite, dice el Señor? Que si peleareis contra los caldeos, añades, no tendréis buen suceso).
Jer 32:24 He aquí ya levantadas las máquinas de guerra contra la ciudad para batirla; y cómo está para caer en poder de los caldeos, que la combaten a fuerza de armas, y del hambre, y de la peste; y cuantas cosas hablaste, ¡oh Dios mío!, todas se han cumplido, como tú mismo lo estás viendo.
Jer 32:25 ¡Y tú, oh Señor Dios, no obstante me dices a mí: Compra un campo a dinero contante, en presencia de testigos, siendo así que la ciudad va a ser entregada en poder de los caldeos!
Jer 32:28 Por tanto, esto dice el Señor: Sábete que yo voy a entregar esta ciudad en manos de los caldeos y en poder del rey de Babilonia, y la rendirán.
Jer 32:29 Y entrarán los caldeos con espada en mano en esta ciudad, y le pegarán fuego, y la quemarán con las casas en cuyos terrados se ofrecían sacrificios a Baal y libaciones a dioses ajenos para irritarme.
Jer 32:43 Y de nuevo serán poseídos por sus dueños los campos en esta tierra; de la cual decís vosotros que está desierta, por no haber quedado en ella ni hombre ni bestia; porque fue abandonada al poder de los caldeos.
Jer 33:5 de aquellos que van a pelear contra los caldeos, y que llenarán sus casas de cadáveres de hombres, a los cuales yo herí en mi furor e indignación, habiendo apartado mi rostro de esa ciudad por todas sus maldades.
Jer 35:11 Pero habiendo entrado Nabucodonosor, rey de Babilonia, en nuestra tierra, hemos dicho: Vámonos y retirémonos a Jerusalén , para huir del ejército de los caldeos y del ejército de la Siria; y por eso nos estamos en Jerusalén .
Jer 37:5 Entretanto el ejército del faraón salió de Egipto; oído lo cual por los caldeos, que tenían cercada a Jerusalén , levantaron el sitio.
Jer 37:8 y volverán los caldeos, y combatirán contra esta ciudad, y se apoderarán de ella, y la entregarán a las llamas.
Jer 37:9 Esto dice el Señor: No queráis engañaros a vosotros mismos, diciendo: Se irán los caldeos para no volver, y nos dejarán en paz, porque entended que no se irán.
Jer 37:10 Pero aun cuando vosotros derrotaréis todo el ejército de los caldeos, que os hace la guerra, y solamente quedaren de él algunos pocos heridos, saldrían éstos solos de sus tiendas, y entregarían esta ciudad a las llamas.
Jer 37:11 Habiéndose, pues, retirado de Jerusalén el ejército de los caldeos, por causa del ejército del faraón,
Jer 37:13 Y así que llegó a la puerta llamada de Benjamín, el que estaba por turno haciendo la guardia de la puerta, el cual se llamaba Jerías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, asió al profeta Jeremías, diciendo: Tú huyes a los caldeos.
Jer 37:14 Es falso, respondió Jeremías, yo no hu-yo a los caldeos. Pero Jerías no lo escuchó, sino que prendió a Jeremías y lo presentó a los príncipes.
Jer 38:2 Así habla el Señor: Cualquiera que se quede en esta ciudad morirá a cuchillo, o de hambre, o de peste: pero el que se refugiare a los caldeos vivirá y pondrá a salvo su vida.